«En WikiLeaks hay más de 160 cables sobre el ataque a la AMIA y se puede ver a través de ellos que Nisman se convirtió en alguien muy dependiente de Estados Unidos», señaló Julian Assange, fundador, editor y portavoz de WikiLeaks.
Según consignó Tiempo Argentino, el sitio web creado por Assange proporcionó buena parte de la información que circulaba en nuestro país acerca de los entretelones de la causa AMIA, en cuyo contexto se encontró muerto en su departamento al fiscal Alberto Nisman.
«Mucha de esa información –dijo ayer Assange, quien habló en inglés– se la pasaba el secretario de Inteligencia, de manera que Nisman era dependiente indirectamente de Estados Unidos y de Israel, y muy directamente dependía del secretario de Contrainteligencia (Jaime) Stiuso.»
Entrevistado vía teleconferencia por el periodista argentino Santiago O’Donnell (que recibió y publicó en dos libros la información que WikiLeaks recopiló sobre nuestro país), Assange se refirió a la información que constaba en la Embajada de los EE UU en Buenos Aires sobre la causa.
«En una situación –agregó Assange– Nisman llevó un escrito con dos hojitas y volvió con un informe de nueve páginas, y también le decían que no debía investigar la pista siria y otras pistas con intereses en la Argentina.»
Asilado en la embajada ecuatoriana en Londres, Assange se protege de la orden de extradición que pesa sobre él desde 2010 por la supuesta violación y abuso sexual de dos mujeres en Suecia, desde el momento en que su organización hizo públicos más de 200 mil cables diplomáticos que pusieron en jaque a los gobiernos de medio planeta. «Nisman es una persona que trabajó diez años y tuvo muy pocos resultados en una investigación que después de 2013 se convirtió en una investigación absolutamente politizada.»
El público que asistió a la teleconferencia de Julian Assange en el Encuentro de la Palabra, que abrió ayer en Tecnópolis, hizo cola durante media hora para conseguir una buena ubicación. Assange aseguró que la reforma a los servicios de inteligencia que impulsa el gobierno argentino es «tras un estudio importante, una reforma muy buena». Y agregó: «Leí hace poco la reforma a la ley y me parece muy buena, pero primero tiene que hacer la puesta en marcha y a los cuerpos que la supervisan, en el Parlamento y en la Policía, hay que darles fondos y medios, si no, no lo van a lograr.»
En otro momento de la charla, Assange se refirió al tratamiento que recibió la causa durante los diez años de su transcurso como «un fracaso» por parte de la sociedad argentina. «El fracaso de (la investigación de Nisman) ya se podía ver en Clarin y en Página/12 y aún pudo verse dentro de la propia comunidad judía que tenía dudas sobre la calidad de la investigación y esas dudas fueron expresadas en la embajada, pero parecía haber un acuerdo nacional entre la oposición, el gobierno y los medios para no reducir la credibilidad de la investigación de Nisman», dijo.
LOS CONTROLES. Consultado específicamente por O’Donnell acerca de la crítica que su organización viene formulando al empleo de medidas biométricas para la identificación de ciudadanos, Assange volvió sobre el asunto: «El gran problema es que la instituciones argentinas (los medios, la fiscalía, la inteligencia, el gobierno y la oposición) no eran lo suficientemente fuertes como para lidiar con un caso geopolíticamente tan complejo, donde existían actores como Israel, Estado Unidos e Irán, que tienen intereses que proteger: las instituciones argentinas no pudieron sostener la integridad frente a la presión sostenida de un grupo de intereses extranjeros, de modo que la recopilación de datos biométricos de los ciudadanos es un error hasta que se pueda garantizar que no serán negociables por las grandes agencias de inteligencia del mundo, o bien que será para todos los ciudadanos del mundo en las mismas condiciones.»
Consultado sobre la actualidad de su exilio, Assange se mostró cautamente optimista: «En términos políticos la investigación sueca (en la que se lo acusa por violencia sexual) se está muriendo, no va a prosperar, pero eso nos distrae de la causa importante, que es el caso que se tramita en Estados Unidos, el ataque a WikiLeaks y el apoyo que tiene esa causa del Reino Unido, esa es la batalla importante.»
Parrilli: «ha echado luz»
Uno de los asistentes a la videoconferencia con Assange fue el recientemente nombrado secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli.
«Julian Assange ha echado luz sobre una serie de hechos que estaban ocultos en el mundo y creo que su palabra es autorizada en lo que tiene que ver con las nuevas amenazas que hay en el mundo, como efecto de los avances tecnológicos –le dijo a Tiempo–. Vengo a escucharlo porque me interesa su palabra, lo sigo bastante y siempre se puede aprender algo más.»
Parrilli formuló días atrás fuertes críticas contra la ex SIDE, el organismo disuelto tras la creación de la Secretaría de Inteligencia (SI) y aseguró que el propio gobierno fue víctima de «carpetazos» en los últimos años.
«El ciberdelito es uno de los temas más importantes para los Estados modernos y nosotros estamos trabajando en crear en el ámbito de la Secretaría una división especial que se encargue de eso, aunque para eso es necesario reforzar la soberanía tecnológica, sobre todo en tres aspectos: los caños conductores –es decir, la fibra óptica–, después los servidores, se trata de tener servidores propios instalados en el país, y en tercer lugar hay que tener profesionales en esas áreas fuertemente comprometidos con el destino del país», concluyó Parrilli.
Textuales
«Nisman es una persona que trabajó diez años (en la causa de la AMIA) y tuvo muy pocos resultados en una investigación que después de 2013 se convirtió en una investigación absolutamente politizada.»
«Leí hace poco la reforma a la ley (de inteligencia) y me parece muy buena, pero primero tiene que ser puesta en marcha y a los cuerpos que la supervisan, en el Parlamento y en la Policía, hay que darles fondos y medios.»
«El fracaso de (la investigación de Nisman) en los medios ya se podía ver en Clarín y en Página /12 y aún pudo verse dentro de la propia comunidad judía que tenía dudas sobre la calidad de la investigación.»
fuente. Infonews