Una testigo principal pero de oídas

Laura Muñoz contó que se enteró de los negocios de su ex marido porque espió en su celular. Resultó llamativo el papel que cumplió el presidente del tribunal que impidió muchas preguntas de las defensas de los acusados.

Mientras Amado Boudou continúa en el penal de Ezeiza, ayer se desarrolló una nueva jornada del juicio por el caso Ciccone. La testigo estrella del día era la ex esposa de Alejandro Vandenbroele, Laura Muñoz, quien siguió sosteniendo que su ex marido le dijo que estaba trabajando con Boudou a través del amigo del ex vicepresidente, José María Núñez Carmona. Se trata de una testigo de oídas, ya que la mujer nunca vio juntos a Vandenbroele y Boudou ni existen pruebas de que ambos se conocieran. Ayer, Muñoz contó que se metió en el celular de su ex marido, que le fotografío documentos y que por eso sabía que Vandenbroele y Núñez Carmona trabajaban juntos en la refinanciación de la deuda de la provincia de Formosa y que lo hacía a través de una empresa, The Old Fund, que luego operó en el intento de reflotar la imprenta Ciccone. Las defensas de Boudou y Vandenbroele casi seguro pedirán la nulidad de su testimonio porque violó el secreto profesional de su marido, algo que ella conoce porque trabajó en un estudio de abogados. Lo más llamativo del día fue el papel del presidente del Tribunal, Oscar Bertuzzi, un hombre que responde a la Casa Rosada, y que impidió numerosas preguntas de las defensas. Cuando se planteó que Muñoz incurría en falso testimonio se vivió un momento de alta tensión y Bertuzzi actuó prácticamente como defensor de la mujer. En paralelo, el abogado de Boudou, Eduardo Durañona, está esperando que la Sala I de la Cámara Federal convoque a la audiencia para tratar el pedido de excarcelación. En el edificio de Comodoro Py hay un ambiente de crítica por la detención de Boudou, tanto por los escasos fundamentos como por las fotos y videos. Sin embargo la presión política–mediática, a través de operadores que recorren los pisos, se hace sentir cotidianamente.

En la jornada de ayer del juicio por Ciccone, Boudou estuvo ausente ya que pidió no ser trasladado desde Ezeiza. El ex vicepresidente fue visitado durante la tarde por su pareja, Mónica García de la Fuente, que está esperando la llegada de mellizos, dos varones, antes de fin de año. El próximo paso es que los integrantes de la Sala I, Jorge Ballestero y Leopoldo Bruglia, convoquen a la defensa de Boudou a la audiencia sobre su excarcelación. Bruglia fue quien definió con su voto la detención de Julio De Vido, aunque en Comodoro Py afirman que en el caso Boudou hay aún menos fundamentos para privar a alguien de la libertad. Se supone que la audiencia podría ser convocada para el viernes o los primeros días de la semana próxima.

Mientras tanto, en Comodoro Py la jornada fue tensa. Muñoz arrancó su testimonio ratificando que Vandenbroele fue el testaferro de Boudou. En verdad, hasta hoy no se pudo probar que el abogado y el ex funcionario se conozcan: nunca nadie los vió juntos, no hay una sola llamada entre ellos ni apareció ninguna fotografía que los vincule. Eso motivó que Muñoz haya cambiado su versión: antes había dicho que se conocían y hasta hizo trascender que eran amigos de la infancia. Ahora Muñoz señala que su ex marido le contó que trabajaba para Boudou, a través de Núñez Carmona.

De todas maneras, Muñoz agregó que supo que tenían en conjunto una empresa, The Old Fund, que actuó como consultora en la refinanciación de la deuda de la provincia de Formosa, antes de la llegada de Boudou al Ministerio de Economía. La realidad es que Núñez Carmona nunca formó parte de The Old Fund, compañía fantasma que luego se usó para inyectarle fondos a la quebrada imprenta Ciccone. En The Old Fund Vandenbroele sí fue ejecutivo, pero Boudou y Núñez Carmona siempre negaron tener relación con esa compañía. Cuando Boudou declaró, hace una semana, señaló que los movimientos de dinero indican que The Old Fund fue financiada por el empresario Raúl Monetta y por el banquero Jorge Brito, en sociedad con un integrante de la familia Ciccone. Justamente la acusación central contra el ex vicepresidente consiste en que se quedó con el 70 por ciento de las acciones de Ciccone a cambio de salvar la empresa de la quiebra, pero Boudou afirma que no tuvo participación ni en The Old Fund ni en Ciccone.

En el arranque de ayer, la ex esposa de Vandenbroele dijo que éste la amenazaba y que le decía que iba a aparecer en un zanjón. Luego asombró a los presentes contando que le hacía una especie de espionaje a su marido, espiándole el celular y fotografiando documentos. Por esa vía es que ella dice que pudo verificar que Vandenbroele estaba en The Old Fund y que trabajaba para Boudou. Las afirmaciones provocaron respuestas y cuestionamientos de las defensas, en especial del abogado de Núñez Carmona, Matías Molinero. El letrado le marcó a Muñoz contradicciones e incoherencias en las fechas y los hechos, pero Bertuzzi, el presidente del Tribunal los fue frenando, en especial cuando preguntaron sobre aspectos del divorcio y los feroces juicios entre Muñoz y Vandenbroele. De hecho, Vandenbroele pidió no estar presente durante el testimonio de su ex esposa.

Cuando los ánimos empezaron a caldearse y asomaba un pedido de falso testimonio contra Muñoz, Bertuzzi se puso firme y bloqueó la ofensiva de los abogados contra la mujer. Lo que se viene es el pedido de nulidad de ese testimonio, entre otras razones por haber violado el secreto profesional de abogado de quien entonces era su marido.

Fuente: pagina12.com.ar

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