Sorpresa y perplejidad. Así, reaccionó ayer el randazzismo frente a la noticia que Daniel Scioli soltó por televisión: que, tras una consulta con la presidenta, decidió que su vice fuera el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, el dirigente que acompañó a los Kirchner desde Santa Cruz y que fue testigo y protagonista de los tres mandatos en la Casa Rosada. Si bien en los últimos días en el entorno del ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, tomaron nota de los movimientos del sciolismo para presionar por una única fórmula presidencial para las primarias del kirchnerismo, el nombre de quien acompañará al gobernador bonaerense los dejó sin mucho margen de acción.
Al cierre de la edición de Tiempo Argentino, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, mantenía una reunión con su círculo de colaboradores más cercanos en su despacho en la Casa Rosada. Durante más de dos horas, discutió con ellos el escenario. Desde allí, solo dejaron trascender que no habría anuncios o novedades: «Sin comentarios.» Mientras tanto, distintos dirigentes y funcionarios del oficialismo salían a celebrar la noticia de la incorporación de Zannini a la fórmula presidencial que encabezará Scioli en una marea de definiciones que presionaba aún más al ministro para que depusiera su candidatura. Algunos randazzistas insistían con que el anuncio de Scioli era la última operación del bonaerense y que el ministro no desistiría. Sin embargo, Randazzo parecía anoche esperar un llamado desde Olivos y una charla con la presidenta para definir su futuro político, la forma histórica en la que el oficialismo define, contrareloj, las candidaturas.
Poco querían decir sobre la posibilidad de que Randazzo -quien tenía pautado para hoy un acto con Fernando Espinoza en La Matanza- finalmente decida ser candidato a gobernador bonaerense. Ocurre que en las últimas horas el ministro tensó la cuerda y jugó a todo o nada. Pocas horas antes de que Scioli anunciara su compañero de fórmula, el ministro hizo una definición durante una entrevista en Radio América que –horas después- cobró otro significado: «Si yo no puedo participar de las primarias, voy a ser un simple militante, pero sin ejercer un cargo público. No es por capricho. Hay dirigentes que son parte del problema de la política en la Argentina”.
Fuente: Infonews