Florencia Coronel investigadora del CONICET

Investigadorxs de la Universidad Austral y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) firmaron un acuerdo con la empresa estatal jujeña Cannava, para comenzar estudios preclínicos sobre el uso de cannabis en dolores asociados al cáncer. Es el primer ensayo de este tipo que se realiza con aceite producido en la Argentina.

El Laboratorio de Dolor en Cáncer, dirigido por Florencia Coronel (investigadora del CONICET en el IIMT y directora del proyecto), realiza investigaciones en dolor neuropático asociado a fármacos quimioterápicos desde hace más de dos décadas. Sin embargo, el proyecto para el estudio de cannabis es bastante reciente. Comenzaron a diseñarlo hace dos años y, luego de un largo camino burocrático y numerosas reuniones con Cannava, firmaron el acuerdo para comenzar con los ensayos en agosto. La empresa jujeña se encargará de proveer los aceites y el trabajo experimental se realizará en el laboratorio del IIMT, situado en el partido bonaerense de Pilar.

«Nos propusimos estudiar el modelo de cannabinoides en el dolor neuropático asociado a pacientes con cáncer, es un dolor crónico que se produce por una lesión del sistema nervioso».

En tal sentido, explicó que su objetivo es «tratar de buscar alguna combinación de cannabinoides que lleve alivio a los pacientes».

Los beneficios que aportan los cannabinoides son la mejoría de náuseas y vómitos, estimulación del apetito, alivio del dolor recurrente presente en algunos tratamientos clásico de quimioterapia y radioterápia, y la mejoría del frecuente malestar general.

Uno de los avances más recientes se dio en noviembre, cuando se aprobó la nueva reglamentación para la Ley 27.350, sobre uso medicinal de cannabis. Esta reglamentación fue muy reclamada por organizaciones sociales y del ámbito científico porque la ley, sancionada en 2017, presenta varias limitaciones en lo que respecta al acceso al cultivo.

“Desde la sociedad, hay mucha expectativa puesta en el uso de cannabis para tratar distintas patologías, pero, desde la ciencia, aún faltan evidencias. Por eso decidimos encarar esta investigación, porque creemos que los cannabinoides, al actuar sobre el sistema endocannabinoide, que desempeña un rol fundamental en disminuir la señal de dolor del organismo, tienen una gran potencialidad”, sostuvo la investigadora Florencia Coronel.

El Laboratorio de Dolor en Cáncer, que dirige Coronel, realiza investigaciones en dolor neuropático asociado a fármacos quimioterápicos desde hace más de dos décadas. Sin embargo, el proyecto para el estudio de cannabis es reciente.

“Es el primer ensayo en dolor crónico que se hace con aceite de cannabis producido en el país”.

A raíz de la falta de medicamentos efectivos para tratar el dolor, muchas personas que deben someterse a quimioterapia también acuden a formulaciones derivadas del cannabis, con diversos resultados. Por eso, el objetivo del proyecto es evaluar distintas combinaciones de los cannabinoides, para analizar cuáles son las formulaciones, dosis y vías de administración con las que se obtiene mejor efectividad.

Los principales cannabinoides que se pueden extraer de la planta y a los cuales se les han atribuido un efecto en la reducción del dolor son el cannabidiol (CBD) y el tetrahidrocannabinol (THC).

“Si bien hay más evidencia a favor del THC, también se sabe que es el compuesto que produce acciones psicoactivas. A su vez, se ha postulado que el CBD contribuye a disminuir los efectos psicoactivos y a favorecer otras acciones del THC. La idea es probar con ambos para tratar de encontrar qué combinación tiene mayor efecto analgésico y menores efectos adversos”, detalló.

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