Desde la conducción del PJ bonaerense intentaron acordar una posición común, pero hubo intendentes que negociaron por su lado y dieron su consentimiento para que los legisladores aprueben el proyecto.
La ley de Presupuesto de la provincia de Buenos Aires fue sancionada en ambas cámaras legislativas. La fragmentación del peronismo facilitó la aceptación de la norma a pesar de que promueve un fuerte endeudamiento y reduce las autonomías municipales al plantear metas y restricción de la utilización del Fondo Educativo. El oficialismo debió negociar hasta último momento con el massismo y con parte de los intendentes justicialistas. Además, al cierre de esta edición se aprobaban las leyes de Responsabilidad Fiscal Municipal y una nueva ley Impositiva.
“Trabajamos hasta último momento para llevar una posición uniforme del peronismo pero algunos se cortaron solos y arreglaron mejoras para sus municipios a cambio de su voto positivo”, criticaban anoche a PáginaI12 dirigentes cercanos al presidente del Partido Justicialista bonaerense, Fernando Espinoza, apuntando a los jefes distritales que optaron por sacar rédito de la necesidad del macrismo para aprobar el Presupuesto 2018. Con la actual conformación de la Cámara de Diputados el oficialismo necesita de los votos del massismo, pero también de una porción de los justicialistas para lograr los dos tercios de los diputados, algo que cambiará a partir del 10 de diciembre cuando asuman los nuevos legisladores. Con el anuncio del acuerdo entre Nación y provincia de Buenos Aires por el Fondo del Conurbano un sector del peronismo planteaba la postergación del tratamiento del Presupuesto para “saber cuál es el alcance” económico y la forma en la que se utilizará el dinero.
Entre el jueves pasado y ayer, cuando se terminó de dar media sanción en Diputados, las negociaciones fueron intensas y variadas. Los intendentes peronistas se reunieron según su espacio de afinidad atravesados por la interna que se definirá el 17 de diciembre, cuando elijan autoridades partidarias provinciales. En la Cámara, horas antes de que se tratara el proyecto enviado por la gobernadora María Eugenia Vidal, se reunieron un grupo de intendentes del interior para llevar su reclamo sobre la propuesta. Entregaron una carta a los diputados y senadores de la provincia en la que señalaron que entendían que “no se encuentran reunidos los recaudos necesarios para un análisis responsable de la normativa indicada hasta tanto no se conozcan con certeza los alcances del Pacto Fiscal”, por lo que pedían que se postergara la sesión para el jueves. Encabezados por la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, apuntaron contra los intendentes del mismo partido que mantuvieron “reuniones individuales” con el presidente de la Cámara baja, Manuel Mosca. Es que, al igual que el año pasado, algunos de los jefes comunales enrolados en el Grupo Esmeralda como Eduardo “Bali” Bucca, de Bolívar, Juan Pablo de Jesús, del Partido de la Costa y Hugo Corvatta, de Saavedra, visitaron a Mosca durante el transcurso de la jornada.
El oficialismo consiguió la adhesión de 77 votos a favor en la votación general para aprobar la ley, sobre un cuerpo de 92, mientras que 15 diputados votaron en contra. A pesar de que para el oficialismo parecía más sencillo de lo que fue –ya que pensaba iniciar la sesión al mediodía para que se votara en el Senado no muy tarde– el massismo solicitó cambios de último momento y el operativo de seducción al puñado de justicialistas que necesitaban demoró el inicio. Entre los cambios que negoció el oficialismo con los seguidores de Sergio Masa, se fijó un límite de mil millones de dólares para endeudamiento oficial a través de proyectos de participación pública privada, y finalmente se redujo el porcentaje atado a obras del Fondo Educativo que bajó de 85 al 50 por ciento para intendentes del Conurbano y al 40 por ciento en el caso de los del Interior.
Fuente: pagina12.com.ar