Lavih Abraham, economista del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE).
Francisco Cantamutto, economista del IIESS (UNS/CONICET).
Luego de conocerse el acuerdo alcanzado por el Gobierno nacional con el FMI, muchos fueron los análisis y reflexiones de sus ejes principales. Si bien todavía no se tiene un detalle al pormenor de la carta de entendimiento entre ambos entes, hablamos con los economistas Lavih Abraham y Francisco Cantamutto, del MATE y el IIESS CONICET respectivamente, sobre los beneficios y posibles riesgos que deja la nueva estructura de la deuda.
¿De qué se trata el acuerdo en líneas generales? Cantamutto explicó que «se reemplaza el crédito anterior por uno nuevo: cada vez que llegue un vencimiento de la deuda impagable se va a recibir un dinero para pagar el anterior. Es una refinanciación. Eso es lo positivo, se patean los plazos sin una gran impacto en el presente». Este tipo de programa se llama crédito de facilidades extendidas, siendo el más grande que otorga el Fondo. El economista agregó que «normalmente este tipo de acuerdo viene de la mano de reformas estructurales, cosa que no aparece según lo que mencionó el Presidente y Guzmán. Eso es un éxito en cara del Gobierno».
La contraparte de estos beneficios es que, durante los próximos dos años y medio, el FMI supeditará la llegada del dinero para pagar los vencimientos a revisiones trimestrales de la meta económica. Según Abraham, éstas «pueden verse como un condicionamiento. El FMI va a estar presente y poner pautas. No es algo definitivo, pero es una presión». Cantamutto, por su parte, agregó que «todos los acuerdos del Fondo tienen una revisión trimestral, por lo que la presión diplomática va a ser evidente. Vamos a tener que hacer lo que el FMI nos pide, y no queda claro cuáles van a ser los márgenes de tolerancia. Si efectivamente se cumplen las metas, el FMI no debería influir demasiado en la política interna».
«La auditoría permanente va a ser difícil. Puede suceder que algo se escape de lo pactado. En general el Gobierno, más allá del fuego verbal, no ha tenido una posición real frente a los poderes económicos. Personalmente creo que no va a ser posible lograr todas las metas sin plantarse al poder económico de forma real» Francisco Cantamutto, economista del IIESS CONICET.
Uno de los ejes principales mencionado por el ministro de economía Martín Guzmán es el de bajar el déficit fiscal de cara a 2025. Para lograrlo, Abraham marcó que «el FMI no le dice a la Argentina que baje el gasto público, sino que lo equilibre con los ingresos. Guzmán insiste con que no se va a bajar el gasto sino subir la recaudación gracias al crecimiento económico. Me parece que es posible ese sendero«. Una opción factible, según mencionó Guzmán, es la de ajustar los controles que eviten la evasión impositiva. Cantamutto dijo que «hay estimaciones que dicen que las fugas por subdeclaración de exportaciones podrían llegar a 2 puntos del PBI».
«Las alternativas son o bajar el gasto o aumentar la recaudación, o mejorarla con las herramientas que se tienen. El año pasado hubo un crecimiento del 10% y la recaudación superó la inflación. Cuando hay crecimiento económico esto sucede porque se consume más» Lavih Abraham, economista del MATE.
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