La multitudinaria asamblea y conferencia de prensa realizada ayer en el Incaa demostró el grado de alerta que provocó la remoción de Alejandro Cacetta y las incógnitas sobre el Fondo de Fomento. Al cierre de esta edición se conocieron nuevos despidos.
Los trabajadores de la cultura dejaron en claro que “la cultura no se toca” y que “el cine es identidad”. Lo hicieron ayer por la tarde a las puertas del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), sumergido en denuncias cruzadas, operaciones mediáticas y políticas e incertidumbre acerca de cómo será su continuidad. Un rato antes de la conferencia de prensa que dio cierre a la jornada, y mientras centenares de personas se concentraban en la calle Lima, Pablo Rovito, titular de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc), confirmaba su renuncia y abría así otro frente de preocupación. El referente audiovisual había sido atacado por el Ministro de Cultura Pablo Avelluto y sus operadores mediáticos, al igual que Alejandro Cacetta, ex presidente del Incaa hasta hace unos días, que fue forzado a renunciar. Los trabajadores presentaron un plan de lucha que tendrá especial actividad durante el Bafici, el festival de cine independiente de la Ciudad, que comienza mañana.
“Avelluto, Avelluto, no te lo decimos más, si tocás la Ley de Cine, qué quilombo se va a armar.” Con ése y otros cantos se fue juntando la comunidad del cine horas antes de la conferencia que brindó la Asamblea Abierta de la Comunidad Audiovisual, conformada por diversas entidades culturales y sindicales del sector. En un clima de rechazo unánime a los dichos de Avelluto, que para hoy había anunciado más despidos y una “reestructuración integral” del Instituto, la comunidad cinematográfica alertó con pancartas y volantes sobre el peligro que correría, con una eventual intervención del Incaa, el Fondo de Fomento Cinematográfico, que por ley vehiculiza la recaudación destinada a la producción y el fomento de la industria.
“El cine se sustenta de la propia actividad audiovisual sin restarle recursos a otras áreas del Estado”, dice el comunicado firmado por más de 25 organizaciones, a tono con el video que se viralizó por las redes sociales. “El Fondo proviene del impuesto del 10 por ciento a la entrada de cine y de un gravamen a empresas de radiodifusión. El riesgo es que a través de la nueva ley de convergencia, que el Ejecutivo promueve enviar al Congreso, cambie el status de los canales de cable a compañías de telecomunicaciones, quedando sin efecto ese impuesto que sustenta al cine nacional”, explicó la Asamblea, que llamó a “defender la Ley de Cine y la autarquía del Incaa”.
Cuando comenzó la conferencia de prensa –que por la gran convocatoria de trabajadores del cine, públicos y periodistas tuvo que ser en la calle, con una ingeniería de sonido improvisada para el contexto–, Claudio Remedi, documentalista y docente de la Enerc, leyó otro comunicado en el que se expresó que “en el cine nacional la grieta no existe” y que “ante la dura campaña contra el sector audiovisual, la cultura se va a mantener unida”. “Exigimos transparencia en la redacción del proyecto de convergencia que prepara el gobierno”, reiteraron, mientras una multitud gritaba por la renuncia de Avelluto, principal destinatario del rechazo colectivo. Esa demanda, la del acceso a los borradores del proyecto que prepara el ministro Oscar Aguad, fue la más escuchada, puesto que el temor de la comunidad es que queden derogados los artículos 94 y 97 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, lo que haría que el Incaa perdiera el 60 por ciento de su financiamiento y que los Institutos de música (Inamu) y de teatro (INT) se queden sin fomento.
