El Ministerio de Salud de la Nación confirmó la llegada de la variante Omicron a la Argentina. Carla Vizzotti afirmó que desde su cartera se sospechaba que la variante iba a entrar en el país “en cualquier momento”.
Las investigadoras del CONICET Belen Herrero y Marcela Belardo, analizaron a la pandemia desde las ciencias sociales en torno a la inequidad global en el reparto de dosis y cómo incide en la aparición de nuevas cepas; Catalogandolo como «apartheid de vacunas».
Hablamos con Marcela Belardo del Instituto de Estudios Sociales en Contextos de Desigualdades de la Universidad de José C. Paz, investigadora del CONICET: “A partir del 2021, el año de las vacunas, la geopolítica ha salido a la luz en función del acaparamiento de los países centrales a las vacunas que producían. En el segundo semestre de 2021, los países de renta media-baja empezaron a tener una circulación mayor de vacunas, pero no alcanza para las metas que se planteó la OMS de vacunar al 40% con dos dosis». Belardo explicó que no hay gran preocupación de las potencias centrales sobre las nuevas variantes: “Si la hubiera el mecanismo COVAX hubiese funcionado, y fue un fracaso. Estados Unidos prefirió no aportar a COVAX y hacer beneficencia unilateralmente”.
La geopolítica ha salido a la luz en función del acaparamiento de los países centrales a las vacunas que producían.
La investigadora del CONICET analizó que quizás debamos vacunarnos todos los años: “Hay que pensar en mediano y largo plazo. Hay siete u ocho empresas, la mitad de ellas privadas que dominan el mercado. Es difícil negociar, hay una connivencia con las potencias centrales».
Por último declaró que nuestra región vive un doble juego: “Se reciben dosis pero los países no tienen la capacidad operativa para distribuirlas al interior de sus poblaciones. Es el caso de Bolivia”.