Durante el acto del 3 de junio en Punta Alta, Olga Corrales hizo pintadas contra el machismo en un monumento y fue detenida. Hoy debe declarar en la fiscalía, junto con otra activista. En la causa, la municipalidad de Coronel Rosales figura como “víctima”.
Una artista plástica y reconocida activista feminista de Bahía Blanca fue denunciada en la justicia y tiene que presentarse hoy a declarar en una fiscalía porque en la marcha del 3 de junio, en Punta Alta, pintó en el monumento de la plaza central un grafitti con aerosol con la leyenda “Ni Una Menos”, y en baldosas frases como “Más feminismo para no morir” y “Vivas nos queremos”. Después de esa intervención, tomó el micrófono y denunció la falta de políticas efectivas para prevenir los femicidios, y fue detenida por la policía local, en un desmesurado procedimiento en el que un patrullero llegó al lugar de contramano, para llevarla a la comisaría. La denuncia contra Olga Corrales fue promovida por el municipio de Coronel Rosales –al que pertenece Punta Alta–, gobernado por el intendente de Cambiemos, Mario Uset, quien desde su cuenta de Twitter increpó ese mismo día a la artista plástica. “Tus manos mugrientas no manchan la bandera de #NiUnaMenos, que es la bandera de todos. #Vergüenza nos da compartir con vos este lugar”, sostuvo Uset. Lo llamativo es que en ese mismo monumento hay graffitis anteriores que no generaron la apertura de ninguna causa judicial ni la verborragia del jefe comunal, lo que dejaría en evidencia que lo que molesta o “daña” no son las pintadas sino su mensaje a favor de los derechos de las mujeres.
El caso es uno más de los registrados en los últimos meses, donde activistas feministas son denunciadas en la justicia por hacer pintadas. Las causas judiciales avanzan y no son archivadas, como muchas veces sucede con las denuncias por violencia de género de mujeres maltratadas por sus parejas. La paradoja es que para despertar la conciencia que hoy la sociedad tiene sobre esta problemática fue necesaria la movilización masiva impulsada desde las organizaciones de mujeres, con carteles y pintadas en las calles. El episodio también pone en evidencia cómo referentes de Cambiemos –el candidato a senador y ex ministro de Educación, Esteban Bullrich– pretenden meterse bajo el paraguas del movimiento “Ni Una Menos”, cuando las últimas manifestaciones convocadas con esa consigna han sido claramente anti macristas, contrarias a las políticas de ajuste que impone el Gobierno nacional y le reclaman medidas efectivas para prevenir las distintas formas de violencia machista, cuya expresión más extrema son los femicidios.
Unos días antes de la marcha del 3J en Punta Alta -a 35 kilómetros de Bahía Blanca– había sido asesinada, una joven de 20 años, Camila Yésica Raquel Enríquez, por parte de su novio, de 21, e integrante de la Armada, Alan Nicolás Martínez, que después de balearla, intentó suicidarse.
La artista plástica de Bahía Blanca no es la única denunciada por “por daño agravado” en Punta Alta: también otra activista y música independiente, Candelaria Bertoni. Hoy se tienen que presentar en la Ayudantía Fiscal de General Rosales, por orden del fiscal a cargo de Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 12 del departamento judicial de Bahía Blanca. La carátula de la causa menciona como “víctima” de los hechos que se les imputan a la Municipalidad local.
–¿Qué pasó en la marcha del 3J en Punta Alta?
–Me invitaron amigas y compañeras feministas independientes de Punta Alta para colaborar con ellas en la marcha de Ni Una Menos. Las compañeras están teniendo muchos problemas, amenazas y resistencia, es un lugar de militares, un punto importante por donde pasa la red de trata de mujeres. Durante la concentración, hice un graffiti con aerosol en el monumento de la plaza central con la frase “Ni Una Menos”, y en las baldosas escribí “Mas feminismo para no morir”, “Vivas nos queremos “ y “Ni una menos”. El resultado fue muy violento y ridículo: una mujer policía me detiene sin saber explicar el motivo, con empujones y mucho nerviosismo, hasta que se cruzó un patrullero en contramano, y bajaron dos policías más, y me llevaron hasta la comisaría. Me empujaron, me arrebataron el celular, borraron lo que estaba filmando. Fue ridículo y bastante espectacular el procedimiento cuando tranquilamente podrían haber solicitado la investigación de antecedentes desde el patrullero. Como no tengo antecedentes, me liberaron a los 15 minutos. En todo momento me acompañó una amiga que es abogada, que inmediatamente interpeló el accionar y abuso de autoridad de la policía.
–¿Qué le parecieron los dichos posteriores del intendente hacia su persona?
–Es grave lo que escribió por su responsabilidad como funcionario, porque es un comunicador social y porque así está avalando cualquier acción que alguna persona “indignada” con el graffiti pueda tener contra nosotras. Sumado a que una periodista, sin ningún tipo de ética, menos sororidad, publicó mis datos completos y el lugar donde vivo, por una contravención menor, cuando no ocurre lo mismo con femicidas, violentos machistas o violadores. Al final, intervinieron otras compañeras y lograron que los borre, pero quien quiso tomar nota, pudo hacerlo.
Aunque la frase del intendente publicada en Twitter logró algunas adhesiones en redes sociales, fue mayor el repudio: “Vergüenza te da a vos. A mi me da vergüenza que no hayas hecho nada por Camila. Estas pibas hicieron más que vos”, escribió una joven. “Te perjudica más una pared pintada que una chica baleada por su ex pareja? mujeres desaparecidas? LAS PAREDES SE PINTAN LAS PIBAS NO VUELVEN”, fue uno de los twitts que se replicaron por esos días.
Corrales tiene una larga trayectoria en la que conjuga arte y activismo con sus esculturas de mujeres con metal. Por su trabajo recibió varios premios, entre ellos un reconocimiento a la labor como Mujer Artista Social en conmemoración al “Día Internacional de la Mujer 2014 “ por parte del Consejo Provincial de la Mujer y la Red de Violencia. Y otro como mujer destacada en Cultura por la Universidad Nacional del Sur.
Fuente: pagina12.com.ar