MENSAJES CONFUSOS DEL BCRA EN SU INTERVENCIÓN.
• HOY, UN NUEVO INTENTO PARA ANESTESIARLO.
El discurso del Banco Central sobre la libre flotación quedó de lado ante el ruido electoral. El problema de las ventas camufladas a través del BaPro.
Paradojas argentinas: el dólar venía subiendo por las elecciones. Cada día que pasaba, crecía el número de compradores por la incertidumbre sobre su resultado. Ahora por las elecciones, el Gobierno busca que baje. Mauricio Macri dio la orden para anestesiar su cotización. Marcos Peña, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui tomaron nota del ruido que estaba generando la cotización. No más libre flotación del BCRA. Pero el viernes la intervención oficial no fue clara: lo hizo a través del Banco Provincia y no pocos agentes pensaron que eran las mismas ventas que disponía la gobernadora Vidal. Recién con el comunicado del BCRA tras el cierre de las operaciones quedó claro el giro del Gobierno. Y del BCRA. No es lo mismo para el mercado que el vendedor sea el Banco Provincia que sea el Central. Las billeteras son diferentes.
La cuestión ahora es cómo saldrá hoy el BCRA a marcar el nuevo orden cambiario. ¿Seguirá camuflado vendiendo detrás de la banca pública? No se entiende bien esa estrategia que aparenta más a un deseo de querer conservar impoluto, sin mancharse con la venta de divisas. Acaso ese camuflaje sea para no quedar tan a trasmano dado que el 18 de abril pasado Federico Sturzenegger señalara que el BCRA tenía como meta comenzar a acumular reservas. Ese día el funcionario anticipó una postura «más agresiva» en la acumulación de ´divisas. Entonces abundaban los dólares de la soja y Cristina de Kirchner no había anunciado su candidatura en PBA. El problema de hacerlo vía bancos públicos como el BaPro es que en ocasiones no dan crédito a todas las entidades del sistema. Por eso es que cuando alguien quiere comprar, no lo puede hacer.
Pero más relevante que el camuflaje, es cómo y cuánto pondrá de arranque hoy el BCRA a la venta. Lo peor que puede pasar es vender y que no baje. El viernes ya había síntomas de corrida al dólar. Una alternativa es impulsar el tipo de cambio gradualmente hacia abajo y hacer perder dinero a quienes vayan comprando en las primeras operaciones. El mensaje así a pasar es que «el que se me cruce, pierde». Otra alternativa es directamente poner una orden de venta por un monto significativo y esperar que vendedores huyan. Fue lo que hizo Martín Redrado en su paso por el BCRA.
Lo que quedó claro es que Federico Sturzenegger es el hombre fuerte en lo económico dentro del gobierno. No salió el Tesoro a vender dólares pese a que podía hacerlo. Existe una «Mesa de Coordinación Macroeconómica» que integran los ministros de Hacienda, Finanzas, Producción y la Jefatura de Gabinete. Pero la preponderancia de Sturzenegger hizo que se privilegiara la «libre flotación» y los gérmenes de la minicorrida en los últimos 20 días. Existía la confianza de que con las tasas altas y el mayor precio de la divisa, aparecerían los vendedores. Aparecieron, pero pocos. Como está instrumentado hoy el management económico del gobierno, hay poco margen para las opiniones diferentes. El tipo de cambio es un resorte del BCRA. Precisamente en las próximas horas se conocerá a través de la publicación en el Boletín Oficial la designación de Enrique Szewach como nuevo director tras la remoción de Pedro Biscay. Los tres asientos vacantes se completarán tras las elecciones. Sería positivo y daría solidez a la institución, que el directorio tuviera acordado su mandato por el Senado. La OCDE en su estudio económico multidimensional se refirió en uno de sus capítulos a la importancia de tener un banco central independiente. Pero el problema de corto plazo es otro hoy.
Fuente: ambito.com