Por: Tomás Casella
Mucho se ha hablado las últimas semanas sobre el fuerte impacto que la pandemia tiene en el sistema sanitario de la ciudad. Hemos repasado la situación de los hospitales desde el punto de vista de lxs trabajadorxs, la realidad del primer nivel de atención, y también la respuesta de la gestión local a la crisis generada por el virus en Bahía Blanca.
Pero el sistema de salud entendido como red abarca también a otras perspectivas que han quedado por fuera del eje de discusión. Se han tenido que tomar decisiones y crear espacios nuevos que respondan a la situación inédita que hemos vivido el último año. Por ejemplo, en la ciudad hay cientos de personas que trabajan día a día en el seguimiento y la contención, tanto presencial como telefónica, de las miles de familias que deben aislarse por casos de COVID positivo.
Pensando en las dificultades que atraviesan quienes transitan el coronavirus, la soledad por el aislamiento y el miedo que genera, el trabajo que realizan tiene una importancia enorme que no podemos pasar por alto a la hora de analizar el impacto del virus en la ciudad.
Centro de telemedicina UNS/PBA
Si de seguimiento telefónico hablamos, uno de los centros más importantes de nuestra ciudad es el que llevan adelante estudiantes del departamento de ciencias de la salud de la Universidad Nacional del Sur en el punto digital ubicado en Villa Mitre. Allí se han dedicado desde el inicio de la pandemia a realizar un abordaje integral, no sólo brindando acompañamiento clínico a las personas con COVID, sospechosas de serlo o contacto estrecho de alguien positivo, sino también preocupándose por su bienestar.
Este dispositivo funciona desde el 17 de abril como un proyecto de voluntariado de la UNS, nucleado por la Secretaría de Salud del Municipio junto con el Hospital Municipal. Luego en julio se firmó un convenio con el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, a través del cual se logró becar el trabajo de lxs 36 alunmxs.
Martín Jasson, subsecretario de Extensión Universitaria de la UNS, graficó el trabajo que se realiza desde este espacio: “Lxs becarixs realizan actualmente unas 500 llamadas por día, y ya llevan más de 18 mil desde que empezó la pandemia”.
Es importante aclarar que el punto no atiende llamados, sino que los realiza. Reciben casos derivados desde el 148, el departamento de epidemiología municipal, los centros de atención primaria de la salud y el Hospital Municipal, y luego se comunican con ellxs. Una vez que se logra el contacto con la persona, ya sea positiva o sospechosa, se realiza un cuestionario con el fin de generar una historia clínica. Las llamadas se hacen cada 24 o 48 hs dependiendo la condición del caso a seguir. Se despejan dudas en cuanto a los síntomas, se provee asistencia y llegado el momento se da el alta epidemiológica.
Ignacio Buffone, coordinador del dispositivo, explicó cómo se trabaja en este contexto de segunda ola, y de qué forma lxs becarixs mantienen el funcionamiento del área aún con el aumento de la cantidad de trabajo: “Teníamos un promedio de 200 pacientes en seguimiento y en las últimas semanas se quintuplicó esa carga, ahora tenemos 1.100. Hay estudiantes que tienen entre 20 y 25 pacientes con sus familias a cargo y eso es muy complejo. Tratamos de llegar a la mayor cantidad de personas posibles dando la mejor asistencia que se pueda con el recurso que tenemos. Es una situación complicada, no nos olvidamos que los trabajadores son estudiantes en proceso de formación”.
“Es una tarea que se fue complejizando por el aumento de casos que hemos experimentado, pero la buena comunicación con la Provincia y los coordinadores hizo que lo podamos mantener en el tiempo. Resultó vital la incorporación de los 10 estudiantes becados. Fue muy bien recibido porque estamos en un momento de estrés del recurso humano” Martín Jasson, subsecretario de Extensión Universitaria de la UNS.
Para lidiar con esto, la Provincia amplió el presupuesto destinado al área, por lo que se sumarán 10 becarixs más. Jasson describió la importancia de esta decisión: “La articulación que hemos logrado con la Provincia fue muy importante. Que otorguen becas a estudiantes para esta tarea es algo inédito. No hubiese sido posible sostener el dispositivo sin ese recurso, porque la tarea hoy es sumamente intensa y se ha extendido en el tiempo varios meses. Lxs becarixs van 3 veces por semana 4 horas por día en turnos rotativos. Semejante carga no se hubiese sostenido con un voluntariado”.
Además, al seguimiento se le sumará el recurso de los hisopados: “También van a agregar un servicio adicional para ofrecer turnos de testeos gratuitos para personas que no tengan prepaga. Región Sanitaria puso a disposición los test de antígenos que permiten en 15 minutos conocer el resultado del hisopado. De esa manera el servicio se va a ver fortalecido” explicó Jasson.
En el marco de esta ampliación, el intendente municipal Héctor Gay visitó las instalaciones del centro y se fotografió en la recorrida. Jasson marcó que “(Gay) concurrió al punto digital de Villa Mitre, se acercó al espacio y no interactuó con los estudiantes. Más allá de las fotos, luego sacó un comunicado sin dar crédito a la labor de la UNS y la gestión provincial. Fue una llegada sorpresiva, hicieron las fotos y se retiraron. Eso generó un malestar en el sector que está llevando adelante las tareas de seguimiento”. Además, también agregó que “estamos notando que en un intento de mostrar alguna gestión en materia sanitaria pareciera que se hicieran fotos en cada lugar vinculado a la salud que se pueda, salvo las terapias intensivas, y sorprende viendo que este espacio no viene de la gestión municipal”.
