Por: Tomás Casella
Luego de un año de pandemia donde el sector cultural sufrió un freno total a sus actividades, el Municipio adhirió el pasado 5 de marzo a través de un decreto a la resolución dictada por el Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la Provincia de Buenos Aires, que permite la apertura de teatros y cines al 50% de su capacidad.
El director del Instituto Cultural de nuestra ciudad, José González Casali, se reunió con dueños de los teatros locales más grandes para anunciar esta vuelta, y destacó que “fue un requerimiento de las grandes salas de Bahía Blanca”. Ahora la pregunta es ¿Qué pasa con los espacios independientes?
Para este ámbito tan golpeado durante la pandemia la vuelta fue recibida con gran alegría y entusiasmo, aunque también con prudencia. Las salas están organizando sus actividades, y algunas ya empezaron a ofrecer sus obras y talleres con el acompañamiento del público.
Elisardo Tunessi, integrante de la red de espacios culturales independientes y también de la Sala Teatral Variette (Villarino 214), explicó que “todos sabemos que el mundo artístico fue de los más afectados por la pandemia. El aislamiento y la situación sanitaria paralizaron al movimiento artístico cerrando teatros y cines. El regreso a la actividad tiene que ser paulatino y escalonado, siempre monitoreando la situación sanitaria frente a cualquier otra prioridad o interés”.
Por su parte, Alberto Rodríguez del Centro Cultural La Panadería (Lamadrid 544) compartió su alivio a la hora de recibir esta noticia: “Nos preparamos con mucha alegría de poder volver a abrir, lo estábamos esperando hace mucho tiempo. Vamos a abrir con los máximos cuidados y cumpliendo con los protocolos”.
¿Qué actividades están volviendo?
Nuestra ciudad tiene un movimiento cultural amplio y diverso, con mucha oferta en cuanto a actividades. Esto, que sin dudas es una buena noticia, genera también que haya diferencias en cuanto a la vuelta de funciones y talleres. Aunque los teatros estén habilitados a funcionar, no todos los espacios tienen la capacidad técnica y operativa de volver de la misma forma y al mismo momento.
Tunessi lo explica cuando dice que “a diferencia de otras actividades, los teatros no pueden abrir sus puertas de un día para el otro: requieren de meses de trabajo de preparación en cuanto a ensayos, escenografía, iluminación, vestuario, sonido, maquillaje, etc.”. Por esta razón, la Sala Variette no tiene fechas programadas para las funciones teatrales, aunque sí están pensando en organizar obras por streaming. Además, en este momento se están avocando a la vuelta de los talleres presenciales.
Otra sala que está teniendo dificultades a la hora de volver es el Teatro de Ingeniero White (San Martín 3619), que todavía no tiene certezas sobre la programación de obras. Si bien lo presencial no parece una opción a corto plazo, se está trabajando en conjunto con el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca para realizar obras vía streaming a través de la iniciativa de Puerto Cultura 2021.
Distinta es la situación del Teatro ATS (Garibaldi 310) donde ya hay ofertas culturales de todo tipo. El 5 de marzo volvieron con su primera obra musical luego del cierre por la pandemia, y siguen trabajando en la organización de otras actividades: “En este momento tenemos talleres de teatro para chicxs, adolescentes y adultos. Después se están preparando otros talleres como estatuas vivientes y canto. También hay ensayos de obras que quedaron suspendidas el año pasado, y ahora están volviendo a redondear la producción y ponerla en escena” explicó su encargado, Jorge Nayach.
Otro ejemplo representativo es el del Centro Cultural La Panadería, que reabrió sus puertas el 6 de marzo pasado. Ya tienen programadas 2 obras de teatro distintas, un concierto musical y la idea de abrir un taller de teatro para adultxs a partir de abril. Nayach demostró su entusiasmo diciendo que “ya tenemos programación para marzo y abril. Todos quieren trabajar y mostrar su obra de teatro y su música”.
¿Cuáles son los protocolos?
Para garantizar la salud de la audiencia, así como también de lxs artistas y trabajadorxs del ámbito de la cultura, la Provincia estableció protocolos de cumplimiento obligatorio en los teatros:
– Las salas no podrán superar el 50% de la capacidad máxima.
– Uso obligatorio de tapabocas por parte de la audiencia en todo momento.
– Distanciamiento social de un metro y medio entre cada grupo de espectadores.
