La Unidad de Derechos Humanos del Ministerio Público Fiscal realizó un pedido de imputación a responsables militares y civiles de secuestros y torturas en el ámbito universitario de nuestra ciudad. Son en total 30 víctimas docentes de los departamentos de Humanidades y Economía de la Universidad Nacional del Sur, detenidos y torturados entre 1976 y 1977.
Pablo Fermento, auxiliar fiscal en dicha unidad, explicó los pormenores del pedido en comunicación con Radio Urbana. Marcó que «son casos muy conocidos y particulares, sin antecedentes similares en el mundo. Se secuestró a docentes en el marco de una gran operación psicológica en coordinación entre las fuerzas estatales y los medios de comunicación. Querían presentar a la UNS como un espacio de infiltración ideológica, como una escuela de guerrilleros. En los años anteriores se había dado una modificación de los planes de estudio, y tomaron eso como subversión ideológica. Se secuestraron numerosos docentes y estudiantes«.
«Algunos docentes fueron secuestramos en distintas provincias del país. Uno de ellos fue liberado recién en el ’82. Toda la operación fue hecha a través de una fachada legal. Los secuestros eran por acción de la Policía con intervención del juez. Fueron torturados por la Policía Federal. Muchos manifestaron las torturas recibidas y eso nunca aparecía en las actas. Uno de ellos fue llevado al V Cuerpo, a La Escuelita, para luego ser llevado a la cárcel» Pablo Fermento.
Fermento detalló que «en Bahía Blanca la cabeza intelectual era Abel Vila, segundo jefe del V Cuerpo del Ejército, quien utilizaba mucho la manipulación psicológica simulando enfrentamientos. Lo que hizo fue mostrarle al país que la verdadera lucha debía ser cultural e ideológica. Para ello necesitaban una pata militar, una pata judicial y otra mediática. Lo vemos desde el armado de inteligencia militar pero también la acción psicológica. Muchos hechos que fueron presentados como enfrentamientos armados eran operaciones psicológicas para mostrar que se estaba venciendo la subversión, dicho por el mismo Vila».
Por último, el fiscal puntualizó sobre el pedido de imputación a Vicente Massot, quien fue dueño del diario La Nueva Provincia. Éste tiene que ver con «hechos de incitación al genocidio a través de sus editoriales. Era un llamamiento a colaborar con el exterminio, así como también la colaboración a través de publicaciones de enfrentamientos falsos. Esto fue presentado al juez, quien debe resolver también un pedido de sobreseimiento por parte de la defensa de Massot» señaló.
«Además de los secuestros y las torturas, la finalidad era destruir una universidad y cualquier proceso de modernización. Es un daño que la UNS sigue sufriendo. Fue muy poco visualizado internamente» Pablo Fermento.