¿Está Bahía Blanca realmente en fase 2?

Por: Tomás Casella

Debido a la compleja situación epidemiológica y hospitalaria de la ciudad, hace una semana Bahía Blanca pasó a fase 2. Esto significó que un número de actividades debieron cerrar o restringir algunos de sus servicios con la intención de controlar la curva de contagios y evitar fallecimientos a causa del COVID-19.

Evidentemente, alguien tiene que hacerse responsable de controlar estas restricciones. Luego de un año de pandemia, no estoy descubriendo nada nuevo cuando digo que la responsabilidad individual no suele ser suficiente para cambiar el comportamiento de las persona

Partiendo por el principio, el presidente oficializó estas medidas a través de la firma del Decreto 287/2021. Allí, la Nación incluyó a Bahía Blanca en el grupo de zonas en alerta epidemiológica. Hasta el intendente municipal Héctor Gay en conferencia de prensa dijo entender la situación: “Un DNU presidencial tiene fuerza de ley, lo que hay que hacer es acatarlo. Seamos respetuosos e institucionales”.

La frase está muy bien. Ahora, ¿Qué está haciendo efectivamente la municipalidad para acatar el decreto firmado por el presidente? Para dar un ejemplo, el jefe de gabinete provincial, Carlos Bianco, anunció un sistema de multas para aplicar a quienes no cumplan con las restricciones marcadas por las fases. Bianco explicó que “para implementar estas multas lo que tienen que hacer los municipios es adherir, tan simple como eso. Así los inspectores pueden hacer los informes que corresponden y emitir las multas”. También aseguró que lo recaudado vuelve un 100% a los respectivos municipios.

En Bahía Blanca nadie habló al respecto confirmando o rechazando esta adhesión. Viendo que esta herramienta no parece estar aprovechada, ¿Con qué otras cuenta el Municipio para hacer cumplir las fases?


¿Qué significa la fase 2?


Fiscalizar las restricciones

El Municipio de Bahía Blanca tiene un área de fiscalización dirigida por su subsecretario José Luis Montanaro. Uno pensaría que debe ser el encargado del control de las aperturas y cierres de actividades a nivel local.

Montanaro explicó cuál ha sido el rol de su subsecretaría frente a las nuevas reglamentaciones: “En estos días, como ya lo veníamos haciendo, comenzamos a concientizar y generar actas de infracción comunicándoles a los propietarios de los locales cuál es el decreto vigente”.

Aunque, lamentablemente, el alcance de esta área no parece ser suficiente para hacer cumplir las restricciones. Por un lado, el subsecretario reconoció que “El incumplimiento del DNU es un delito”, pero por el otro admitió que “nosotros tenemos un limitante desde el inicio de la pandemia: no tenemos la posibilidad de imputar para generar la clausura. Lo que hacemos es notificar, y a quienes hagan caso omiso pasamos las actuaciones a Policía si es necesario un cierre”.

Entonces, ¿La articulación del área de fiscalización con la policía parece ser suficiente para hacer cumplir la ley? Montanaro respondió que “Todavía no hemos contacto con personal policial, pero lo vamos a hacer para aunar criterios. Tanto policía como nosotros desde el inicio de la pandemia tenemos tareas que no son inherentes a nuestras actividades normales”.

“Trabajamos de dos formas: de oficio o por denuncia. Muchos de los casos concurrimos luego de una llamada al 109 o el 107. Luego tenemos guardias permanentes. La problemática es que no tenemos la potestad de generar los cierres” Jose Luis Montanaro, subsecretario de fiscalización municipal.

¿Alcanzó con esto para hacer cumplir las restricciones? “En algunas intimaciones hubo acatamiento posterior, en otros estamos viendo que no están cumpliendo” cerró Montanaro.


¿Qué pasa con los deportes?

Como vimos antes, muchas de las nuevas restricciones tienen que ver con la práctica deportiva en sus distintos ámbitos. ¿Cómo aplican en Bahía Blanca?

Bernardo Stortoni, el subsecretario de deportes municipal, explicó que desde su área “nos dispusimos a poner en claro lo qué es el DNU y hasta dónde llega, qué se puede hacer y qué no. Seguimos teniendo consultas de las distintas actividades”.

Hasta ahí llega la tarea del encargado del área de deportes del municipio, informar. Supongamos, por ejemplo, que un gimnasio decida seguir con sus actividades pese al DNU que no permite su funcionamiento, tal como está sucediendo en toda la ciudad. Stortoni dijo que “los gimnasios en Fase 2 no están autorizados. Pero bueno, desde las cámaras han tomado otra decisión. Es así, es una decisión personal”.

