Emmanuel Macron, a sus 39 años, se convertirá en el presidente más joven de la historia de Francia tras imponerse este domingo en segunda vuelta frente a la ultraderechista Marine Le Pen con casi un 66,06 por ciento de los votos, con el 99% de las mesas escrutadas de acuerdo a datos oficiales del Ministerio del Interior.
En su primer mensaje tras conocer su victoria, Macron destacó la apertura de un nuevo capítulo en la historia del país, «de esperanza y confianza recobrada», dijo desde su central de campaña.
Más tarde, pronunció un discurso frente a sus seguidores en la plaza del Museo del Louvre en París donde señaló: «Defenderé a Francia, sus intereses vitales, su imagen. Me comprometo frente a ustedes.Defenderé a Europa, es nuestra civilización lo que está en juego, nuestra manera de ser libres. (…) Le dirijo a las naciones del mundo el saludo de una Francia fraternal». Además, reconoció que muchos lo votaron en segunda vuelta para evitar un triunfo de la extrema derecha. «Sé que esto no es un cheque en blanco», dijo.
También se refirió a los votantes de Le Pen. «Hoy ellos expresaron un sentimiento de rabia, de impotencia; en algunos casos, convicciones… Durante mis cinco años haré lo posible por asegurar que ya no haya razones para votar por los extremos», expresó Macron, quien asumirá el nuevo cargo a más tardar el 14 de mayo.
Poco después de que se difundieran las primeras proyecciones que mostraban una clara victoria del candidato centrista, Le Pen admitió la derrota y llamó a su rival para felicitarlo.
A su vez, calificó a su propio resultado, de un 33,94 por ciento de los votos, de «histórico y masivo». Lo cierto es que Le Pen logró un récord para su partido. En 2002 el fundador del partido Jean-Marie Le Pen, padre de Marine, alcanzó como candidato a presidente un 17,8 por ciento en segunda vuelta.
Los franceses convirtieron «la alianza patriótica y republicana» en la primera fuerza de la oposición al programa del nuevo presidente, celebró. Bajo ese nombre, la política del Frente Nacional (FN) cerró su alianza con el euroescéptico Nicolas Dupont-Aignan, que quedó fuera en la primera ronda electoral.
La elección presidencial reordenó el paisaje político en Francia a lo largo de la grieta entre «patriotas y globalizadores», dijo Le Pen y aseguró el FN encarará un proceso de renovación «para estar a la altura de esta oportunidad histórica». En esa línea, el vicejefe del FN, Florian Philippot, anticipó hoy en el canal TF1 que el partido cambiará su nombre como parte de ese proceso.
Además de convertirse en el presidente más joven de la historia de Francia, Macron logró desplazar tanto a conservadores como socialistas, los partidos tradicionales del país. Como candidato de su movimiento En Marche!, ya partía como favorito en las encuestas para la primera vuelta del 23 de abril, en la que consiguió el primer puesto con un 24 por ciento, seguido por Le Pen con un 21,3.
El presidente François Hollande, del Partido Socialista, renunció a presentarse a un segundo mandato ante sus malos resultados en las encuestas. Después de que el candidato del socialismo Benôit Hammon obtuviera tan solo un 6,4 por ciento el 23 de abril, Hollande optó por apoyar en segunda vuelta a Macron, su ex ministro de Economía.
«Su gran triunfo confirma que una gran mayoría de nuestros ciudadanos se sienten identificados con los valores republicanos y quisieron expresar su apego hacia la Unión Europea así como también hacia la apertura de Francia al mundo», dijo este domingo Hollande sobre Macron.
Las elecciones presidenciales francesas se siguieron con especial interés y nerviosismo también fuera del país, ya que una victoria de Le Pen, muy crítica de la Unión Europea (UE), habría supuesto una fuerte sacudida para el bloque. Macron, en cambio, defiende un claro curso pro europeo.
Diversos líderes europeos celebraron por eso con alivio la victoria de Macron, como la canciller alemana, Angela Merkel; la primera ministra británica, Theresa May; y el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, entre otros. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también lo felicitó por «su gran triunfo».
Otras propuestas del ahora presidente electo, ex banquero de inversión, incluyen un programa de reformas que permita aumentar la competitividad de Francia y posicionarla en un mundo globalizado.
Pese a la contundente victoria de este político, que se define a sí mismo como ni de izquierda ni de derecha, los expertos creen que las profundas divisiones en Francia no podrán cerrarse con rapidez. Para muchos franceses Macron representa solamente el mal menor.
De hecho, las elecciones de este domingo estuvieron marcadas por una participación de entre un 73 y un 74 por ciento, un porcentaje considerablemente más bajo que en la primera vuelta y el más bajo registrado en una segunda vuelta desde 1969, cuando solo votó el 68,9 por ciento de los llamados a las urnas. Sumado a eso, los votos en blanco o nulos también alcanzaron una cifra récord. Con el 70 por ciento de los votos escrutados, ascendían a 12,1 por ciento.
Por otro lado, la fuerza política de Macron carece de representación parlamentaria, por lo que las elecciones del 11 y del 18 de junio para la Asamblea Nacional adquieren una especial relevancia.
Según dos sondeos de opinión difundidos hoy, su partido En Marche! obtendría el primer lugar de las elecciones legislativas con entre un 24 y un 26 por ciento de los votos.
La campaña dejó además una huella imborrable en Francia. La lucha por llegar hasta el final estuvo plagada de escándalos y giros inesperados sin precedentes en la V República fundada en 1958.
El último escándalo se produjo este mismo viernes, cuando el partido de Macron denunció haber sido víctima de un ataque «masivo y coordinado» de piratas informáticos. Los datos robados fueron publicados en Internet poco antes del cierre de la campaña.
La Fiscalía general de París abrió una investigación preliminar por acceso fraudulento a un sistema de procesamiento de datos y violación del secreto postal, informaron hoy círculos de las investigaciones citados por medios franceses.
Las elecciones de este domingo se celebraron en medio de grandes medidas de seguridad, con más de 50.000 policías desplegados, tras la ola de ataques terroristas que ha vivido Francia en los últimos años y después de que la primera vuelta se viera sacudida por el asesinato pocos días antes de un policía en un atentado en el centro de París.
Fuente: ambito.com