El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, sostuvo que no debería incluirse en los acuerdos salariales la posibilidad de reabrir la negociación si el aumento de la inflación supera el de los salarios. Además, ratificó la meta del 15 por ciento.
Pese al fuerte rechazo de los principales referentes de la CGT y las CTA, el Gobierno de Mauricio Macri insistió ayer en ponerle un techo del 15 por ciento y eliminar la cláusula gatillo de las paritarias de este año. El encargado de remarcar la posición oficial fue el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quien sostuvo que no es necesario que éste último ítem sea incluido en las negociaciones de este año porque, según dijo, “hay una pauta inflacionaria revisada”. El funcionario ratificó así los dichos del jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien blanqueó esta semana la postura oficial sobre los salarios.
La cláusula gatillo es un compromiso incluido en un acuerdo paritario mediante el cual las empresas o el Estado se obligan a reabrir la negociación con los gremios en caso de que el porcentaje de la inflación supere el porcentaje del incremento salarial acordado inicialmente.
Esta herramienta, cuyo objetivo es que la inflación y la consecuente suba de precios no deterioren aún más el poder adquisitivo, es incluida cuando hay sospechas de que la pauta inflacionaria no será cumplida. En 2015, el Gobierno había previsto una inflación del 25 por ciento y el año terminó en 40,2, mientras que en 2017 la pauta fue del 17 y el año cerró en casi 25. Los dos años estuvieron lejos de las previsiones oficiales.
Para este año la pauta es del 15 por ciento y varios analistas ya estiman que cerrará al menos en el 20. Sin embargo, para Frigerio “el país tiene hoy una pauta inflacionaria revisada”, ya que a fin del año pasado se “recalibró” la meta del 10 al 15 por ciento. Es decir que, según Frigerio, ésta vez el cálculo no fallará como en los años anteriores. Sobre la base de esta hipótesis, consideró entonces que la cláusula gatillo “es un buen instrumento del que no hay que enamorarse” y que, por lo tanto, no será necesaria para 2018.
Este intento de condicionar las paritarias se suma al mensaje que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, lanzó cuando dijo que el techo de las negociaciones debería ser del 15 por ciento. En la misma línea que Peña, Frigerio aseguró: “Creemos en las paritarias libres. Pero si tenemos una lucha contra la inflación todos los sectores tienen que actuar en consonancia. Lo lógico sería que la discusión paritaria tenga en cuenta esto”, aclaró de inmediato.
Por otra parte, sostuvo que la inflación “no se podrá derrotar si no se baja el déficit fiscal”. “Desde 2004 los recursos del Estado fueron mayores a los gastos. Hemos bajado el déficit fiscal con una economía creciendo que hace mucho no ocurría”, concluyó el ministro, pintando un panorama más que optimista sobre la realidad económica.
Esas apreciaciones se chocan de lleno con el documento emitido el jueves por los máximos referentes de la CGT. Durante una cumbre en Mar del Plata, sindicalistas de la talla de Hugo Moyano (camioneros), Luis Barrionuevo (gastronómicos), Sergio Palazzo (bancarios) y los triunviros Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, entre otros, descargaron una serie de críticas al oficialismo y reclamaron el cumplimiento de varios puntos como la derogación de la reforma previsional, la realización de paritarias libres y sin topes y el rechazo a la reforma laboral. “Es imposible suponer que se va a eliminar la pobreza o tan solo bajarla si se sigue sosteniendo un trazado económico contrario al interés Nacional”.
Fuente: pagina12.com.ar