Cannabis: entre la apertura y el punitivismo

Por: Tomás Casella

Ya sea desde la perspectiva medicinal o la recreativa, nuestra sociedad ha mantenido una estrecha relación con la planta del cannabis y sus variados usos a lo largo de la historia. Los primeros registros de ella datan de más de 5 mil años de antigüedad. Dada la propiedad psicoactiva de alguno de sus componentes, la planta se encuentra fuertemente regulada o prohibida en la mayoría de los países.

Con una legislación anticuada y poco clara, fallos opuestos en distintos momentos de la Corte Suprema y una sociedad que cada vez acepta un poco más el consumo recreativo, resulta un tanto difícil entender qué está permitido y qué es penado en nuestro país.

¿Cuál es la situación en la Argentina? ¿Cómo avanza la investigación del Cannabis para facilitar su uso medicinal? ¿Qué políticas se están llevando adelante para romper con los paradigmas punitivos de la Justicia frente a esta situación?


El Cannabis desde la perspectiva de la Justicia

En Argentina existe la ley 23.737, sancionada en 1989, que rige a día de hoy la relación de la Justicia con el consumo recreativo de marihuana y otras sustancias. La reglamentación marca claramente que “Será reprimido con prisión de uno a seis años (…) el que tuviere en su poder estupefacientes. La pena será de un mes a dos años de prisión cuando, por su escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere inequívocamente que la tenencia es para uso personal”. Queda claro que el paradigma utilizado es punitivo y sancionatorio.

Si bien esta ley sigue vigente, en el año 2009 la Corte Suprema en el fallo Arriola entendió por unanimidad que penar a una persona por sus consumos en la privacidad cuando no se pone en riesgo a terceros es inconstitucional.

¿Esto marcó el fin de la visión punitiva de la Justicia a la hora de abordar el consumo de marihuana en nuestro país? Andrés Bacigalupo es abogado penalista y nos explicó que “el fallo Arriola terminó siendo un puñado de buenas intenciones, pero la criminalización a los usuarios no cesó como se esperaba. El fallo dejó huecos al pensar qué se entiende por privacidad. En estos 12 años la fuerzas de seguridad o hasta los juzgados hacen una interpretación distinta o estrictamente literal de lo que dijo la Corte. La tenencia en la vía pública en pequeñas cantidades siguió siendo penada

Desde ese fallo en el año 2009 hasta el 2020 se abrieron en nuestro país más de 25 mil causas por pequeñas posesiones de marihuana.

“La marihuana está rodeada de mitos creados por la propaganda norteamericana de los 60 ́: que se prolifera en los barrios, que pone violenta a la gente, que hace daño, que es la puerta de entrada de drogas más duras, que lleva a la gente a cometer delitos, etc. Más allá de los beneficios medicinales de la planta del Cannabis, también está acreditado que es muchísimo menos tóxica que el alcohol y el tabaco.” Andrés Bacigalupo, abogado penalista.

Por esto mismo se considera que la legislación no termina siendo clara a la hora de abordar esta problemática. Bacigalupo entiende que “la Justicia termina decidiendo según la cantidad, sin límites muy precisos. Entran en juego interpretaciones”. Entonces, si lo que separa lo legal de lo ilegal es tan solo la visión de la fiscalía de turno, ¿qué paradigmas marcan su postura? “La Justicia argentina siempre estuvo acostumbrada a la mirada punitivista en cuanto al consumo de drogas. Ese discurso que nació en los 70´ hoy persiste bastante” reflexionó Bacigalupo.

¿Se puede abordar entonces un trabajo que tenga por objetivo incluir nuevos paradigmas en la Justicia y las fuerzas de seguridad? Bacigalupo cree que “es importante la capacitación, buscar que los jueces, el Ministerio Público, las fiscalías y las fuerzas de seguridad vean que es un consumo no tan nocivo, que las personas que autocultivan lo hacen para escapar del mercado clandestino y el narcotráfico. Es importante que entiendan que no es necesario tomar acción en delitos donde la Corte Suprema entendió que el Estado no puede meterse”.

¿Cuál sería la solución a este accionar punitivo? Bacigalupo entiende que “mientras no se retire al cannabis del listado de estupefacientes ni se deroge el artículo que prohibe su consumo, la Policía entra en una especie de agujero negro, porque técnicamente está cumpliendo la ley al accionar. Además, a la Policía le conviene que el cannabis sirva para englobar las estadísticas de secuestro de estupefacientes en el medio de una especie de campaña contra el narcotráfico”.


