El informe del director del Fondo, Alejandro Werner no sólo elogia la gestión del gobierno de Cambiemos sino que además le recomienda poner un pie sobre los aumentos salariales para conseguir el objetivo de bajar la inflación.
Las apreciaciones ultra optimistas que regó el presidente de la Nación en Davos sobre la economía argentina parecen alejadas de la realidad, pero sin embargo encuentran sustento en los documentos del Fondo Monetario Internacional. Ayer, el blog oficial de dicho organismo publicó un documento de Alejandro Werner (director para el Hemisferio Occidental del FMI) en el que proyecta una recuperación de la actividad económica no sólo en Argentina sino en toda la economía mundial, donde además observa que “el comercio internacional está cobrando ímpetu”. Werner, por otra parte, hace dos apreciaciones particularmente llamativas con respecto a Argentina. Por la primera, estima que la inflación “seguiría retrocediendo”, pero supeditado a que “haya una moderación salarial”. La segunda es que espera que “la reducción del déficit fiscal primario” pueda contribuir a un equilibrio en las cuentas externas (tipo de cambio y cuenta corriente de la balanza de pagos), que empiezan a ser expuestas como una preocupación creciente en los informes de agencias de calificación internacionales.
El FMI asegura, además, que “favorecida por esta mejora del entorno mundial, la recuperación económica de América Latina también está cobrando ímpetu, a medida que las recesiones de algunos países (Brasil, Argentina y Ecuador) llegan a su fin. Estimamos que el crecimiento regional fue de 1,3 por ciento en 2017 (frente al 1,2 por ciento proyectado en octubre), y proyectamos que la actividad se acelerará a 1,9 por ciento en 2018 y 2,6 por ciento en 2019.
“En Argentina, la actividad económica de 2017 está proyectada en 2,8 por ciento, frente a 2,4 por ciento del informe de Perspectivas Económicas Mundiales de octubre de 2017. En tanto que el consumo se benefició del avance de los salarios reales, la inversión también se aceleró, incluso en el sector privado”, asegura el Fondo respecto de la situación económica del país. Sin embargo, evalúa que “se prevé que el crecimiento disminuya ligeramente a dos y medio por ciento en 2018, debido a la contención fiscal y monetaria”.
Pero, como aspectos positivos en esa proyección para el año que se inicia, el director del FMI augura que “la inflación seguiría retrocediendo, suponiendo que haya una moderación salarial, y la reducción del déficit fiscal primario debería contribuir a contener las presiones de apreciación del peso y el deterioro de la cuenta corriente”.
Cada seis meses, el FMI da a conocer su informe sobre Perspectivas Económicas Mundiales. Tres meses después de cada informe, se conoce una evaluación preliminar del director para Hemisferio Occidental donde señala ajustes en esa proyección y sugiere recomendaciones de política. Para el caso argentino, Werner no sólo elogió en este caso el camino elegido por el actual gobierno, a partir de una brutal devaluación y consecuente transferencia de ingresos a favor de los más poderosos, apenas iniciado su mandato, sino que ahora le recomienda apretar el torniquete.
“La inflación seguiría retrocediendo, suponiendo que haya una moderación salarial” es como una declaración de guerra a las paritarias. El anuncio de una meta de inflación del 15 por ciento para todo el año, cuando en un solo trimestre (noviembre-diciembre y el presente mes de enero) el gobierno estaría alcanzando una suba acumulada del 8 por ciento, es poner un pie encima de los salarios. Las primeras negociaciones entre el Estado y los trabajadores del sector público lo viene señalando: “cero por ciento de aumento, de lo contrario va a haber despidos”, es la advertencia. Una política feroz, pero que el FMI corrobora.
Fuente: pagina12.com.ar