Marcela Guerra, directora institucional de la UIBB

Esta semana, el Municipio lanzó el programa ‘Fortalecer Redes‘ con el objetivo de afianzar la articulación y el vínculo entre el sector público y privado. El mismo cuenta con la participación de las distintas instituciones civiles en nuestra ciudad, entre las que aparecen empresas como Mega, Dow, Pampa Energía, Profertil, TGS, Unipar y la Unión Industrial de Bahía Blanca, así como también el LAB (Laboratorio Público-Privado).

Marcela Guerra es la directora institucional de la UIBB, quien destacó en comunicación con Radio Urbana que la iniciativa «representa un espacio de articulación que se crea a partir de las organizaciones y empresas para trabajar en el fortalecimiento a nivel territorial en espacios de trabajo conjunto. Buscamos el crecimiento del entramado social compuesto por el Estado, las organizaciones de la sociedad civil y las empresas. Venimos trabajando en actividades de interés social, y coincidimos con el Municipio en que este programa era de interés público. Esto se trató en el Consejo de Políticas Sociales del Municipio, e incluso las organizaciones, que suelen estar abocadas a situaciones urgentes, reconocieron que en el mediano plazo debían dedicarse al crecimiento de estas actividades».

En ese sentido, Guerra agregó que «tuvimos una buena respuesta a la convocatoria. Es el lanzamiento de un ciclo de fortalecimiento a través de capacitaciones, encuentros y reuniones para trabajar con actividades tanto presenciales como virtuales. Buscamos una mayor profesionalización de las organizaciones de la sociedad civil en su tarea y trabajo territorial. De ahí nace la importancia de este proyecto que durará un año. El modelo es el diálogo, el consenso y la colaboración mutua, el concepto de red es el que mejor refleja estos aspectos».

¿Por qué es importante la participación del Estado municipal en un programa de estas características? «El modelo del sector privado por sobre el público, y viceversa, es erróneo. Entendemos el trabajo en red en un esquema más horizontal, donde el Estado sea el gran articulador y siente las bases, valorando las capacidades de cada actor. Las organizaciones están en el territorio, y las organizaciones privadas tienen una dinámica de trabajo particular. No hay jerarquización en este modelo, sino articulación y abordaje desde diferentes ángulos a temas cruciales como son la educación, seguridad alimentaria o cuestiones ambientales, la idea es tener miradas complementarias incluso desde la tensión de tener miradas y objetivos diferentes».

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