“Cada uno sabe, son grandes y responsables. Hay gimnasios que declararon que si tienen que pagar alguna multa lo van a hacer pero que no pueden cerrar. Son actividades privadas, no del Municipio. Ya son decisiones de cada persona particular” Bernardo Stortoni, subsecretario de deportes municipal.

Consultado sobre cómo piensan aplicar las restricciones, fue claro y mencionó que “nosotros no tenemos injerencia en si los gimnasios pueden abrir o no, mi función es informar lo que dice el DNU. El control no va de parte mía”.

Nuevamente, el funcionario municipal le pasó la pelota a la policía: “Cada ciudadano es responsable de sus actos, será la policía quien debe controlar. Nosotros desde el Municipio informamos lo que dicta la Provincia. Los que tienen el poder de ir a controlar o verificar si un establecimiento está abierto o no son ellos”.

“Con los gimnasios fuimos claros, nos juntamos con las cámaras y la postura nuestra la saben. Ellos leyeron el DNU y están más actualizados que nosotros. Ellos pelean por tener abierto, es decisión de cada uno” Bernardo Stortoni, subsecretario de deportes municipal.

¿Se acuerdan cuando al principio leímos las palabras del intendente Gay diciendo que un DNU tiene fuerza de ley y que hay que cumplirlo? El mensaje que baja a sus funcionarios parece no ser el mismo que dio en conferencia de prensa. Escuchando a Stortoni parece que el decreto presidencial es tan solo una recomendación.


El rol de la Policía

Según el municipio, la función de controlar las restricciones corre 100% por cuenta de las fuerzas policiales, ¿Esto es así? Carlos Bianco, jefe de gabinete de la Provincia de Buenos Aires fue categórico al decir que “la policía no está para controlar el horario de apertura y de cierre de los comercios y bares”.

Fuentes policiales consultadas se encargaron de aclarar la situación que plantean los funcionarios municipales: “Tanto el personal municipal (el área de fiscalización por ejemplo) como nosotros, tienen ciertas cuestiones a controlar. El decreto habla de las fuerzas policiales pero también de las inspecciones a nivel municipal ¿El control por qué no lo puede hacer fiscalización? Lo puede hacer. Que después ellos sean órgano competente para labrar una actuación judicial es otro cantar, pero los controles si se pueden hacer” manifestaron desde la Policía.

Quien también habló del tema fue el ministro de seguridad de la Provincia, Sergio Berni en el programa “Deberías Saberlo” de Radio Urbana. Fue claro al explicar que quien se encarga de las aperturas y cierres de los locales es el municipio. Además, agregó que «los intendentes no quieren asumir una responsabilidad que les compete cuando significa asumir un costo. Todas las acciones tienen un costo y nosotros somos funcionarios, tenemos que admitir que por sobre todas las cosas están las leyes. Hay que asumir la responsabilidad sanitaria por la situación que atraviesa la Provincia».

Queda claro que la situación no es tan tajante como se planteó en un principio. No es únicamente la policía quien debe encargarse de controlar las restricciones. El Municipio tiene su tarea y el trabajo en conjunto con las fuerzas policiales, diagramando una directiva clara para la ciudad, puede servir para frenar la circulación, las actividades restringidas y consecuentemente los contagios.


Mientras hablamos de esto…

Queda claro que las restricciones tienen resultado a la hora de bajar el número de contagios. Ezequiel Jouglard, infectólogo y subsecretario de atención integral de la salud del Municipio, dijo que “se ve el impacto de lo que fue el pasaje a fase 3 en los distintos parámetros epidemiológicos. Aún así, todavía estamos en un promedio alto de casos, con alrededor de 200 por día en los últimos 14. La tendencia es a la baja y hay indicadores que marcan una disminución del 18% en la cantidad de casos”.

Hay dos maneras de ver la situación: O pensamos que las actividades no deben cerrar bajo ningún parámetro, aún cuando la circulación del virus esté descontrolada y eso genere más contagios; o entendemos que restringir hace que los casos bajen, y que al mejorar la situación epidemiológica los comercios y hasta las clases presenciales pueden funcionar en un contexto seguro.

Y claro que se entiende la necesidad de mantener la actividad económica. La situación social que se vive es difícil y no todo el mundo puede afrontar los cierres de la misma manera. Pero mientras la discusión pasa por si los controles los debe hacer la policía o el Municipio, o por si respetar un DNU es una decisión individual o no, en Bahía Blanca fallecieron esta semana 22 personas a causa del coronavirus.

Las decisiones a tomar cuando se trata de gestionar la pandemia no tienen tanto que ver con potestades, sino más bien con las voluntades políticas. Y en nuestra ciudad notamos con tristeza que las prioridades de quienes nos gobiernan pasan por otro lado.


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