Patricio Lodeiro, emprendedor, visitó el estudio de Radio Urbana para contar el emprendimiento de dulces caseros que lleva adelante junto a su pareja, Eugenia. Con la llegada de su hija, Canela, decidieron emprender para sumar una entrada de dinero fija. Primero probaron produciendo pastas secas y luego incursionaron con los dulces caseros. «Yo siempre fui cocinero, es mi oficio».
Como contaban con una higuera, sus primeros dulces caseros fueron de higo. «Con la higuera pasó algo especial. A la gente de Bahía le gusta mucho el dulce de higo por una cuestión emocional. Les recuerda a su infancia porque los primeros italianos en llegar al país plantaban una higuera en su patio». Así fue como los primeros frascos de dulce de higo se vendieron en menos de dos semanas.
Con la ayuda de un conocido que les regaló unas ollas y mesadas pudieron comenzar su emprendimiento. «Solo tuvimos que comprar los mecheros y arrancamos». Sin embargo, no todos fueron aciertos. «La primera tanda de frutillas la quemé. Te vas a equivocar y hay que reponerse. Es un poco de suerte y mucho laburo».
Para profesionalizar su proyecto, realizaron cursos para producir mermeladas seguras. Además, aprendieron diferentes estrategias para acercar su producto al público. «Al principio te compra tu primo y después eso no te alcanza. Por eso salimos a vender a la calle. En cada feria que podemos estar estamos. Ponemos cazuelas con diferentes dulces e invitamos a la gente a probarlos».
Así fue que sus dulces cobraron notoriedad en Bahía y pudieron poner su stand en la Fiesta del Camarón y el Langostino, La Rural y las ferias de Disfrutá Bahía. «La diferencia con un dulce industrial es que usamos azúcar de mejor calidad. Tratamos de dar nuestro toque, hacer lo que no pueda hacer una máquina».