Después de que la Corte Suprema resolviera que la investigación por la muerte de Alberto Nisman tramitará ante la justicia federal, la jueza Fabiana Palmaghini –quien hasta el martes pasado llevó adelante la causa- aceptó hablar con Tiempo. Es la primera vez que la magistrada concede una entrevista a un medio periodístico.
–¿La Corte le sacó un peso de encima?
–Imaginaba que podía pasar. Yo me declaré incompetente el 1º de marzo y estaba segura de que más tarde o más temprano la causa se iba a ir a la Justicia federal. A mí no me significa nada especial. Es una causa importante en la que mi juzgado trabajó mucho. Ahora le toca al colega de Comodoro Py.
–¿Qué cree que le pasó a Nisman?
–El abanico de posibilidades es el mismo desde el principio: suicidio, suicidio inducido u homicidio. Si leen mi declaración de incompetencia, no me incliné por ninguna de las tres. Porque hasta que no esté terminada la investigación es imposible saberlo. A lo largo de todo este tiempo había momentos en que pensaba una cosa y luego aparecían datos que me llevaban para otro lado. No sé qué fue lo que pasó. Si hubiera tenido certezas habría resuelto la causa.
–Le preciso la pregunta: ¿a Nisman lo mataron?
–Yo nunca puse «homicidio» en la resolución. Pero la investigación no está terminada.
–¿Cree que se llegará algún día a descubrir la verdad?
-Durante casi dos años hemos trabajado para eso. Como sociedad nos merecemos saber la verdad. Cuando decidí reasumir la investigación entendí que había líneas que no se habían profundizado y encaré medidas para ir por esas hipótesis no exploradas debidamente. Teníamos pendiente un peritaje integrador que podía resultar esclarecedor. El actual gobierno nos ofreció la participación del FBI y el fiscal de la causa nos propuso la reconstrucción del hecho. El nuevo juez deberá resolver si sigue con eso, pero para mí era un peritaje muy importante.
–Con el diario del lunes, ¿qué se pudo haber hecho mejor?
–Creo que debí reasumir la investigación antes de lo que lo hice. Y que me apresuré a declararme incompetente después de la declaración de Stiuso. Quedó la idea de que ese testimonio fue decisivo cuando en realidad no fue así. Por lo demás, todo lo que estuvo a nuestro alcance lo hicimos.
–¿La «asustó» la declaración de Stiuso?
–¡Qué me va a asustar! La declaración de incompetencia me la marcó el Código Procesal Penal. El atículo 26 fija cuándo actúa un juez de instrucción y el 33, cuándo lo hacen los jueces federales. Lo dice el Código, no el susto. ¡¿Qué susto?! Stiuso, con su declaración, sumó elementos que me hicieron entender que no podía seguir yo con la causa. Pero en términos de la investigación en sí, lo que dijo no le aportó nada relevante ni decisivo a la causa. Él dijo que en su opinión, a Nisman lo mataron. Pero él mismo reconoció que no tenía prueba directa sobre el homicidio.
–¿Si le hubiera dicho «para mí Nisman se suicidó» también se habría declarado incompetente?
–Sí. La declaración de incompetencia no tuvo nada que ver con lo que Stiuso opinó sobre lo que le pasó a Nisman.
–Decía hace un momento que hizo todo lo que estuvo a su alcance. ¿Qué no estuvo a su alcance?
–La colaboración internacional, por ejemplo. Hace un año le pedimos a Estados Unidos que nos aportara información sobre las cuentas de mail de Nisman. Todavía lo estamos esperando. Lo último que sabemos es que los exhortos todavía no salieron del Departamento de Estado. Allí pudo haber información importante. No sé si hoy podríamos recuperarla, porque ha pasado mucho tiempo.
–¿Cómo evalúa la actuación de la fiscal Viviana Fein en la investigación?
–Cuando ella tenía delegada la causa, nosotros hicimos un seguimiento día a día de la investigación. Y cuando detectamos errores los señalamos, y marcamos –a modo de sugerencia– cursos de acción. A veces nos escuchó y otras, no. Soy muy respetuosa del trabajo de los demás.
–Usted sabe que llueven las críticas al trabajo de Fein…
–Todos nos equivocamos. Pero Fein es una mujer honesta, puso lo mejor de sí para esta investigación. Cuando consideré que debía hacerme cargo del expediente, lo hice. Cuando fue necesario pedir que se investigara un hecho que la involucraba, lo hice. Hay que tener en cuenta que es una causa muy compleja por su trascendencia.
–¿Recibió presiones del anterior gobierno?
–Nunca. No me llamaron, no me «operaron», no me mandaron emisarios. Vuelta a vuelta la expresidenta hablaba de mí en sus discursos, erróneamente por cierto. Pero fuera de eso, nada.
–¿Por qué erróneamente?
–Porque dijo que yo había archivado la causa por la muerte de Lourdes Di Natale, la exsecretaria en el gobierno de (Carlos)Menem, como un «suicidio». Y eso no es cierto. Yo nunca archivé esa causa.
–Era lógico que la expresidenta estuviera enojada. Sus publicaciones en Facebook no fueron precisamente amables…
–Escribí en mi muro y para mis amigos. Lo hice como persona, no como jueza. Cuando trascendieron esos mensajes y aparecieron mis fotos que estaban en el perfil de Facebook entendí la dimensión que tenía esta causa. Y desde ese momento sentí vulnerada mi privacidad todo el tiempo. Comprendo que fue imprudente.
–¿Cómo imagina su carrera judicial de ahora en más?
-Corta. Me falta poco para jubilarme. Hace casi 40 años que estoy en el Poder Judicial. He tenido aciertos y errores. Pero de algo estoy segura y satisfecha: nunca me traicioné.
–¿Votó por Macri?
–No voté. Estaba afuera del país.
–¿Hubiera votado por Macri o por Scioli?
–El voto es secreto. «
Fuente: tiempoar.com.ar