Más allá del COVID
Como mencionamos, el abordaje en cuanto a coronavirus se refiere va mucho más allá del seguimiento clínico. Miles de personas en la ciudad no tienen acceso a una vivienda en condiciones para llevar adelante un aislamiento, o al desempeñarse en la informalidad no tienen la posibilidad de dejar de trabajar por 15 o más días.
Buffone mencionó que “Si bien los estudiantes tienen herramientas para dar un acompañamiento integral, si notan que se necesita una asistencia profesional y especializada desde la salud mental se articula con el municipio para trabajar en conjunto”.
Carina Marinsalta es trabajadora social y se desempeña en el área de salud mental del Municipio desde hace 28 años. Ella es la encargada de articular la asistencia con las distintas delegaciones para asistir a aquellas familias que tengan necesidades ya sea alimentarias o psico-sociales.
“Presenté un proyecto en la Secretaría de Salud pensando en que el COVID irrumpe en lo cotidiano, y que la gente necesita una mano para reorganizar su vida y poder cumplir con el aislamiento” explicó Marinsalta, quien agregó que su trabajo se basa en ponerse en contacto con las familias para “contarles que le vamos a llevar productos alimentarios y de higiene. Preguntamos si la gente tiene alguien a quien recurrir si necesitan algo, si tienen alguna situación particular a resolver, el contacto con las escuelas para que no pierdan la tarea, el tema de la garrafa o la leña, medicamentos, etc”.
“Es un trabajo a full, pero yo quiero ser parte de la solución y no del problema, así que me puse a disposición de esto. En un primer momento estaba en casa porque soy hipertensa, pero quería buscarle la vuelta para empezar a hacer algo, quería ser parte de todo esto” Carina Marinsalta.
Marinsalta realizó un balance de las familias alcanzadas: “llegamos a asistir a 690 familias en todas las delegaciones en general. El número de familias diarias asistidas va en relación a la cantidad de personas que se contagian. Cuando hablamos de 480 casos teníamos que asistir entre 15 a 20 familias por día, cuando baja ese número baja la cantidad que tenemos que asistir”.
Ella es la única trabajadora de su área llevando adelante esta tarea, por lo que sus horarios son agotadores, excediendo la jornada laboral: “Se trabaja a toda hora, fines de semana y feriados incluidos. Es un trabajo a full, pero yo quiero ser parte de la solución y no del problema” cerró Marinsalta.
La contención en el barrio
En respuesta a la difícil situación generada por el COVID en la ciudad, numerosas organizaciones sociales han tenido que adecuar sus funciones para hacer frente a las nuevas necesidades sociales. ¿Qué sucede cuando una familia entera debe aislarse en un contexto donde el dinero no alcanza? ¿Cómo subsiste esa persona que trabaja de forma precarizada y no le sobra nada a fin de mes?
Talita Kum es una asociación civil sin fines de lucro que se ha puesto al frente de esta asistencia. Ubicados en el barrio de Villa Muñiz, han extendido su trabajo también a Villa Buenos Aires y Barrio Oásis. Su coordinador general, Agustín Grill, explicó que “acompañamos con la entrega de alimentos a las familias que estén aisladas por COVID o se hayan quedado sin trabajo por esta situación. En total ayudamos a 475 familias en los tres barrios”.
“En un momento del año pasado el Municipio entregaba los bolsones al sector, pero era muy escasa la presencia en esa situación. Estábamos a disposición para entregarles toda la información, pero eso se cortó y fueron cada vez menos recursos. La situación se fue complejizando y la demanda seguía estando” Agustín Grill, coordinador general de Talita Kum.
Nuevamente aparece la importancia de la contención social más allá de lo relacionado con la salud física de las personas. Grill lo menciona cuando dice que “debido a esta situación estuvimos acompañando a las familias y generar esos lazos de sentirse escuchados, acompañarlos con alimentos, ropas, frazadas, etc. Uno acompaña y escucha conteniendo familias que están solas y a veces te hablan todo el tiempo. Familias que se despejan solamente cuando hablan con alguien”.
25 integrantes se ocupan de llevar adelante el trabajo de la organización en sus distintos espacios, muchas veces llegando donde el Estado no lo hace. El trabajo desde el inicio de la pandemia ha sido “cansador y diferente, pero fueron resultados positivos, la misma gente lo dice”.
Asistir como política sanitaria
En un contexto como el que se vive en Bahía Blanca, resulta indispensable generar políticas públicas variadas para una pandemia que impacta en muchos frentes a la vez.
Es importante generar las condiciones para que cualquier familia, más allá de su realidad socioeconómica, pueda aislarse en caso de tener síntomas compatibles con el COVID. Al hacerlo no solamente se garantiza el acceso a la salud de esas personas en particular, sino también de la población en general al frenar la propagación del virus en la ciudad.
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