– Sanitización de los espacios antes y después de las funciones y talleres.
– Presencia de alcohol en gel o alcohol diluido en agua a disposición del público.
– Control de temperatura en la entrada de las salas.
– Garantizar la ventilación cruzada según las posibilidades de cada sala.
– También se establecen protocolos específicos a las áreas de maquillaje, vestuario, cámara, sonido y uso de instrumentos musicales.
¿Cómo se sostuvieron los teatros en pandemia?
En un año marcado por la pandemia y el consecuente freno de las actividades, muchos de los espacios culturales, y en especial los más chicos, se vieron en problemas a la hora de afrontar los gastos. No se contó con ingresos de ningún tipo y la respuesta de la Secretaría de Cultura y Educación municipal fue la del abandono total.
Tunessi explicó que “el año 2020 fue muy duro para la actividad. En Bahía Blanca es de público conocimiento lo que ocurrió a nivel municipal: no se ejecutó el presupuesto de cultura, además de otras cuestiones que obviamente terminaron con el alejamiento de la funcionaria [Morena Roselló] al frente del Instituto Cultural”.
Y si bien no fue suficiente para solucionar los problemas, la asistencia negada por el municipio se contrapuso a la respuesta de Provincia y Nación: “Recibimos ayuda del Instituto Nacional del Teatro y del Consejo Provincial del Teatro Independiente” mencionó Tunessi, lo que se condice con las palabras de Alberto Rodríguez, quien dijo que “por suerte tuvimos un apoyo de Provincia y Nación que hizo que el Centro Cultural se mantenga durante el 2020 totalmente cerrado y sin ingresos. Alcanzó con lo justo para llegar al 2021”.
En este sentido, la asistencia por parte de la Provincia llegó desde el Ministerio de Producción a través de un Fondo para la Reactivación Turística y Cultural. Este dinero se destinó a los 135 municipios bonaerenses, quienes luego se encargaron de distribuirlo entre los espacios culturales que se anotaron en el programa. Específicamente a nuestra ciudad llegaron $7.077.912 en dos tandas a un total de 81 espacios (además de $3.098.148 para 54 establecimientos turísticos).
Por el lado de Nación, el Instituto Nacional del Teatro destinó 4 programas específicos a la Provincia de Buenos Aires: el Programa Podestá 3 a salas y grupos teatrales, el Podestá Reactivar, el Subsidio de Adecuación Sanitaria, sumados a otro plan que abrió su convocatoria en los últimos días llamado Reactivar Escenas, que brinda apoyo económico a espacios de música en vivo y salas de teatro independiente de todo el país. En Bahía Blanca se le dio apoyo como todos los años al Festival Bahía Teatro. Además, con la ayuda del Centro Cultural La Panadería se distribuyeron bolsones de entre 7 y 9 kilos de alimentos secos para diversos establecimientos locales.
¿Qué expectativas tienen para la vuelta?
Como en todos los ámbitos, la vuelta a la actividad difícilmente signifique un regreso a la normalidad. La pandemia sigue y es dinámica, lo que marca limitaciones a la hora de planificar a futuro, teniendo en cuenta que la presencialidad está atada a la situación epidemiológica. A pesar de esto, no se pierde la alegría de volver a los escenarios.
Con esa sensación de entusiasmo prudente es que se plantea el regreso: Tunessi advirtió que si bien están contentos de volver, no quieren hacerlo en condiciones precarias. “Vamos a volver con cuidados estrictos para los artistas y por supuesto para el público”, aseguró.
También Nayach contó que “estamos con todas las expectativas de que a medida que se vaya vacunando la gente esto tienda a normalizarse, creería para fin de año o principios del que viene. Es difícil que se pueda volver a la normalidad este año. Seguimos trabajando para tener una continuidad en la cartelera”.
Por último, Rodríguez remarcó la importancia de cuidar estrictamente el cumplimiento de los protocolos sanitarios. “Tenemos mucha alegría de poder abrir, y una gran expectativa con que las obras que se van a dar van a ser disfrutadas por el público. Necesitamos que la gente vuelva tranquila, la vamos a cuidar”.
Y si bien la situación -no solo sanitaria sino también económica-, no es la mejor, queda claro que desde los espacios culturales el eje está puesto en el cuidado del público y de lxs trabajadorxs para garantizar que todxs puedan disfrutar de la excelente producción de la cultura local.