Margarita Jarque, integrante de la Comisión Provincial por la Memoria

El pasado 5 de junio, Daiana Abregú falleció en una comisaría del municipio bonaerense de Laprida luego de ser aprehendida. La versión policial, avalada por el fiscal de la causa Juan Calonje y por la primera autopsia, marcó que se trató de un suicidio dentro de la celda donde se la detenía. Rápidamente la sociedad junto con diversas agrupaciones de derechos humanos cuestionaron la hipótesis, y luego de una segunda autopsia quedó de manifiesto que no había indicios de ahorcamiento: 5 policías fueron detenidos este fin de semana por el hecho.

Margarita Jarque es abogada e integrante de la Comisión Provincial por la Memoria, querellante en la causa. La profesional explicó que «siempre tuvimos sospechas y por eso avanzamos con la segunda autopsia, a la que el fiscal en primera medida se negó. Allí se confirmaron cuestiones que se avizoraban en la causa. Fundamentalmente marcó que no había signos de ahorcadura. La modalidad de la muerte no está estipulada, pero es una muerte por asfixia provocada«.

«Daiana tenia deseos y proyectos, la vieron muchas veces en la comisaría los momentos previos a su muerte y estaba en buen estado. El lugar tenía características que hacían poco creíble el ahorcamiento, son calabozos internos de muy poca altura, con visión hacia muchos lugares dentro. Hubiese sido imposible no verlo» Margarita Jarque.

¿Cómo se dio la cronología de esa mañana del 5 de junio? «Básicamente ella es aprehendida por una situación de orden personal. La policía la detiene y previo a llevarla a la comisaría pasan por el hospital. Aparentemente se resiste a ser detenida. Otra cosa que no cierran son los horarios. La data de muerte es de las 15:30 cuando la familia fue comunicada tres horas más tarde. Todo ese tiempo es ganado para armar el relato y elaborar las actas» detalló Jarque.

En cuanto a expectativas, la abogada adelantó que «en este momento creemos que es muy importante trabajar en los distintos tipos de responsabilidades que hay. Por nuestra experiencia, en general los pactos de silencio en las fuerzas policiales son fuertes. Es difícil que alguien hable y se responsabilice. La pena en expectativa es muy alta, y esperamos que aporten al esclarecimiento. Son fuerzas corporativas, y en general nada de esto sucede sin la participación de superiores, comisarios. También tienen que ser apuntados en un segundo momento».

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