Usos medicinales del Cannabis 

Siguiendo el descubrimiento de nuevas potenciales aplicaciones para la planta del cannabis y su utilización médica en distintos padecimientos, ya son más de 50 los países que regulan esta utilización. En la Argentina se dictó la ley 27.350 en 2017 para empezar a permitir la investigación científica y médica del uso del cannabis, aunque se trató de una norma muy limitada con una defectuosa implementación. Recién en noviembre del año pasado, el decreto 883/2020 logró ampliar el alcance del desarrollo de la industria del cannabis medicinal.

¿Para qué se puede utilizar el cannabis? Belén Ferro Moreno es médica de familia y docente del departamento de medicina de la UNS. Además es integrante de la Red de Profesionales para el estudio del Cannabis (REPROCANN) de nuestra ciudad. Ella detalló que “el cannabis medicinal puede ser utilizado para múltiples situaciones. El sistema endocannabinoide está disperso en todo el cuerpo: en el sistema nervioso central, digestivo, reproductor, en los huesos, etc. Tiene múltiples efectos, pero los que más evidencia científica tienen son los que respecta a dolores crónicos en adultos, náuseas y vómitos en personas cursando quimio, y para tratar la rigidez muscular que provocan enfermedades como la esclerosis”.

Nota: Reprocann, la organización antes mencionada, comparte siglas con el Registro del Programa de Cannabis creado en 2017 luego de la ley 27.350 para relevar a lxs usuarixs de cannabis medicinal en Argentina. Se trata de dos cuestiones distintas e independientes.

Además agregó que las distintas investigaciones en desarrollo en este momento empiezan a arrojar resultados que relacionan al cannabis con el tratamiento de diversas patologías: “Hay numerosas líneas de investigación que tienen que ver con la epilepsia refractaria, alzheimer, diabetes, neuropatías y estrés post traumático. Hay muchísimas condiciones de salud que se están empezando a estudiar. La legalidad implica que esto se pueda estudiar mejor, y hay una gran potencialidad de efectos beneficiosos”.

“Hay que ampliar ciertos conceptos de salud. El consumo recreativo también es terapéutico. Es como la persona que llega a su casa y decide comerse un chocolate, tomar una copa de vino o hacerse un café. Hay personas que encuentran ese placer en consumir cannabis. Hay que ampliar los conceptos de salud que tenemos en la cabeza. Seguir la prohibición no nos va a llevar a ningún lado” Belén Ferro Moreno, médica de familia.

Como mencionamos, la ley que impulsó este proceso en 2017 fue muy acotada ya que habilitó únicamente el consumo medicinal para la epilepsia refractaria con un aceite específico, además de no permitir el autocultivo para obtener la medicina. “Eso fue un avance, pero fue bastante limitado. El nuevo decreto habilita el uso del cannabis medicinal para todo lo que tenga una evidencia científica beneficiosa. Suma además la posibilidad de que la persona pueda cultivar su medicina, y si no puede hacerlo tener conexión con algún cultivador u organización que cultive” explicó Ferro Moreno.

En complemento con la decisión tomada por el último decreto, a principios de este mes Matías Kulfas, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, presentó un proyecto de ley que tiene por objetivo el fomento de la actividad industrial del cannabis medicinal y el cáñamo. Este proyecto que todavía debe ser tratado por el Congreso promete impulsar el desarrollo de las PyMES, crear empleo directo en el sector y fomentar el crecimiento de las economías regionales.

“No todas las personas pueden tomar cannabis, tiene contraindicaciones como cualquier fármaco y efectos cruzados con otras medicaciones. No todas las plantas, los aceites o las concentraciones son iguales. Se necesita una atención individual” Belén Ferro Moreno, médica de familia.

Por otro lado, desde el 2018 funciona en la Universidad Nacional del Sur una cátedra de cannabis medicinal, la cual se da como materia optativa en el primer año de la carrera de medicina. Belén Ferro Moreno es participante de la misma, y explicó que “es un aporte importante para que haya profesionales formados en la materia, ya que hoy en Bahía Blanca somos muy pocos. Tuvimos el espíritu de hacerla abierta a todas las carreras y también a personas externas a la universidad y profesionales que quieran participar. Tiene nivel académico a pesar de ser abierta para todo público. Este año la idea es volver a repetirla y replicarla por las redes, con la idea de democratizar la información y que quede disponible”.


¿Qué se está haciendo desde la política en Bahía Blanca?

En nuestra ciudad existe una gran cantidad de organizaciones que se ponen al hombro el reclamo para una apertura en lo que respecta al uso de cannabis medicinal, así como también en algunos casos a la despenalización del consumo recreativo. Varias de éstas, a través de un trabajo articulado con el bloque de concejalxs del Frente de Todos, formularon un proyecto de ordenanza (20.147) que fue aprobado por el Concejo Deliberante el año pasado.

