«Vinimos a cumplir un rol, no somos el fetiche de nadie»

Tiempo juntó a DeAlmeida (árbitra asistenta de Primera), Rubinska (periodista), Jiménez (dirigenta), Contarino (psicóloga) y Nicolau (jefe de prensa) para reflexionar sobre el rol de las mujeres en el fútbol.

A Cecilia Contarino, psicóloga de las inferiores de Racing, el padre de un chico le dijo que si quería que su hijo disfrute de un juego, le compraba un ludo, no lo llevaba a Racing. A Mariana de Almeida, la segunda árbitra asistenta en debutar en Primera, le preguntaron de qué iba a trabajar cuando comenzó el curso. A Luciana Rubinska, periodista, le llama hoy la atención cómo cuidaba al principio de su trayectoria el modo de vestirse. A María Sylvia Jiménez, presidenta de San Lorenzo de Alem de Catamarca, la aplaudieron en su primera reunión en el Comité Ejecutivo por ser la primera mujer en ese lugar en la historia de la AFA. A Marcela Nicolau, jefa de prensa de San Lorenzo, le parece extraño que no haya conocido a otra jefa de prensa. Reunidas por Tiempo, las mujeres charlan acerca de ese camino que se abrieron en un terreno que, hasta algún tiempo atrás, era propiedad de los varones.

Cecilia Contarino: –Estoy en Racing hace nueve años. Empecé a los 27, cuando les llevaba poca edad a los chicos de Casa Tita. Me costó bastante abrirme camino. En el club casi no había mujeres. Hace nueve años, la psicología deportiva y la mujer eran dos caminos difíciles de juntar. Tenía que estar todo el tiempo entrando y saliendo del rol y tener cintura para esquivar los comentarios o las ironías de los chicos, de los técnicos, de los padres.

Mariana de Almeida: –Arranqué en 2004 a hacer el curso en las Asociación Argentina de Árbitros y egresé en 2006. No tuve ningún problema. Cuando recién comencé en Infantiles pasé por las indisciplinas de los padres, pero las reglas son iguales para todos. No es que nos insultan más por ser mujer. Está, obvio, el chiste fácil de «andá a lavar los platos». Pero ya llevo once años, avancé categoría por categoría. Todo tiene un tiempo y un por qué.

Luciana Rubinska: –Hay una foto que se viralizó hace muy poquito de las mujeres que componen los ministerios y la excepción es la mujer. Pero hay progresos y el camino es largo y difícil. Todavía hay muchísimos prejuicios que no tienen ningún tipo de solidez, pero de a poco empieza a crecer la sociedad. A las mujeres, no en el periodismo deportivo, sino en general, no se les dan las mismas posibilidades. Me encantaba el fútbol y la posibilidad de ir, ver y contar. Pero sí recuerdo que no quería salir con escote ni que importara otra cosa más allá de lo que dijera. Había un productor que me decía: «No quieras todo el tiempo demostrar que sabés». Quizás es hasta un machismo que uno tiene adentro. Esa mirada de la que no quería estar pendiente pero que te penetra.

María Sylvia Jiménez: –Llegué al Comité Ejecutivo porque soy presidenta del club de mi provincia, de Catamarca. No soy la única mujer que es presidenta de un club pero sí de los 39 clubes que tenemos en el Federal A. Catamarca está muy lejos pero empecé a venir y a tratar de ver qué se podía hacer por la categoría. Como se modificó el reglamento de FIFA, que exige que se cumpla el cupo femenino, ahora se dio la primera vez que hay una mujer. El reglamento estuvo siempre pero nadie lo cumplía. Y me eligieron a mí.

Marcela Nicolau: –Soy la única encargada de Prensa de Primera. La mayoría de los jefes de prensa viajan, están en el día a día, acompañan a los planteles, y en general se prioriza que el que comparta tanto tiempo con el grupo sea un varón. Arranqué en 2011, en una época difícil de San Lorenzo porque peleaba el descenso. Juan Antonio Pizzi tenía un ayudante chileno, Manolo Suárez, que me dijo que para él en todos los grupos tiene que haber una mujer porque ve cosas que el varón no puede ver, y porque sirve para unir, para restaurar esas diferencias que hay en los grupos.

