Natalia Florido, presidenta de la Red Argentina por la Adopción, dialogó con Radio Urbana sobre su segundo libro, “Crónica de una adopción”, donde se propone brindar respuestas a preguntas, por momentos, incómodas que los adultos en búsqueda de iniciar un proceso de adopción no se animan a hacer. «Quería transmitir las historias tal cual son».
Natalia nació en El Bolsón y fue adoptada en Bahía Blanca. Desde su infancia estuvo al tanto de su historia y fue involucrándose cada día más en la temática de la adopción. Su madre nunca le ocultó que había sido adoptada. «En mi casa siempre se habló de adopción. A través de cuentitos, me iban diciendo que yo no había estado en la panza de Marta porque era una panza que se había enfermado, que yo había estado en la panza de otra mamá. A medida de que uno va creciendo, va rearmando esa historia. Todos construimos la identidad día a día. Me costó entender a aquella mujer que me dio el derecho a la vida pero me dejó en el hospital. Uno empieza a tener un resentir interno. Ahí empiezo a investigar y meterme en la temática».
Su historia personal la llevó a involucrarse en la temática, con tanta profundidad que en 2007 se convirtió en la presidenta de la Red Argentina por la Adopción, donde brinda asesoramiento y contención a quienes quieran comenzar el proceso de adoptar un chico. «La adopción es dar el derecho a ser hijo. En los hogares, hay muchos chicos cuyo mayor deseo es serlo. Lo que les propongo a los adultos que hoy quieren adoptar es que se pregunten para qué. Ese chico no va a reemplazar al hijo que no pudieron tener de forma biológica. El niño que adoptás tiene una historia, hubo un adulto que de alguna forma le falló, y viene a confiar en ese nuevo adulto. Ese adulto tiene que estar comprometido con lo que va a hacer».
En sus libros, se propone echar luz a cuestiones de la adopción que no son abordadas públicamente o que, en medios de comunicación, se hace de forma incorrecta. «Una vez me preguntaron si había dejado de querer a mis padres cuando busqué a mi familia biológica. La adopción suma, multiplica. Conocer a mi hermana biológica y conocer las cosas que ella tuvo que atravesar me hizo saber que la decisión de mi madre biológica fue la correcta».
Por último, desmintió la creencia popular de que el proceso de adopción es un trámite que puede llevar años. Este mito es difundido, principalmente, por figuras del espectáculo que dicen haber estado largos años en una lista de espera. «Muchas veces buscan bebés de hasta 9 meses. Hoy la adopción es más fácil pero hay chicos grandes esperando a ser hijos».