Aún molesto por su derrota en Diputados, Macri volvió a cuestionar el proyecto de Ganancias de la oposición y tildó de “impostor” al líder del Frente Renovador. El Gobierno busca frenar la iniciativa en el Senado.
La discusión por el impuesto a las Ganancias parece haber dado comienzo a la campaña 2017. Ya despojado del ropaje del diálogo y el consenso, el presidente Mauricio Macri le apuntó sin miramientos a Sergio Massa: “A la larga, cuando uno es impostor, sale a luz”, le dedicó. En el gobierno nacional pusieron toda la presión sobre los gobernadores para que frenen el proyecto en el Senado. Para esto, pidieron que nadie más hable de un posible veto hasta que concluyan las negociaciones. Como un solo de batería en un concierto de música clásica, la vicepresidenta Gabriela Michetti admitió que vetarán la ley si se aprueba. Tras una conversación con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, Michetti salió a desdecirse.
Desde la estancia Potrerillo de Larreta, donde se tomó el fin de semana largo, el presidente se despachó por segundo día consecutivo contra el líder del Frente Renovador: “Massa es joven, puede aprender. Puede entender que ser confiable es importante. A la larga, cuando uno es un impostor, sale a la luz. No hay manera de engañar a mucha gente mucho tiempo”, le enrostró en declaraciones radiales. Macri aprovechó también para tratarlo de desagradecido: “Lo llevé a Davos para decirles: ‘Miren, este señor aprendió’”. En esa oportunidad, el presidente sostuvo ante empresarios que Massa iba a terminar conduciendo al peronismo.
Macri abandonó toda retórica dialoguista para referirse a los opositores: “Vienen a la mesa con estas payasadas. Me termino riendo de ellos y de que crean que pueden engañar a alguien”, descerrajó. “Es inaceptable, inentendible. Creen que los argentinos somos tontos y que no sabemos que ellos son los que gobernaron más de 20 años”, afirmó Macri, quien dijo que no estaba enojado.
El mandatario esquivó visiblemente una pregunta sobre el veto: “Confío que no va a fracasar la negociación. Hablé con Schiaretti, que estaba indignado. La mayoría de los gobernadores se han expresado en contra de esto y lo vamos a revertir”, aseguró.
Macri dejó en claro qué es lo que más lo irritó del proyecto aprobado por la Cámara de Diputados: “Crea impuestos, que muchos de eso son un desastre”. No aclaró si se refería al impuesto al dólar futuro (con el que se beneficiaron varios de sus funcionarios), al juego, a la renta financiera o a los inmuebles ociosos. No obstante, este último parece haberlo irritado especialmente: “¿Cómo medís un bien improductivo? Un pobre tipo que se compra un terreno para hacerse una casa. Ese terreno es improductivo. O una empresa que compra un terreno para ampliar su fábrica”. Astuto, no incluyó entre sus ejemplos los bienes inmuebles que podrían entrar en el blanqueo. En tanto, sostuvo que el Gobierno busca “favorecer la inversión” con una reforma impositiva, que buscará aprobar el año que viene. No dio detalles de en qué consistirá, aunque se quejó del peso de los impuestos sobre los empresarios.
“Hay gente que cree que nos puede seguir manipulando. Y esto se acabó. Queremos dejar atrás la chantada y la viveza”, consideró Macri, quien sostuvo que el proyecto macrista permitía volver la situación a 2011 “en cuatro o cinco años” y que está “en línea con lo prometido en la campaña”. En rigor, en el spot de su campaña Macri prometió textualmente: “En mi gobierno los trabajadores no van a pagar impuesto a las ganancias”. No aclaraba allí en qué plazo, pero en una entrevista en 2014 el líder del PRO dijo: “En mi gobierno no va a haber impuesto a las ganancias para los trabajadores. Lo vamos a cambiar desde el primer día.”
Ajeno a estas promesas, los operadores de Macri ahora trabajan sobre los gobernadores y sobre el jefe de bloque del PJ en el Senado, Miguel Angel Pichetto, para frenar la iniciativa y evitar el costo político de que Macri la vete. Para que las negociaciones no fracasen, Peña mandó a evitar toda mención al veto de Macri. El mensaje llegó tarde a la vicepresidenta, que es nada menos que la que preside el Senado.
“Si el proyecto sale en el Senado, pero no creo que salga, el presidente va a tener que pensar que no tenemos más alternativa que vetar la ley. Antes que nada tenemos la responsabilidad de gobernar bien, aunque tengamos costos políticos”, aseguró Michetti, para no dejar dudas, en un programa de televisión el miércoles por la noche. Ayer por la mañana debió salir a revisar sus palabras: “Ayer me quedé conversando largo con Peña por otros temas y terminamos hablando de esto. Lo que creemos es que no vamos a llegar a esa instancia”, afirmó la vicepresidenta, alineándose con la estrategia oficial.
Lo cierto es que el veto está siendo considerado. Incluso se discute si será un veto parcial o total. Algunos integrantes del oficialismo consideran que hay que hacer un “veto quirúrgico” y salvar las partes menos vetables, como la exención a los jubilados.
Michetti también se sumó al trabajo sobre el líder del Frente Renovador: “Massa en esta jugada se mandó en una macana grande como una casa donde hasta él se perjudicó. Hace rato que venimos con la sensación de que, si hay un espacio para golpear, entra a golpear. Buscan la hendija para ver si pueden lastimar”. También le dedicó una advertencia a los gobernadores: “Si nosotros achicamos Ganancias no sólo deja de recaudar el Estado nacional, sino los estados provinciales, que se verán afectados porque también tienen déficits importantes”. Todas las fichas del PRO están puestas en los mandatarios provinciales, pese a que en Diputados esas gestiones no dieron resultado.
Fuente: pagina12.com.ar