El debate se dio en simultáneo con la movilización contra la violencia machista y predominó la voz de las senadores, que en muchas de sus exposiciones respaldaron la manifestación. Solo Federico Pinedo y Ernesto Martínez votaron en contra.
Mientras en las calles miles de mujeres de todo el país se manifestaron por el fin de la violencia machista, el Senado aprobó ayer el proyecto de paridad de género en la conformación de las listas de candidatos y la conducción de los partidos políticos. Si bien contiene algunas diferencias, la iniciativa va en el mismo sentido que la que se debatía anoche en la Cámara de Diputados, incluida dentro del paquete de reforma electoral. El proyecto fue aprobado por 57 senadores de las distintas bancadas. Solamente 2 votaron en contra: el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y el cordobés Ernesto Martínez, también de Cambiemos. Como no existió coordinación y en ambas Cámaras se estaban tratando de manera simultánea propuestas similares, hasta ayer no se sabía cuál de las dos iba a resultar finalmente sancionada.
“No es inocuo que estén o no las mujeres en los lugares de poder y de decisión. A 69 años de la sanción del voto femenino y 25 años de la ley de cupo, hoy venimos a tratar el tema de la paridad. Este es un avance en el sentido de que el cupo fue entendido, militado y plasmado en la ley, como una medida de acción positiva y como una manda constitucional que estableció la reforma del ‘94. Pero hoy estamos trayendo otra cuestión, que va más allá. Dejamos de lado ya la transitoriedad de la medida, para una cuestión permanente que establezca para siempre la equidad, poniendo a la cuestión demográfica también como una cuestión importante”, explicó Marina Riofrío (FpV-PJ), presidenta de la Comisión de la Banca de la Mujer. Con carteles contra la violencia de género en sus bancas y en una sesión en la que predominó la voz de las senadoras, las representantes de todos partidos políticos expresaron su respaldo. “Hoy es un día de reflexión para las mujeres, hoy adherimos a la marcha ‘Ni una menos. Vivas nos queremos’ y, a la vez, es un mojón en nuestro camino porque podemos tratar este proyecto”, señaló Magdalena Odarda, de la Coalición Cívica.
La puntana Liliana Negre de Alonso esbozó además una crítica al tratamiento que se le está dando al tema en la Cámara baja, donde Cambiemos lo incorporó al debate como parte de la negociación política: “Esta no es una ley ómnibus que viene con la reforma electoral al lado del voto electrónico”, lanzó la peronista federal.
La media sanción del Senado establece la alternancia desde el principio al fin de los suplentes en la lista para diputados nacionales. En el caso de los senadores, se estableció un criterio diferente dado que se eligen dos cargos por la mayoría y uno por la minoría. La lista también va alternada entre hombres y mujeres pero en el caso de que deba ser reemplazado uno de los senadores que ingresó por la mayoría, le deja su banca al senador (o senadora) suplente del mismo sexo. En cambio, cuando tuviera que dejar su banca un senador (o senadora) que ingresó por la minoría, lo reemplazará quien lo seguía en la lista como senador o senadora titular. De esta manera se busca revertir una cuestión de hecho: en la mayoría de los casos quien encabeza la lista es un hombre, acompañado por una mujer. Si esa fuerza sale segunda, ingresa sólo el primer postulante de la lista (un hombre) y en caso de renuncia o fallecimiento lo reemplazaba el suplente, también en la mayoría de los casos un hombre. Así, el cargo pasará a ser de una mujer.
Durante las exposiciones hubo múltiples manifestaciones de adhesión a la movilización de ayer y también algunos debates sobre las características de la marcha. Senadoras como Sandra Giménez consideraron que los hombres no debían quedarse detrás sino participar a la par de las mujeres. Otras como la macrista Laura Rodríguez Machado aprovecharon para criticar a Guillermo Moreno o Andrés Larroque.
“Conozco y conocemos todos el precio de ser mujer en la política. Conozco y conocemos todos que entre dos hombres se debaten cuestiones de poder y entre dos mujeres que hacen política se debaten cuestiones de peluquería”, señaló Virginia García (FpV-PJ). La senadora camporista advirtió sobre la “violencia institucional” que se ejerce aún hoy en el Senado y reivindicó en cambio las figuras de Evita, Cristina Fernández y Milagro Sala, quien “continúa siendo una presa política solo por el hecho de haber conseguido un nombre y una identidad a quienes no la tenían hasta ese momento”.
Pero el discurso más llamativo fue el del cordobés Martínez, el único que se expresó en contra. Según el dirigente juecista, la discriminación a la mujer ya “desapareció” porque hubo una presidenta, actualmente hay una vicepresidenta mujer, cinco gobernadoras, 36 por ciento de diputadas y 44 de senadoras. “¿Alguien me puede explicar dónde está, entonces, limitado el acceso de la mujer, por lo menos al Congreso de la Nación?”, preguntó Martínez, quien calificó el proyecto como “demagógico”. El senador de Cambiemos emparentó la propuesta con iniciativas del fascismo italiano o el nazismo: “Los cupos se reconocen en las organizaciones políticas corporativas donde se separan hombres y mujeres: se da en los fascios de Mussolini, en las secciones alemanas del Partido Nacional Socialista, en la Falange española”. Para rematar, adelantó que no votará “nada que tenga olor a actitudes o conductas corporativas”.
El otro senador que votó en contra fue Pinedo, quien prefirió no hacer uso de la palabra. Luego de la sesión explicó que no comparte el proyecto porque “hay que dejar espacio para quienes defienden los valores de las personas más allá de su género”. “El sexo no es todo”, graficó el presidente provisional del Senado.
Desde Cambiemos adelantaron ayer que tratarán de aprobar el proyecto proveniente de Diputados, que llegará a la Cámara alta hoy, tras la sanción de la reforma política.
Fuente: pagina12.com.ar