LR: –En el fútbol estaba el estereotipo de la mujer masculinizada. Es un tema interesante. En el periodismo deportivo televisivo ese estereotipo tristemente nunca tuvo cabida. No me gusta generalizar pero en tele todavía hay como una búsqueda de «estilo modelo». Aunque ahora, además, tiene que saber. Además de ser una bomba, tenés que estar preparada. Es una exigencia más.

MA: –Nosotras entrenamos igual que nuestros compañeros, damos los mismos teóricos y pruebas físicas. No es por menospreciar ni por sentirnos diferentes: somos mujeres y nos vestimos con prenda deportiva, nos peinamos, nos maquillamos, y eso va en cada una.

CC: –El comentario que escucho muchas veces sobre las chicas que vienen a dirigir a Inferiores es «uh, mirá que linda que es». Salomé (Di Iorio) venía con el pelo planchado, las uñas pintadas.

LR: –La verdad es que no me puedo imaginar ponerme en la piel de un árbitro. Y ni hablar, una mujer. Porque es muy cruel. Un error de una mujer en un partido…

MA: –Las autoridades ya saben que estoy hace muchos años trabajando y que estoy a la altura. La que no sabe eso es la sociedad. Al primer error, ya dicen: «Y, qué querés, si es una mujer…».

LR: –En la historia hay errores de árbitros tremendos, pero un error de una mujer se magnifica a niveles tremendos.

CC: –La inclusión de las árbitras en juveniles tuvo mucho que ver. Los chicos se formaron con árbitros mujeres en las Inferiores. Ya lo incorporaron. Así se construye el respeto, la igualdad en el trato, el mostrarles que pueden ser tu mamá o tu hermana. Y que el saber no tiene género.

MA: –En Reserva por ahí me encontraba con chicos que dirigí en Inferiores. Hoy somos 15 mujeres. Somos pocas. No hay chicas que se animen, no es una cuestión de cupo. Por ahí la mujer piensa que no tiene la posibilidad.

MN: –Más allá de algún entredicho que puedo haber tenido con algún periodista por el hecho de que intentan apurarte porque sos mujer y creen que no vas a reaccionar, no tuve malas experiencias. Te agreden verbalmente porque no te pueden pegar.

MA: –A nosotras nos dicen que estamos más en los detalles, que por ahí hay cosas que a los hombres se les escapa. Nosotras, para ganarnos un lugar, hacemos el doble de esfuerzo, estamos atentas a que no se escape nada. Vemos los alcanzapelotas, dónde están las pelotas, las pecheras, todo. Estamos en el momento justo. Antes, quizá la sociedad no estaba preparada. Nos ponen porque estamos capacitadas, no porque alguien tuvo una visión y puso una mujer. Vinimos a trabajar, a cumplir un rol, no somos el fetiche de nadie.

CC: –Es un cambio social. Mucho también tiene que ver que se hable de género y no de sexo. De a poquito se va naturalizando el rol de la mujer en las diferentes áreas de la sociedad. Hay muchos ámbitos que aún se resisten. El nuestro era uno de esos pero de a poco se está dejando vencer. Igual hay muchas mujeres que aún sufren el ser mujer dentro del fútbol.

MA: –El mundo avanza en ese sentido. Y el fútbol también. Está el estatuto de FIFA que obliga a que incluyan mujeres en distintos ámbitos. En el Mundial Sub 17 una árbitra fue la jueza central de un partido. No dicen árbitro mujer o árbitro hombre. Somos árbitros: nos contratan para dar nuestro servicio. El problema es de la gente, de cómo lo ven. El fútbol femenino también se está fomentando muchísimo: Chiqui Tapia dijo que su ideal es que las mujeres puedan tener un sueldo como tienen los hombres.

CC: –¿Habrá botineros algún día?

Fuente: tiempoar.com.ar

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