Para el presidente de la Cámara Federal de Bahía Blanca, Néstor Montezanti, acusado de cometer crímenes de lesa humanidad, hay una «persecución obstinada» en su contra. El ex Personal Civil de Inteligencia (PCI) de la dictadura rompió el silencio. Pero no ante la justicia que lo declaró en «rebeldía» tras evadir tres citaciones indagatorias. Habló a La Nueva Provincia, dirigido por Vicente Massot, también acusado de complicidad con la represión y beneficiado con una falta de mérito por un juez ad-hoc, cuya legitimidad fue puesta en duda en la Magistratura, publicó Tiempo Argentino.
En la entrevista, Montezanti negó haber pertenecido a la Triple A y afirmó que su accionar en el Destacamento de Inteligencia 181 se redujo a asesorar a los militares por Malvinas. La estrategia del camarista y docente universitario (suspendido) está clara: rechazar las acusaciones en su contra y presentarse como víctima. El juez aseguró: «El sistema de justicia al que defiendo y con el que estoy comprometido traicionó todos los principios constitucionales».
«¿Ha sido o no partícipe de la Triple A?», se le preguntó en el reportaje. «No. Y cuando un viejo y tenaz militante comunista quiso usar esa infamia en mi contra para limpiar la universidad de todos los profesores que se opongan al discurso homogéneo e intolerante de su facción, yo me sentí injuriado, lo querellé y gané el juicio», esgrimió. Montezanti era profesor en la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional del Sur al momento de los hechos, en 1974. Y lo siguió siendo hasta la fecha. Fue suspendido en su cargo hasta que se resuelva su situación judicial.
Respecto a su rol como PCI, adujo: «Es otra canallada». Dijo que entre 1981 y 1982 cuando integró el Batallón de Inteligencia 601 fue «una voz autorizada» en la cuestión Malvinas «desde el Derecho Internacional Público». «Las consultas que evacué, así como respecto del diferendo con Chile, fueron pagadas con un contrato, bastante pequeño», indicó.
«Una vez producida la derrota en Malvinas, renuncié. Nunca hice ningún curso de inteligencia», intentó defenderse. «Muchos profesionales, abogados, contadores, son contratados desde los servicios de inteligencia, seguramente por cuestiones presupuestarias. (…) Más allá de que no entiendo por qué es pecado trabajar en el sector de inteligencia. Es un servicio necesario del Estado», añadió. Lo que omitió decir es que perteneció al aparato de espionaje del terrorismo de Estado de los ’70.
En sintonía con la publicación periodística, ayer ingresó a la Magistratura una denuncia del camarista contra quien lo citó a declarar: Alejo Ramos Padilla. Para el ex PCI, el juez se extralimitó en sus funciones. Adujo que no tenía elementos para citarlo a una indagatoria. La batalla que Montezanti da en ese órgano –ya recusó sin éxito a cuatro de sus integrantes- no es azarosa. Mañana el plenario definirá si le inicia un juicio político y lo suspende en el cargo.
Fuente: Infonews