“El Gobierno no puede negar que haya una campaña en contra de la cultura mientras siga poniendo al frente a ministros como Avelluto o (Darío) Lopérfido”, sentenció a su turno al micrófono el cineasta Luis Puenzo, que llamó a defender la Ley de Cine “todos los días, todas las semanas y todos los años”. “Creo que la comunidad cinematográfica estaba demasiado cómoda pensando que el Incaa iba a ser para siempre”, opinó, y pidió a “quienes están en el centro de la escena” que trabajen para impedir el intento de desfinanciarlo. También recordó el guionista y director de La historia oficial que el Instituto está cogobernado por una Asamblea Federal y por un Consejo Asesor que conforman un triunvirato. “Es muy curioso que Avelluto le haya pedido la renuncia a Cacetta sin consultar a los otros órganos, y también es curioso que éstos no se hayan pronunciado al respecto”, sugirió.
Pino Solanas, uno de los referentes que en los 90 más lucharon por la aprobación de la Ley de Cine, también estuvo presente y destacó que “el gobierno nacional debe saber que no puede modificar leyes nacionales con decretos”. “La cinematografía argentina es una de las diez más importantes del mundo y es espejo del alma de este país. No pueden mirar al cine como una unidad de negocios y por eso vamos a defenderlo a capa y espada”, aseguró. En esa línea se pronunció Virna Molina, referente de documentalistas, que opinó que “el cine debe ser una cuestión de Estado y no de mercancía”.
Antes de terminar, los referentes expresaron también su preocupación por el decreto publicado ayer en el Boletín Oficial que transfirió al Consejo Consultivo del Sistema Argentino de Televisión Digital Terrestre de la órbita de Comunicación a Jefatura de Gabinete. “El decreto no toca el Fondo de Fomento pero nos parece muy llamativo que al primer día hábil después de lo que sucedió con el Incaa, y ante las promesas de que no se van a modificar las cosas, surja esto. Para nosotros es una alerta de que lo que se está diciendo hay que ponerlo en duda. Es otra de las advertencias”, destacó el cineasta Benjamín Avila.
“No es mi intención dirimir aquí las denuncias de corrupción que esgrimieron dos pseudo periodistas, de escaso rango intelectual y nulo rigor profesional. Lo que me parece preocupante es la forma indecorosa en que se mancilló el buen nombre y honor del Sr. Cacetta”, señaló en tanto Rovito en su carta de renuncia dirigida a Ralph Haiek, a cargo del Incaa. “Mi nombramiento es de carácter académico y, como usted sabe, no he tomado contacto ni formado parte de ninguno de los actos administrativos y erogaciones económicas que se han llevado a cabo para realizar las remodelaciones del edificio de la calle Moreno 1199. En mi carácter de Rector de la Enerc, he diseñado la escuela que queríamos realizar y controlado el seguimiento de la obra, día a día, durante los casi seis años que lleva mi gestión. Y estoy sumamente orgulloso del trabajo realizado, que ha colocado a nuestra escuela entre las mejores del mundo. Pero no tuve ninguna injerencia ni contacto con los expedientes de licitaciones, contrataciones y/o compras que se realizaron para llevar adelante dicha obra. Ese trabajo se ha realizado desde la administración del Incaa y usted ha formado parte de la aprobación y gestión de esas acciones (…) ¿Qué debería pensar cuando veo que usted calla y otorga validez a estas acusaciones a sabiendas de la inconsistencia y falsedad de las mismas?”.
Además de la renuncia de Rovito y a pesar de que ayer se negaba que fueran a producirse despidos, al cierre de esta edición se supo que fueron separados de sus funciones el Gerente de Administración, Raúl Seguí (quien será reemplazado por Nicolás Yocca, ex ejecutivo de Radio Continental y Radio Mitre); el gerente de Relaciones Institucionales, Rómulo Pullol; y el responsable de la Unidad de Auditoría Interna, Rolando Oreiro. Por ello la comunidad ratificó su plan de lucha, que comenzará mañana en simultaneo al Bafici y se multiplicará en varias funciones. A las 19 en el Gaumont habrá otra movilización y una campaña de difusión para “desarticular la operación mediática del desprestigio contra el cine nacional”. “Al cine lo cuidamos entre todos”, cerraron los directores, productores, distribuidores, actores y técnicos, que dieron otra muestra de la fortaleza y la unión de la comunidad cultural.
Fuente: pagina12.com.ar