Finalizado el paro internacional de mujeres se dieron a conocer varios casos de violencia institucional.
En la desconcentración masiva de mujeres que concurrieron a la movilización, un grupo de activistas se acercaron a la Catedral de CABA y protestaron arrojando piedras y botellazos. Estela Díaz, secretaria de género de la CTA, dialogó en Periodismo En Libertad, y explicó que si bien es un debate propio dentro del movimiento porque varias no apoyan estas formas de expresión, hay una historia cierta entre la iglesia y las mujeres. La organización eclesiásticas siempre ha estado en contra de todos los derechos y avances en cuestiones de género: «Es una institución que tiene poder de incidencia en la política y siempre han sido usado para que no consigamos leyes a nuestro favor. Siempre aparece quien provoca, pero en general no es del grupo de mujeres que están allí».
Lo que no se explica, según Estela Diaz, es la ostentación desmedida del aparato represivo para amedrentar a los que se manifiestan en las calles. Durante la noche, un grupo de mujeres estaban cenando en una pizzería y la policía, bajo la excusa de «querer desalojar la zona» necesitaban tener detenidas por los disturbios. Por eso fueron 20 las jóvenes reprimidas, golpeadas brutalmente y trasladadas a distinta comisarias.
Las que ya fueron liberadas se encuentran en Tribunales realizando la denuncia por violencia institucional.