Susana Pasquaré presidenta del Consejo Asesor de Políticas Relacionadas al Cannabis de Bahía Blanca

Cada 20 de abril se celebra el Día Mundial de la Marihuana, donde la expresión “Feliz 420” (por el mes y día) se viraliza en todas las redes sociales.

Hay varias teorías sobre el origen de esta efeméride, desde la leyenda nacida en California en los años 70 alrededor del grupo de jóvenes llamado “Los Waldos” hasta la versión que ubica su origen en 1995 en Vancouver (Canadá), donde un grupo de consumidores se juntaron a fumar en público para reclamar la despenalización.

Lo cierto es que a lo largo de las décadas el movimiento mundial por la legalización y regulación de la marihuana terminó tomando al 20 de abril como una fecha propicia para festejar y a la vez mantener firme el reclamo elemental del respeto a la libertad individual y colectiva para plantar, cosechar y consumir cannabis con fines de recreación, medicinales o combinación de ambos. Así, el “420” se convirtió en un código internacional.

 

 

Para conocer como es el acceso a la posibilidad de cultivar y consumir en nuestra ciudad, dialogamos con Susana Pasquaré, doctora en Bioquímica y presidenta del Consejo Asesor de Políticas Relacionadas al Cannabis de Bahía Blanca: «La creación de un Consejo Asesor de Políticas Relacionadas al Cannabis fue durante el 2021, hay representantes de diversos sectores: la Secretaría de Salud del municipio; Concejo Deliberante, UNS; UPSO; CONICET; Asociación Cultivo mi Medicina; INTA; y el INASE».

 

Políticas cannabicas en Bahía Blanca

En nuestra ciudad existe una gran cantidad de organizaciones que se ponen al hombro el reclamo para una apertura en lo que respecta al uso de cannabis medicinal, así como también en algunos casos a la despenalización del consumo recreativo. Varias de éstas, a través de un trabajo articulado con el bloque de concejalxs del Frente de Todos, formularon un proyecto de ordenanza (20.147) que fue aprobado por el Concejo Deliberante en 2020.

Esta es una ordenanza de avanzada con respecto a otras normas de jurisdicción local y prevé 3 ejes fundamentales: por un lado la adhesión a la ley nacional 27.350 sancionada en 2017 que da marco al fomento de la investigación científica y médica del uso del cannabis. Por otro lado, promueve la creación de un programa de salud a cargo del Estado municipal de fomento, cultivo y aplicación de los aceites y derivados de la planta de cannabis con uso medicinal y la creación de un registro de pacientes y familiares que permita el autocultivo. Y el tercer eje que contiene es sobre el fomento a la producción y desarrollo mediante la firma de acuerdos con el INTA, con el CONICET, la UNS, la UPSO y otras entidades.

Luego de la aprobación de la ordenanza municipal 20.147 a fines del 2020, el Municipio adhirió a la ley 27.350 y se comprometió a seguir la línea del Gobierno Nacional a la hora de generar políticas públicas que faciliten el acceso al cannabis medicinal.

Desde allí, mucho se ha trabajado desde los distintos espacios en la implementación local de los puntos que la normativa marca. Uno de ellos es la creación de un Consejo Asesor de Políticas Relacionadas al Cannabis, el cual finalmente fue presentado durante el 2021. 

Allí hay representantes de diversos sectores: la Secretaría de Salud del municipio; del Concejo Deliberante, la UNS; la UPSO; el CONICET; Asociación Cultivo mi Medicina; el INTA; y el INASE (instituto nacional de semillas).

La científica del Conicet y profesora de la UNS comenzó en 2007 con los trabajos de investigación sobre el uso medicinal del cannabis y detalló su objetivo de garantizar “un acceso oportuno, seguro e inclusivo y protector” al tratamiento para diversas patologías.

«Propiciamos el autocultivo porque quien cultiva sabe que está cultivando y en qué condiciones, pero si o si lo que salga de esas flores tiene que ser cuantificado, porque nos hemos encontrado con genéticas que dicen tener ciertas cosas y que al final no las tienen. Además no cualquier planta sirve para cualquier patología».

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Para finalizar, adelantó que «presentamos un nuevo programa para la investigacion de cannabis y logramos un subsidio para estudiar distintas cepas de Bahía y de la ONG de Río negro, para que analicemos el control de calidad de esas cepas».

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