En un café del mercado de San Telmo Miguel Cantilo espera sentado a su compañero Jorge Durietz para charlar sobre las 12 canciones nuevas del dúo. Si bien en su mayoría fueron compuestas por Cantilo (excepto una, que es de Durietz), estas creaciones son de ambos porque reviven su estilo inconfundible en el tratamiento del dúo vocal-guitarrístico, así que los dos contaran de su aporte. Luego irán a ensayar, ya que el viernes tienen la presentación en la sala principal del Centro Cultural Kirchner.
Esta vez trabajaron como siempre, como lo hicieron desde su primer LP “Yo vivo en una ciudad” (grabado en1969): la poesía abundante pero siempre exacta, profunda y llena de significado de Cantilo y la obcecada colaboración en los arreglos de las voces y las guitarras de Durietz.
“Unidos por el cantar” nació así: hace un tiempo Cantilo tenía un puñado de canciones que tenían más que ver con Pedro y Pablo que con otra cosa, incorporando detalles de viajes que había hecho por Latinoamérica y ritmos que había escuchado por ahí. Fue con Durietz para que les sume su guitarra, para que hicieran juntos la vocalización típica del dúo y estuvieron varios meses trabajando. “Después de largos años de no trabajar en estudio, de dedicarnos esporádicamente a dar conciertos y grabarlos en vivo, pero sin internarnos en un estudio tuvimos la ambición de volver a revivir el clima original que nos vio nacer en los café concert: la amalgama de dos voces y dos guitarras dedicadas a transmitir el poder de la canción, de la poesía y de la interpretación instrumental. Mantenemos intacta nuestra vocación de juglares, músicos itinerantes, trovadores de nuestro tiempo que cantan la realidad de su tiempo”, comenta Cantilo mientras Durietz se acomoda en su silla.
“Siempre es un regreso y un inicio para nosotros. Porque cada vez que nos juntamos empezamos algo nuevo. Lo siento así desde que a los 18 años nos encerrábamos con un pequeño grabador Geloso de cinta abierta en el baño de la casa de mis padres para cantar y registrar ese reverb natural”, recuerda Durietz.
-¿Cómo fue volver al estudio?
J.D.: -Excelente. Es interesante que desde la última vez que grabamos las tecnologías de grabación hayan evolucionado enormemente y se facilitan las cosas. Otro tema es que estamos trabajando con un productor artístico musical, que es el hijo de Miguel, Anael, algo que nunca habíamos hecho.
-¿Siempre trabajaron solos?
M.C.: -Sí, pero ahora pudimos organizar distinto para enfocarnos más en las voces y el armado.Nos divierte, la composición es muy esquelética hasta que le llega el revestimiento de arreglos, entonces pudimos en algunos temas incluir arreglos de vientos o percusión y no ser un dúo pelado, sino un dúo acompañado
-¿El dúo es un formato que permite mayor eficacia que un grupo?
M.C.: -Depende. Creo que lo nuestro más allá de la importancia de la poesía y la potencia de eso, tiene que vercon que en la época que nosotros empezamos había varios dúos. Pedro y Maximiliano, Miguel y Eugenio, Rómulo y Remo, Bárbara y Dick eran todos dúos de la época. Luego surgió Sui generis: lagran estrella entre los dúos a nivel nacional, que sobre todo pegó en la adolescencia. Nosotros teníamos letras un poco más intelectuales y literarias. Tomamos el modelo de Simon y Garfunkel, nos gusta Steely Dan, que anexaba una instrumentación muy compleja. Siempre el motor del grupo era un dúo en los Beatles, en todos los temas y nos criamos escuchándolos y haciendo sus temas. De ahí surgió el dúo, pero siempre anexamos personas en la medida de lo que sentíamos necesarios.
J.D.: -El dúo salteño fue uno de nuestro modelos porque tenían un tratamiento vocal hermoso, con dirección musical del «Cuchi» Leguizamón, era un ejemplo, seguimos mucho su línea. Hoy no hay tantos; se me ocurre Illya Kuryaki and the Valderramas, pero no mucho más.Son épocas, que se yo. Nosotros le damos un tratamiento a la canción que si no es de a dos no si es lo mismo.
-¿Cuál es esa forma?
J.D.: -La música potencia la capacidad de llegada que tiene cualquier texto, para mí lo más importante es que exista una armonía entre lo que se dice, el sonido de las palabras y el sonido musical, ese es el arte de hacer una canción. Cuando el sonido potencia la letra todo llega más fácil, transmite más
M.C.: -Siempre la canción tiene un espacio para que opere esa potencia y esa capacidad de transmitir ideas, imágenes y poesía. Me da la impresión que últimamente en nuestro país está muy desaprovechado ese espacio. Creo que hay muy pocos grupos que trabajan la palabra respetándola como para que ocupe un espacio dentro de la canción. Sobre todo en el rock. Creo que somos persistentes y hasta cabeza duras con tratar que las canciones tengan un contenido literario pero con algo de realidad. El rap es la forma que tiene más capacidad de transmisión de palabras y de ideas, quizá retome esa importancia que la palabra requiere en este género de la canción.
-¿Qué tópicos se agregaron a sus letras con el tiempo?
J.D.: -A los temas sociales le sumamos la inquietud ecológica, que es mucho más grave ahora que en aquella época. Ahora la amenaza del cambio climático es grande, por lo que sentimos necesario incluir canciones con esa temática, por nombrar algo. Siento que nunca nos circunscribimos a las temáticas contestatarias. Sino que tiene que ver con que es parte de un estilo de letras que incluye muchas veces el homenaje a la tierra, al espacio geográfico donde vivimos a la visión de ese espacio Siempre relacionados con las personas, hasta con la vida política, y también la parte romántica poética, erótica.
-¿Hoy los temas de los que hay que hablar son demasiados?
M.C.: -El bombardeo informativo es tremendo, mucho mayor, la capacidad de transmitir malas noticias, la actitud es poner un filtro a todo eso, tratar de darse cuenta que mucho de esas bombardeo tiene la intención de generar pánico para que las clases poderosas puedan manejar a las masas y a las mayorías. Hay que tratar de comprender que son impactos que vienen de afuera y que tratandode modificar nuestro estado de ánimo cotidiano y tratar de filtrarlos para ver los elementos valiosos para nosotros.
J.D.: -La política y los organismos monetarios internacionales son los que producen todos estos movimientos que alteran la paz. Pero lo másimportante es levantarse y decir hoy voy a tratar de escuchar a los que me hablen sin anteponer mi pensamiento, y tratar de no caer en la respuesta violenta, ya hay muchas rispideces en nuestra sociedad. Lo que falta es entender que hay que bajar un par de cambios y dialogar, pensar en común para ver que se puede aportar, como yo hago con las letras de Miguel.
Fuente: tiempoar.com.ar