El día de hoy se cumple un mes de las devastadoras inundaciones que afectaron nuestra ciudad el pasado 7 de marzo. En ese sentido, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) lanzó un informe en el cual se detalla cómo ocurrió, qué características tuvo la catástrofe y qué obras serán necesarias para evitar que algo así vuelva a suceder en Bahía Blanca.
Carlos Torres Carbonell, investigador del INTA y del Departamento de Agronomía de la UNS, afirmó que «fue un evento extremo sin registros históricos de esta intensidad de precipitaciones. Estudiamos los caudales con una estimación preliminar, determinando el área que había volcado el agua hacia el Canal Maldonado y el Arroyo Napostá. A partir de los registros, vimos que en aquellos lugares donde la pendiente fue hacia el Arroyo, se habían superado los 400mm. Estamos hablando de unas 9.000 hectáreas que volcaron esos 40 centímetros de agua en la ciudad. Pensar en una represa en Canesa sería importante, porque la catastrofe sucedió con una lluvia concentrada en esas 9.000 hectáreas, pero la cuenca total del Napostá incluye 120.000. Si llovía en una zona más grande, una represa de esas características hubiese sido necesaria. A su vez, fue muy importante la zona del bajo cerca de los puentes que cruzan la Carrindanga, con con pasturas que retuvieron y filtraron mucho del caudal. Gran parte de la lluvia acumulada quedó ahí. Imaginemos si estuviese urbanizado y sin ese bajo: hay que mantener esas zonas sin urbanizar porque logran acumular el agua antes del arroyo».
📣 Bahía Blanca: magnitud de los #anegamientos antes de la #inundación y cuatro (4) días después de la misma 👉🛰 Clasificación de imágenes satelitales Sentinel-2. INTA Bordenave – @UNS_oficial
💻 Ver el efecto «Antes – Después» 📲 https://t.co/2HZitrPtMW pic.twitter.com/MHWET0gKnb— INTA Bordenave (@INTABordenave) March 27, 2025
«Hacer un buen diagnóstico deja pistas de cómo mitigar en un futuro estos efectos del agua, y debe ser abordado de forma interdisciplinaria. Estos eventos son difíciles de predecir y tratamos de sumar informes y posibles soluciones» Carlos Torres Carbonell.
El investigador declaró que «nunca se puede retener el 100% del agua, pero las zonas no urbanizadas en ciertos puntos de la ciudad pueden bajar la velocidad de avance de la correntada. Debemos llevar adelante estrategias de mitigación para contener el agua y bajar su velocidad para el Arroyo y el Canal puedan escurrir de manera correcta lo que llueva. Esta lluvia nos muestra que cualquier obra de ampliación del Napostá y el Maldonado serían de gran ayuda a un futuro. Ampliar estos canales naturales de desagote nos pueden ayudar a prevenir esta catástrofe».
Por último, Torres Carbonell marcó que «el secreto es bajar la velocidad del agua en su avance, y hay que buscar los puntos estratégicos para hacerlo. Por ejemplo, en el Parque de Mayo pueden llevarse adelante distintas obras en los contornos para que, en una nueva lluvia excesiva en caso que desborde el Napostá y Maldonado, se retenga ahí con curvas de nivel en los contornos del parque. Lo mismo puede realizarse en las diferentes plazas y parques de la ciudad; que el agua sea retenida y luego avance para que desagote mejor. Son estrategias de mitigación a sumar en todos los sectores que se puedan».