El jefe del gobierno de Israel elogió el rumbo económico liberalizador de Mauricio Macri y preparó el terreno para apoyar a Donald Trump si el presidente norteamericano decide tumbar el acuerdo nuclear con los iraníes.
Benjamín Netanyahu usó a la Argentina como plataforma. Se despidió del país hablándoles no a los argentinos sino, en realidad, a los legisladores norteamericanos. Dijo que el acuerdo de los Estados Unidos con Irán “es un mal acuerdo” y que para él solo hay dos opciones: “O se arregla o se cancela.”
El mensaje sobre el arreglo de la cuestión nuclear iraní fue el más importante tras la reunión a solas con Mauricio Macri y antes del almuerzo que le ofreció el gobierno argentino.
Al mencionar la enmienda o la cancelación, dijo el primer ministro israelí que “tenemos oportunidades que nunca existieron en el pasado”.
La frase debe traducirse así: “Hoy en los Estados Unidos el presidente es mi amigo Donald Trump y no mi enemigo Barack Obama”.
El propio Trump está batallando con el Congreso de su país con vistas a revisar el acuerdo con Irán el 15 de octubre.
Ninguna gira de un primer ministro israelí es comprensible sin tener en cuenta el tablero global tal como se ve desde Tel Aviv y Jerusalén.
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El repudio a Netanyahu
El experto en cuestiones diplomáticas del diario israelí Haaretz Barak Ravid relató un encuentro sobre contraterrorismo protagonizado por el ministro de Asuntos de Inteligencia Yisrael Katz. Casualmente Katz recomendó a Netanyahu, quien después de la Argentina irá a Colombia y México y rematará su visita en los Estados Unidos, que le plantee a Trump suspender, anular o enmendar el acuerdo nuclear vigente con Irán.
Si el 15 de octubre Trump le dice al Congreso que Irán está violando el acuerdo, despejará el camino para la reinstalación de sanciones por parte de los Estados Unidos y para su retiro del acuerdo que además de Teherán y Washington firmaron China, Rusia, el Reino Unido, Francia y Alemania.
“Irán es la nueva Corea del Norte”, dijo Katz. “Hay que actuar ahora contra ellos porque si no mañana lamentaremos no haberlo hecho.”
Según el gobierno israelí el nuevo acuerdo debería cubrir áreas como “el tema misilístico y el apoyo al terrorismo”.
Según pudo establecer PáginaI12 Netanyahu, que además de primer ministro es canciller, conversó este tema en privado con el presidente argentino y le reveló que lo habló varias veces con el mismo Trump en reuniones públicas y privadas.
Los dos días de visita de Netanyahu coincidieron con dos movidas judiciales que involucran a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al ex canciller Héctor Timerman. El lunes el juez Claudio Bonadio unificó las causas por presunto encubrimiento y por supuesta traición a la patria. Y ayer, tal como se informa aparte, la Corte le negó a Timerman la recusación de dos miembros de la Cámara de Casación, Liliana Catucci y Eduardo Riggi.
“No nos olvidemos de dónde venía la relación entre la Argentina y el Estado de Israel y cómo está hoy”, dijo a Radio Mitre el presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas de la Argentina (DAIA) Ariel Cohen Saban.
“El mundo está mirando a la Argentina y la Argentina empezó a mirar al Estado de Israel con ojos diferentes”, dijo. También rescató las “expresiones muy fuertes” de Netanyahu y Macri sobre el terrorismo.
En las declaraciones formuladas desde la Casa Rosada antes del almuerzo, Bibi dijo que “el terrorismo ataca a todos”, que “la respuesta debe ser acorde”, que “los atentados son indivisibles” y que las amenazas actuales se llaman “Irán e ISIS”.
Lo cierto es que ningún analista en el mundo niega que los chiítas iraníes son un blanco para ISIS y los sunnitas de ISIS son un blanco para la República Islámica de Irán. Grupos de ISIS lograron cruzar la frontera desde Irak pero no consiguieron instalarse de manera sólida dentro del territorio para perpetrar atentado con los iraníes, a los que ISIS llama “fuerzas zoroastristas”. Una forma, sin duda, de quitarles a los persas actuales la confesión musulmana que profesan mayoritariamente y presentarlos, por el contrario, como seguidores de Zoroastro, también conocido como Zaratustra. El zoroastrismo es minoritario en el Irán de hoy.
