Como en los ’90, las escuelas técnicas vuelven a vivir un momento de crisis. Desde que asumió Cambiemos, se les quitó de su presupuesto unos 2700 millones de pesos. El encargado de ese vaciamiento al frente del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) fue Gabriel Sánchez Zinny, lobbysta de las corporaciones internacionales de la educación. Íntimo amigo de Esteban Bullrich, tuvo como recompensa un ascenso: acaba de asumir en la Dirección General de Educación y Cultura bonaerense. Tendrá a su cargo el 48% de la educación técnica profesional del país.
La ley nacional de Educación Técnico Profesional (ETP), que estipula el financiamiento de esa modalidad a través de un fondo compuesto por el 0,2% del presupuesto nacional, se aprobó en 2005. Quien ejecuta los fondos es el INET, donde en diciembre de 2015 asumió Sánchez Zinny. Tenía 210 empleados. Hoy son 120. Entre los despedidos están todos los profesionales con formaciones específicas que se encargaban del desarrollo curricular, elaborando los perfiles de las carreras, desde ingeniero mecánico o informático hasta agrónomo. La ley prevé reuniones periódicas del Consejo Nacional de Educación, Trabajo y Producción, compuesto por representantes del Estado, empresas y docentes, para planear las estrategias y currículas de la ETP. Con la nueva gestión sólo hubo dos: cuando Sánchez Zinny se presentó y cuando llegó su sucesor. En todo 2016 se creó un solo perfil profesional nuevo: el de enfermería.
Pero el principal desconocimiento de la ley es financiero. El programa Innovación y Desarrollo de la Formación Tecnológica, que maneja el fondo de las escuelas técnicas del país, terminó 2016 con 638 millones invertidos, sobre un total de $ 3.336.622.694. El Ministerio le quitó a las técnicas unos 2700 millones de pesos, más del 80% del fondo. Desde ATE-INET aseguran a Tiempo que «ignoran la ley, la están derogando virtualmente». En 2015, la gestión de Alberto Sileoni había invertido 2524 millones de 2602 disponibles: 97% de ejecución. Para 2017, el actual gobierno pautó 3407 millones, una cifra nominal similar a la año pasado.
Un bien social o de mercado
Gerardo Marchesini alertó sobre la crisis antes de renunciar a la dirección de Escuelas Técnicas de la Provincia de Buenos Aires. Fue un día después de que Sánchez Zinny quedara a cargo de la educación bonaerense, el 17 de julio. «Lo que impusieron en marzo de 2016 fue: si como Provincia nos correspondían unos $ 420 millones, gastá primero 100 y cuando los rindas, te doy otros 100. Una lógica de caja chica», remarca en diálogo con este diario. «Obviamente, eso es inaplicable porque nos lleva un año ejecutar. Entonces, perdés los restantes 300. Como esos 100 eran parte de los 280 millones que la provincia tenía de remanente, en realidad no transfirieron ni un centavo, vivimos de la ‘pesada herencia'»
Sánchez Zinny no respondió a Tiempo, pero ante La Nación admitió la subejecución: «Decidimos que hasta que no se utilizaran y ejecutaran los recursos que estaban en las cuentas de las provincias, no íbamos a transferir dinero.»
Marchesini denuncia la aplicación de «una lógica financiera al sistema educativo». El temor se funda en el historial de Sánchez Zinny. Fue lobbysta de las pruebas estandarizadas PISA. Y comparte con Bullrich la cuenta offshore «Formar Foundation INC» en Panamá, creada en 2006. Al frente del INET, Sánchez Zinny deslizó en más de una oportunidad su idea de que los planes de educación técnica son muy largos: deberían reducirse y buscar perfiles ad hoc. Su principal apuesta fue reemplazar el área de formación profesional y educación técnica superior por una Agencia Nacional de Talentos, que tuviera rango de Secretaría de Estado de Presidencia, quitándola de la órbita educativa. No prosperó. Dentro del Ministerio creen que ahora el macrismo lo propondrá como ley, con Bullrich senador y Sánchez Zinny al frente de la educación bonaerense. «Lo que hacen es desfinanciar. Subjecutan y después generan acciones como la Agencia de Talentos, al servicio de los intereses del mercado. Estamos arriando una bandera histórica, que es la educación como un bien social y no como bien de mercado», subraya Marchesini.
Coincide Guillermo Parodi, secretario adjunto de UTE, responsable de educación técnica de CTERA: «La Agencia plantea que los perfiles profesionales sean diseñados por empresas amigas, sin participación de otros sectores.» Hasta 2005, los títulos de educación técnica representaban el 6% del total de certificados emitidos. Diez años después, llegaron al 15 por ciento. Los países industrializados rondan el 30 por ciento. Sin recursos formados, no hay industrialización posible. Y eso significa mayor presupuesto y ejecución.
Una política pública
La situación de las escuelas técnicas también fue criticada por el Colegio de Ingenieros de la Provincia. Su titular, Norberto Beliera, se mostró preocupado por la subejecución: «Parecieran ir en contra del trabajo nacional de alta calificación, como la intención de traer ingenieros de Italia o el reciente anuncio de poner el plan satelital en manos extranjeras.» Si en educación es importante la compra de insumos, equipos y la actualización tecnológica, en las técnicas es vital. «Uno de los principales efectos de la subejecución es la falta de equipamiento que debe llegar a los colegios. Como las mochilas técnicas para sectores vulnerables, con tableros de dibujo, que son caros. Además de herramientas tecnológicas que sirven para formar a los jóvenes e insertarlos en el mundo del trabajo calificado actual. Todo quedó frenado», agrega Parodi.
También se desmantelaron programas claves. Uno era el Finatec, orientado a los estudiantes técnicos que terminaron de cursar y adeudaban materias, y el Programa de Educación para el Trabajo y la Inclusión Social (PrETIS), opuesto al concepto oficial de «emprendedorismo».
Al frente del organismo, Sánchez Zinny promovió el 23 de junio de 2016 la figura de «co-docente», a instancias de la Fundación «Enseña por Argentina», de origen estadounidense: jóvenes sin formación pedagógica que cobran un tercio del sueldo legal docente. Resistido por los gremios, el proyecto se frenó. Pero el director ejecutivo de «Enseña por Argentina», Oscar Ghillione, es quien reemplazó a Sánchez Zinny en el INET. El hoy ministro bonaerense hizo otros convenios con firmas privadas, como Internet Media Services, de capitales estadounidenses, sin antecedentes educativos, para brindar información online gratuita sobre marketing a la comunidad educativa. IMS tiene entre sus principales autoridades a Ignacio Sánchez Zinny, el hermano.
Fuente: tiempoar.com.ar