Se está llevando adelante en este momento en la Ciudad del Vaticano el funeral del Papa Francisco. Solamente el día de ayer, más de 20.000 personas se acercaron a darle el último adiós al Sumo Pontífice. Más allá de su importancia ineludible como máximo exponente de la Iglesia Católica a nivel mundial, ¿Cuál era su rol como líder geopolítico internacional?
Lisandro Sabanés, licenciado en Comunicación Social y analista internacional, explicó que «el Papa Francisco era la voz más representativa de las posiciones opuestas a la ultraderecha internacional en muchos sentidos, expresadas en la figura de Donald Trump. El rechazo que generaba su figura en esos sectores les complicaba su relato, se convertía en un rival más escurridizo. Fue un líder que que abría las puertas a todos, que promovía la apertura, que expresaba que todos eran hijos de Dios, sin renunciar a las ideas tradicionales de la Iglesia. Fue para ellos un rival mucho más complicado a la hora de confrontar y de poner en evidencia».
«La Argentina no pudo aprovechar una situación excepcional que no se volverá a dar, tener un argentino tan argentino, tan pendiente de su país, tan forjado en la argentinidad, en un rol con la trascendencia del trono de San Pedro» Lisandro Sabanés.
A su vez, el analista marcó que «su primer viaje fue a Lampedusa, lo cual generó muchas criticas y rechazo por su postura sobre la inmigración, que es un tema extremadamente complejo en Europa donde la inmigración masiva genera choques culturales, tensión y ruido. Era un personaje muy difícil de confrontar para los líderes políticos. En Argentina, entre otras carencias que tiene la dirigencia política nacional, no lograron ponerse de acuerdo para poner una pausa en su guerra interna e invitar todos juntos al Papa Francisco. Eso hizo que fuera imposible que él viniera al país. Como figura histórica, termina como San Martín, que volvió a la Argentina y no pudo bajar del barco por no querer tomar partido en la Guerra Civil de la época».
En cuanto al legado que deja como figura, Sabanés aseguró que «Francisco supo entender su época, cabalgarla y no someterse. Además, logró una victoria póstuma en las redes y los medios, y hoy se impone de a poco ese apodo que quedará para la posteridad como ‘el Papa del Pueblo’. Francisco eligió a la mayoría de los cardenales que elegirán a su sucesor, y en líneas generales hay una mirada similar en ellos. Sin dudas puede haber una continuidad en muchas cosas, como puede ser la austeridad o la cercanía con los pobres, cuestiones que pueden convivir con posturas más conservadoras».