“La causa Nisman es una batalla judicial que algunos jueces quieren cajonear y quieren que no se investigue”, dijo también Cohen Saban en sintonía con Netanyahu, que el viernes incluyó familiares del fiscal muerto en 2015 durante su visita a la sede de la AMIA.
“Es importante que por primera vez un primer ministro del Estado de Israel se haga presente en la Argentina, donde la comunidad judía es la tercera mayor del mundo”, dijo el presidente de la DAIA en otra de sus intervenciones.
“Es increíble que en casi 70 años ningún otro primer ministro viniera en visita oficial a la Argentina”, afirmó Netanyahu en la Casa Rosada.
Si alguien tomara las declaraciones del primer ministro israelí y del presidente de la DAIA sin ponerlas dentro de la historia, podría pensar que las relaciones entre los dos países no existieron o fueron las peores posibles, casi en estado de guerra, y que todo cambió un mágico 11 de septiembre de 2017.
Sin embargo casi no hubo oscuridades en el vínculo desde que ambos países establecieron relaciones, el 31 de mayo de 1949, durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón.
Los nexos se tensaron, eso sí, luego de que la Argentina e Irán firmaron el memorándum de entendimiento de 2013 por el cual, según el gobierno argentino, sería posible indagar a cinco iraníes sospechosos de la voladura a la AMIA el 18 de julio de 1994. Israel tomó el acuerdo como si fuera un desafío a su posición según la cual Teherán es el mayor peligro para la paz mundial.
En relación con los iraníes el gobierno argentino cambió su tradición de reclamo por otra de reclamo más acuerdo, pero ni siquiera la modificación del rumbo establecido originalmente por Néstor Kirchner en 2003 hizo que Irán convalidara el memorándum. El parlamento iraní nunca lo ratificó. El arreglo, entonces, jamás entró en vigor. La defensa de Cristina Fernández de Kirchner y la de Héctor Timerman suele sostener que las decisiones de política exterior no son judiciables porque son políticas, que ninguno de los dos tuvo intención de sacar a los iraníes de la esfera de la persecución penal argentina y que, además, el acuerdo que serviría supuestamente para encubrir a los sospechosos de delitos graves nunca llegó a entrar en vigencia. En los últimos meses, con el recrudecimiento de las causas en manos de Bonadio, los funcionarios del gobierno comenzaron a ensayar otro argumento: el encubrimiento sí funcionó porque en su opinión los operadores fronterizos de terceros países tenían delante suyo las alertas rojas de Interpol pero a la vez podían leer un texto que, debajo de esas alertas, indicaba que los dos países estaban negociando, es decir que reinaban condiciones de mayor flexibilidad.
Los dos años transcurridos entre 2013, cuando se firmó el memo, y 2015, cuando los Estados Unidos firmaron su propio acuerdo con Irán, no explican de todos modos por qué ningún primer ministro israelí visitó la Argentina desde 1949 a 2013. Incluso durante el kirchnerismo las relaciones fueron correctas o cordiales, a tal punto que Cristina Fernández de Kirchner fue recibida en visita oficial por Israel en 2005 junto con el entonces cónsul en Nueva York Héctor Timerman.
Ni siquiera parece suficiente la explicación de la visita formulada por el embajador Ilan Sztulman. De acuerdo con sus declaraciones, Netanyahu eligió la Argentina por tres motivos. Uno, “el papel que está tomando (la Argentina) tanto en la región como internacionalmente”. Otro, porque “hay una relación especial entre el presidente Macri y el primer ministro israelí”. El tercero, porque “la embajada de Israel en la Argentina es la más grande de América Latina”.
El embajador dijo que “esto va más allá de esta administración: es el acercamiento entre el pueblo de Israel con el pueblo de la Argentina”.
La gira también incluirá Colombia, un país con el que el Estado israelí tiene importantes nexos de cooperación en materia militar y de seguridad, con asesores en operaciones especiales desde antes de la firma de la paz entre gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, ya en vigencia.
Con 300 mil personas, la comunidad judía argentina es la más importante de América Latina.
“Entiendo por la situación que está atravesando, porque es difícil”, le dijo ayer el neoconservador Netanyahu a un Macri sonriente. “Pero esto funciona. La gente quiere la liberalización y usted está entre los líderes del mundo capaces de garantizar que la tecnología y las reformas mejoran la vida de los pueblos.”
FUENTE: PÁGINA12