Micaela Sanz, veterinaria

Las autoridades sanitarias de nuestra ciudad informaron en las últimas horas el primer caso de Encefalomielitis Equina del Oeste en Bahía Blanca. La persona afectada es un hombre de 65 años que no viajó fuera de la ciudad previo a contraer la enfermedad. Por lo pronto, se comunicó que se trata de un caso aislado, descartando que exista un brote.

La veterinaria Micaela Sanz detalló que «la Encefalomelitis Equina del Oeste es una enfermedad exótica; el último brote registrado en Argentina fue en el ’88. Desde ese momento la vacunación en equinos era obligatoria, algo que se sacó en 2016. El ciclo comienza con aves migratorias y domésticas; los moquitos pican a las aves y lo transmiten a los equinos, que eventualmente lo pasan a los humanos. Es un contagio vertical del mosquito al hombre».

«La gente ha sido muy consciente, ha habido una fuerte campaña de vacunación del privado donde cada propietario vacunó a sus equinos. Cuando empezó esto con muchos caballos contagiados y muertos, la gente tomó conciencia y vacunó cuando pudo» Micaela Sanz.

La profesional resaltó que el brote «va de la mano con la cantidad de mosquitos en exceso. Todavía no podemos decir que es de bajo riesgo porque no se sabe cómo puede reaccionar el mosquito. Es una enfermedad estacional, los casos en equinos en Bahía Blanca han sido numerosos. Por la sequía se demoró la llegada a la ciudad, siendo una enfermedad de aparición en noviembre-diciembre».

En cuanto al riesgo que la enfermedad puede presentar para la población humana, Sanz explicó que «el caballo no hace un contagio directo al humano, pero sí es un operador amplificador. Cuando éste muere pueden contagiarse otros seres, y los veterinarios pueden contagiarse al manipular el cadáver. No hay un solo mosquito vector, tenemos hasta siete que pueden transmitirla. Los síntomas en humanos pueden ser fiebre, cansancio y dolor muscular, y después presentan síntomas neurológicos que no son tan fuertes como en los caballos. Lo más importante es la forma de prevención en caballos como en personas usando repelentes».

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