América TV armó una fórmula singular que le permitió consolidarse como el tercer canal más visto de la televisión argentina, durante junio cosechó un 30% más de rating que Canal 9 –su histórico competidor–, casi el triple que el de la TV Pública, y el clima electoral recalienta su pantalla y multiplica su rebote. El secreto a voces del último gran fenómeno de la televisión de aire local parece articularse entre el pasado y el futuro. Por un lado, funciona casi como un regreso a los orígenes del medio: sus 90 horas semanales de programación en vivo (solo de lunes a viernes) recuerdan los primeros pasos de la TV, en los que la imposibilidad de grabar obligaba al vivo permanente. Por el otro, la explotación recurrente del panelismo y la exportación de los formatos de los programas de chismes a los de política constituyen una apuesta cada vez más efectiva e influyente, a tono con las demandas de las redes sociales.
Todo está inventado, dicen. Sin embargo, América TV tomó una dirección muy clara y consistente que le permitió diferenciarse con claridad y ganarles a sus competidores. «Lo que instaló América TV es la migración del formato clásico de chimentos a la política. Todos sus programas están dentro de la lógica o vinculados a Intratables, que es el programa político de la televisión y uno de los más vistos. Se supone que hay un montón de voces a través de los panelistas y de los invitados, pero rara vez aparece el diálogo: todos gritan y son interrumpidos. Así se complica llegar a una idea o una síntesis. Pero se supone que todos pueden hablar y esa mecánica parece seducir a propios y ajenos», explica Natalia Vinelli, docente en la carrera de Comunicación de la UBA y referente de Barricada TV.
Un repaso de la grilla del canal permite apreciar una estrategia sin dobleces. Por un lado aparece el histórico mascarón de proa de la señal: Intrusos, que encuentra su «descendencia» con leves matices en Infama, Secretos verdaderos, Pamela a la tarde y Ponele la firma. Más por el lado de la política, Intratables es el símbolo de estos tiempos, pero lo siguen Animales sueltos, La cornisa y Debo decir. Aunque casi siempre los tratamientos y temáticas dificultan las separaciones tajantes de rubros: el debate por la supuesta infidelidad de Diego Latorre y el de la deuda a 100 años que contrajo el gobierno nacional pueden consumir el mismo tiempo y despertar la misma tensión. Cocinando para vos y los noticieros del mediodía y la noche escapan a la lógica del talk-show. Pero lo que más sorprende es la total ausencia de programas de ficción locales, algo que contradice los postulados de la hoy maltratada (pero vigente) Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Muchas veces las tendencias o apuestas exitosas son hijas de las dificultades. Carlos Ulanovsky, autor, entre otros, de 1951-1976. Televisión argentina: 25 años después y ¡Qué desastre la TV! (2009) considera que en algún momento la dirección del canal descubrió el potencial de poner programación en vivo durante casi todo el día: «Se dieron cuenta de que era más barato que los productos de ficción o cualquier otro de mayor elaboración y empezaron a ver que les daba buen rating la opinión y la polémica. Me parece que todo esto tiene que ver con la precarización de la economía en general y el medio en particular. Entonces, jugaron a pleno con un fenómeno como el panelismo que viene desde hace casi unos diez años, pero al que América TV se abraza como nadie». Ulanovsky también se permite reflexionar sobre el panelismo como una forma «práctica de ejercer el periodismo» y asegura –no sin ironía– que lo deberían incluir como materia en las escuelas de periodismo.
La lógica histórica de la televisión de aire es su naturaleza generalista. Se sostiene en el mandato de una grilla diversa que procura que no se le escape ningún público. Por eso tiende a incluir información, ficción, juegos, deporte, contenidos para niños y más. América TV prescinde de esta lógica. Desarrolla una política más parecida a la de un canal de cable en cuanto a su uniformidad y explota el panelismo en casi todos los horarios y con todas las temáticas –espectáculos, inseguridad, política, economía–. De alguna manera, ese manual de estilo parece una reconversión de los programas de cable con una mesa y un helecho, solo que ahora los opinólogos e invitados se multiplican, los tonos se exacerban y los decorados son mucho más sofisticados.
