VERÓNICA GRUNFELD MÉDICA Y DOCENTE DE LA UNS

El «Programa de Extensión en Contextos de Encierro» y el «Grupo de Investigación y Extensión de Salud en Contextos de Encierro» emitieron un comunicado expresando su preocupación por el tratamiento que se está dando a las medidas alternativas al encierro en las cárceles para contener el COVID-19. Para conocer más detalles hablamos con María Verónica Grunfeld, médica y docente de la Universidad Nacional del Sur: «Siempre en estos contextos de encierro el acceso a la salud es difícil. Pero también lo es afuera, fijémonos en los barrios de Bahía Blanca mas empobrecidos»

El comunicado hace mención: Ante los hechos de público conocimiento relacionados con las decisiones judiciales que han otorgado medidas alternativas al encierro carcelario para algunas condenas penales con motivo de la crisis sanitaria y penitenciaria, y la polémica en torno a ellos, desde el Programa de Extensión en Contexto de Encierro (PECE UNS), y el Grupo de Investigación y Extensión de Salud en Contextos de Encierro (GIESCE UNS), expresamos nuestra preocupación por el tratamiento que se encuentra recibiendo la cuestión. Como proyectos de extensión universitaria que desarrollamos una agenda en el contexto carcelario tendiente a que la pena de prisión sea lo menos deteriorante y deshumanizante posible frente a la futura reinserción social de las personas privadas de la libertad.
«El grupo de investigación y extensión viene trabajando en el penal de Bahía hace 8 años. Ante la la manipulación mediática que vimos del tema nos pareció importante poder plasmar en palabras lo que pasa», agrega Verónica Grunfeld, integrante de «Grupo de Investigación y Extensión de Salud en Contextos de Encierro».

También sostienen que «Las cárceles de nuestro país se ven afectadas por una crisis de superpoblación, hacinamiento, excesos en la prisión preventiva, fuertes restricciones en el acceso a la salud, el trabajo y la educación, problemas de infraestructura, mala alimentación, ventilación e higiene. Tal cuadro se ve agravado por el contexto de pandemia de coronavirus. A ello se suma la presencia de internos con HIV, tuberculosis, diabetes crónica, enfermedades respiratorias, mayores de 60 años, mujeres embarazadas, niñas/os y adolescentes o con otros factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que estos internos necesiten asistencia extramuros».
Por otra parte, Grunfeld profundizó: «Nadie pone el eje en que el contagio se puede propagar con los trabajadores penitenciarios que son quienes entran y salen».

También podría gustarte Más del autor

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.