El Gobierno nacional, a través de su vocero Manuel Adorni, anunció el día de ayer que la Argentina se retirará de la Organización Mundial de la Salud, argumentando que «promovió cuarentenas eternas sin sustento científico», y que toma sus decisiones basado en influencias políticas, y no basadas en la ciencia. Aún así, resta saber de qué forma se implementará la salida, ya que la adhesión depende de una ley aprobada por el Congreso.
Pablo Badr, decano del Departamento de Salud de la Universidad Nacional del Sur, aseguró que «la OMS es un organismo internacional creado luego de la Primera Guerra Mundial para reconstruir la salud global. Tiene como miembros a casi todos los estados del mundo, con más de 145 participantes. Y si bien es cierto que se trata de una institución cuestionada e interpelada, también es cierto que fue la institución que lanzó la Estrategia de Atención Primaria de la Salud, y que planteó que la salud es un derecho humano fundamental. Son muchas las críticas que pueden hacerse, tanto por su financiamiento como por los sesgos que pueda tener en sus opiniones, que pueden atender a ciertos intereses. Pero hay que dejar en claro que la OMS recomienda, pero no baja línea ni atenta contra la soberanía de ningún país. Ningún país está limitado en sus decisiones por las recomendaciones que pueda hacer la OMS».
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) February 5, 2025
«No es una institución que baja línea, sino que nosotros planteamos la discusión como estados participantes. Los países con mayores necesidades son los que más tienen que bregar para encontrar allí las posibilidades de interactuar e imponer sus propias agendas. Retirarnos de un organismo que representa la mayoría de los Estados del mundo es retirarnos de las discusiones globales en salud. Se trata de una decisión desprolija y poco fundamentada» Pablo Badr.
Sobre la actuación de la OMS durante la pandemia por coronavirus, el decano puntualizó que «la institución recibió grandes críticas en cuanto a lo que fue su rol: en cuándo se declaró la pandemia, en las restricciones de movilidad en China en los momentos iniciales, en ciertas posturas que tuvo en relación a los barbijos, etc. Pero hay algo que es claro; no tuvo nada que ver con influir en las decisiones en materia de salud de cada Gobierno. En la Argentina se tomó una decisión, y en Brasil se tomó otra totalmente distinta, y acá nada tiene que ver con la Organización Mundial de la Salud. Creo que esta discusión que hoy se está instalando tiene muy poco de análisis serio».
¿Afecta la salida de la OMS de alguna forma en el trabajo de investigación que se realiza en las universidades? Badr detalló que «hay muchas cuestiones de cooperación técnica internacional en investigaciones y capacitaciones, en las cuales las universidades encontramos en la OMS la posibilidad de profundizar en ciertas líneas, muchas de las cuales no cuentan con un gran financiamiento internacional. Son oportunidades puntuales para trabajar en algunas cuestiones como pueden ser las que se llaman enfermedades huérfanas: Chagas, Leishmaniasis o Hidratidosis, que son enfermedades de ámbitos rurales sobre las cuales no hay interés por parte de las grandes corporaciones farmacológicas. Son organismos como la OMS las que pueden tener una agenda de trabajo que permita que una universidad reciba financiamiento para ese tipo de intervenciones. No encuentro beneficio alguno en salir de la OMS«.