La televisión vive momentos difíciles a nivel mundial. La competencia de los servicios de contenidos en streaming, YouTube y las redes sociales –entre otras– contribuyen en achicar el encendido y disolver la ceremonia de la familia reunida para mirar la tele. Lila Luchessi, doctora en Ciencia Política (UB) y licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA), asegura que la actual grilla de América TV nace «básicamente de la crisis de cómo pensar unidades de negocios en medios tradicionales. Este tipo de programación tiene un costo mucho más bajo que si hacés ficción o apuestas más arriesgadas y a América TV le dio presencia de marca y lo posicionó como un canal de talk-shows. Hasta el momento la jugada le dio sus resultados».
Otra de las particularidades de América TV es su rebote en las redes sociales. Ya sea vía adhesiones fervorosas o indignaciones recalcitrantes, la señal alcanza una gran amplificación en el mundo virtual que compite casi mano a mano con la de gigantes –en rating y presupuesto– como Telefe y El Trece. «Me parece que hay una relación bastante clara entre esa búsqueda de escándalo y de espectacularidad y cómo eso se replica en redes sociales», sostiene Vinelli. Ulanovsky coincide: «No me cabe la menor duda de que están todo el tiempo pensando en las redes sociales. Estar en las redes sociales es más importante que figurar en la primera plana de un diario o, por lo menos, equivalente. Si el programa tiene repercusión, en el primer espacio que hay que verificarlo es en las redes.»
Este año América TV sumó a su grilla el clásico argentino Polémica en el bar. No dejan de sorprender sus formas extemporáneas y su misoginia, pero queda flotando en el aire si acaso Gerardo Sofovich, su histórico creador, no fue también el padre de un panelismo cavernario. Luchessi sonríe y elabora un análisis más abarcativo: «En realidad, América TV se parece bastante a la vida real. Su slogan es ‘La vida en vivo’ y algo de eso hay. En la calle y en las redes la gente grita, insulta, se enoja y reflexiona o desarrolla argumentos cada vez menos. En ese sentido, los medios en general y América TV en particular están a tono con el signo de los tiempos.» «
SANTIAGO DEL MORO
Intratables
La más promisoria figura del canal («un Tinelli en potencia», según Carlos Ulanovsky). Empezó en MuchMusic como conductor de programas como Flow y Countdown; luego se dedicó un tiempo a la actuación (2005), con participaciones en Una familia especial, Casados con hijos, El refugio y Lalola. De 2008 a 2013 condujo Infama, donde ganó popularidad y sus primeros enemigos. En 2009 sumó un programa de radio en la Pop (101.5). Desde 2013 conduce Intratables.
JORGE RIAL
Intrusos
Acaso el verdadero padre de la criatura. Por algo fue uno de los dos periodistas a los que Cristina Kirchner le concedió entrevistas. Su currículum incluye un comienzo en los medios gráficos en la década del ’80, la participación en Extermineitors IV: como hermanos gemelos (1992) y reportero estrella de Indiscreciones (con Lucho Avilés). Hizo Paparazzi –junto a Luis Ventura–. Hace horas renunció a su programa político en A24 (la señal de cable de América TV).
ALEJANDRO FANTINO
Animales sueltos
Proviene del ámbito deportivo. Fue relator de las transmisiones de Boca por Radio Mitre desde 1992 hasta 2002. Sus seguidores aducen su éxito a su perfil de «pibe de barrio». Su transformación sucedió a través de Animales sueltos, que comenzó con un panel vinculado al deporte y el espectáculo, y viró drásticamente hacia el mundo político. En general destacan sus entrevistas nocturnas y su clásica muletilla: «¿Vos me querés decir que…?».
Fuente: tiempoar.com.ar