Como es habitual, el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS-CONICET) lanzó una nueva edición de la encuesta anual sobre ingresos y deudas en Bahía Blanca, buscando entender cómo impacta el contexto económico a las familias de la ciudad. El año pasado, el estudio relevó que una de cada cinco familias bahienses tuvo que aumentar su endeudamiento respecto al 2023.
Francisco Cantamutto, economista e investigador del IIESS-CONICET, aseguró que «es el quinto año consecutivo que hacemos esta encuesta con una misma metodología, que es la respuesta online a través de la página del IIESS. Es interesante porque no existe otra encuesta en el país que releve estos mismos datos en una misma ciudad, lo cual nos permite ver cómo van cambiando las cosas con el tiempo. Incorporamos este año a siete estudiantes que van recorriendo la ciudad levantando encuestas de forma presencial, tratando de captar respuestas de la población más vulnerable, un dato que a veces se nos escapaba un poco. Es una encuesta anónima, sin preguntas de datos personales, que nos sirve para conocer el estado de la economía domésticas en la ciudad».
👉 ¿Vivís en Bahía Blanca? Participá en una encuesta anónima sobre ingresos y deudas que miembros del @IIESS_CONICET y @Economia_UNS realizan para conocer el impacto del contexto económico en las familias de la ciudad.
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Gracias. @cantamutto pic.twitter.com/i35ROJz7fv— IIESS UNS – CONICET (@IIESS_CONICET) June 19, 2025
«Los indicadores a nivel nacional son preocupantes, porque vemos que una economía que se reactivó tibiamente, pero de forma muy dispareja entre rubros. Un año y medio de crisis y volvimos al principio; no se está creando empleo y se reemplazó por cuentapropismo, con mucha gente con dos o tres trabajos para llegar a ingresos que se parecen a los de hace un año, y la gente que se endeuda para mantener los indicadores de consumo» Francisco Cantamutto.
¿Cuáles son alguno de los datos más llamativos arrojados por la encuesta en años pasados? «El manejo del crédito pasó a ser parte de la normalidad de las familias, y ya no se trata de una anomalía como en otros años. Las familias no solo se endeudan para comprar una heladera o auto, sino para consumos habituales. Esto marca que se financiando constantemente para compras por ejemplo en alimentos con tarjeta de crédito, algo que años atrás era absurdo y hoy forma parte de la normalidad de un gran número de hogares. Esto se da por un lado siguiendo la dinámica inflacionaria, y además por la llegada de agentes financieros que permiten sacar créditos de manera muy sencilla. A priori está bien que la gente tenga la posibilidad de acceder a créditos de primera calidad, y que la gente tenga la capacitación para manejarlos a través de la educación financiera. Pero esa lectura omite que hay gente que lo hace no por educación, sino porque el crédito pasa a ser su única salvación ante una situación compleja, con tasas a veces muy asfixiantes».
A ello, Cantamutto destacó que «los informes del Banco Central manifiestan un considerable y preocupante aumento en la cantidad de cheques rechazados, en tarjetas que ya no pagan el activo, y el impago de créditos personales. La gente labura más horas, usa el crédito y ve que no puede pagarlos. Y todo esto teniendo en cuenta que esos créditos no son por autos de alta gama, son gente que trata de mantener los consumos básicos del hogar. Este año tendremos preguntas específicas pensando en las consecuencias de la inundación para las familias bahienses, sobre todo por los créditos que han llegado a la ciudad en sectores que han perdido autos o electrodomésticos».