Un paliativo que no modifica el ajuste

Científicos y agrupaciones de investigadores advirtieron que los 1200 millones de pesos que el macrismo incorporó al Presupuesto que se debatía anoche son “insuficientes” y que harían falta otros 3 mil millones para mantener el nivel de financiamiento.

“Insuficiente” es la nota que la comunidad científica le puso al paliativo de 1200 millones de pesos incorporado por el Gobierno a los fondos destinados a ciencia y tecnología dentro del presupuesto 2017, que anoche se debatía en la Cámara de Diputados. Como parte de los cambios en el proyecto, el bloque de Cambiemos consensuó agregar esa suma a las partidas presupuestadas para el área con el Frente Renovador y el Bloque Justicialista. Pero no logró el visto bueno de los investigadores, docentes y científicos, que se mantienen movilizados. Lo ofrecido por el oficialismo está todavía muy lejos del total de 4300 millones de incremento que reclama la comunidad científica para recuperar los niveles de inversión de años anteriores. Algo similar sucedió con la partida para las universidades públicas: se anunció un refuerzo de mil millones dentro de un presupuesto de 62 mil millones.

El total de 1280 millones incorporados a los fondos para la ciencia son “puro maquillaje, pura cosmética”, señaló a Página/12 el ex presidente del Conicet Roberto Salvarezza. “Es lo que hace sistemáticamente este gobierno: te aplica un ajuste brutal para que el reclamo parta de un piso muy bajo, cede después un poquito y sale a decir que negocia y escucha.”

El presupuesto original para el Ministerio de Ciencia y los organismos de ciencia y tecnología constaba de 31,7 mil millones de pesos. Tras los múltiples reclamos de la comunidad científica, el macrismo negoció sumar 1280 millones. De acuerdo con el dictamen acordado el lunes y que ayer se trataba en el recinto, ese monto se distribuiría del siguiente modo: 700 millones para el ministerio que conduce Lino Barañao; 150 millones para la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, de la que depende el desarrollo satelital; 300 millones para el INTA; 100 millones para el Conicet; y 30 millones para la Fundación Miguel Lillo.

El físico Jorge Aliaga, ex decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA), detalló en un informe que aún contemplando el paliativo anunciado por el Gobierno el ajuste respecto de 2016 sería de 3068 millones de pesos. El golpe mayor se lo llevan el Ministerio de Ciencia (1800 millones menos que 2016) y el INTA (1174 millones). Aliaga rescata las modificaciones de los artículos 6º y 7º del proyecto, que habilitan al Conicet y a los organismos descentralizados a utilizar las vacantes que se liberen en el Estado para incorporar personal.

“En caso de mantenerse ese número, se trata de una grave reducción del presupuesto”, insistió ayer el grupo Científicos y Universitarios Autoconvocados, que lanzó una campaña en las redes sociales bajo la consigna “sigue siendo ajuste”. “Les pedimos a los diputados de todos los bloques que no avalen el vaciamiento del sistema”, dijeron.

Si bien dentro del panorama de recortes el Conicet no se lleva la peor parte, el ajuste de casi 100 millones de pesos que sufre el organismo repercutió de manera especial en la comunidad científica. La principal preocupación es que el recorte se traslade a la reducción en el número de ingresantes a la carrera de investigador. “De aprobarse el presupuesto tal como está, comprometerá la continuidad de los subsidios de investigación y de los ingresos de nuevos científicos al Conicet”, denunciaron desde la agrupación Jóvenes Científicos Precarizados, que realizaron ayer una protesta frente al Congreso junto a estudiantes de Ciencias Exactas.

Salvarezza apuntó que, con el cierre de vacantes y la pérdida del poder adquisitivo en el salario de los investigadores (tuvieron un aumento del un 27 por ciento en tres tramos, cerrado por UPCN), se avecina “la quinta fuga de cerebros de la historia argentina”. “La primera fue con Onganía, la segunda con Videla. La tercera, con la hiperinflación del 89; y la última, durante la crisis del 2001 –detalló–. La quinta será con Cambiemos: en diez meses retrocedimos al nivel salarial de 2009.”

A las universidades les tocó otro refuerzo de mil millones, que dentro de un presupuesto superior a 60 mil millones no alcanzó a mover el amperímetro, aunque para muchas casas de estudios los fondos pueden resultar una bocanada de aire, luego de un año signado por el ahogo presupuestario, el impacto del tarifazo a los servicios y la devaluación, que afectó el poder de compra de insumos y publicaciones, entre otras cosas, con precios en dólares. Pero el agravante es que esa partida de refuerzo la recibirán sólo 21 de las 54 universidades públicas del país.

Fuente: pagina12.com.ar

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