Walter Larrea, concejal del Frente de Todos e impulsor del proyecto, explicó que se trata de una ordenanza “de avanzada con respecto a las normas de jurisdicción local. Prevé 3 ejes fundamentales: primero la adhesión a la ley nacional; luego la creación de un programa de salud a cargo del Estado municipal de fomento, cultivo y aplicación de los aceites y derivados de la planta de cannabis con uso medicinal y la creación de un registro de pacientes y familiares que permita el autocultivo; y tercero el fomento a la producción y desarrollo mediante la firma de acuerdos con el INTA, con el CONICET, la UNS, la UPSO, etc. Marca la acción del Estado para que la medicina pueda utilizarse en todo el sistema de salud de nuestra ciudad”.

“Cuando debatimos y aprobamos en el recinto la ordenanza estaba profundamente emocionado porque había tenido la oportunidad de contactarme con las asociaciones, una de ellas de madres que encontraron en el aceite de cannabis un paliativo perfecto para las dolencias de sus hijos. Y creo que a esa ordenanza la parieron las madres. Sin el aporte invalorable de las asociaciones, los profesionales médicos, abogados, ingenieros agrónomos, etc. que han participado, esta ordenanza no se podría haber sancionado en estos términos revolucionarios para lo que es la ciudad de Bahía Blanca” Walter Larrea, concejal del Frente de Todos.

La ordenanza prevé también la creación de un Consejo Asesor de Políticas Relacionadas al Cannabis en nuestra ciudad, con distintos representantes del Concejo, la Secretaría de Salud y la sociedad a través de profesionales y académicos.

En este momento, el concejal nos detalló que todavía se está a la espera de la reglamentación de esta ordenanza por parte de la Secretaría de Salud municipal para que pueda aplicarse efectivamente en nuestra ciudad.

En relación con lo que planteaba anteriormente Andrés Bacigalupo, Larrea nos explicó que aquí en Bahía Blanca “también hemos mantenido reuniones con aquellos efectores de seguridad y justicia como la Fiscalía y la Policía, que tienen una vocación persecutoria y punitiva con aquellas personas que cultiven en sus casas. Ahí entramos en conflicto con la ley 23.737 que pena la tenencia de drogas. La Fiscalía dice que tienen que judicializar a quienes tengan plantas mientras que nosotros sostenemos que no, mientras sea utilizada para realizar aceite. Ahí estamos en un trabajo de concientización”.

“En una sociedad cada vez más consciente, estamos avanzando sobre la ampliación de la despenalización de la marihuana para usos recreativos. Para quien quiera fumarse un porro pueda hacerlo como quien se fuma un cigarrillo o se toma un whisky. No hay ni un caso de una persona fallecida en el mundo por el consumo de cannabis. La mirada punitiva es absurda y va de la mano de la estigmatización de ciertos sectores sociales: si yo como el concejal Larrea me fumo un porro delante de la Fiscalía no me va a pasar nada, pero si un pibe morocho con gorra se arma un porro en una plaza va a terminar preso con una causa penal” Walter Larrea, concejal del Frente de Todos.

Por último, el concejal destacó la labor del gobierno nacional a la hora de darle cauce a los reclamos por la ampliación de la legalización del cannabis medicinal. “El gobierno nacional se ha puesto al hombro esto. El Estado a través del decreto y el proyecto que presentó sobre la industrialización fijó una política que luego trasladó a los municipios. No podríamos haber tenido una ordenanza así sin esa base legislativa nacional. No solo desdemoniza a la planta del cannabis sino que el Estado, comprometido con la salud lleva adelante esa tarea” concluyó.


¿Vamos en camino a la despenalización?

Si bien en los últimos años estamos notando una apertura hacia el desarrollo de herramientas medicinales en base al cannabis, todavía queda un largo recorrido para transitar. Miles de personas al año son judicializadas por un consumo personal y menos nocivo que otros hoy legales, lo que nos dice que el paradigma punitivo continúa vigente.

Según una encuesta realizada por la consultora División Insights de Kantar, la sociedad argentina, en líneas generales, empieza a ver con buenos ojos la idea de la despenalización del consumo recreativo. 6 de cada 10 encuestadxs coinciden en este punto, mientras que 8 de 10 entienden al cannabis relacionado con el bienestar de la salud física y emocional.

Para llegar a esto hará falta un debate público más profundo y quizás un trabajo de concientización, pero es más probable que el futuro nos encuentre debatiendo nuevas leyes y ampliando paradigmas que persiguiendo y sancionando.


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