La supertasa de Sturzenegger le agrega tensión a la economía

La suba de tasas que dispuso esta semana el Banco Central volvió a dividir las aguas entre los economistas y agitó un sordo debate en el gobierno entre quienes creen que es necesario sostener una política monetaria dura para reducir la inflación y los que temen que, de mantenerse la tendencia, la ansiada reactivación no llegará nunca.

La medida que desencadenó la polémica fue la decisión tomada por el ente monetario de subir un punto y medio el tipo de interés para los pases a siete días, que ahora se ubica en el 26,25% mensual. Esa es la tasa testigo que fija el BCRA y que sirve como señal para los demás protagonistas del mercado financiero. La modificación (la primera desde noviembre del año pasado) fue una respuesta directa al aumento del 2,4% en el índice de precios al consumidor para el mes de marzo que había dado a conocer el Indec unas horas antes y que en el edificio de la calle Reconquista interpretaron como un recrudecimiento de la inflación.

La suba de tasas no sorprendió, ya que el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, no pierde ocasión en enfatizar la necesidad de mantenerlas elevadas como herramienta para bajar la inflación y cumplir la meta que se fijó la entidad (del 12% al 17% anual). Pero esta vez, la magnitud del ajuste provocó divergencias.

Los que más enojo demostraron fueron los representantes del sector industrial, que sostienen que una medida de ese tipo ahoga cualquier emprendimiento productivo. «No es la forma en que se debe combatir la inflación. Es ponerle un freno a la economía. El mercado interno sigue deprimiéndose», sostuvo José Urtubey, vocal de la Unión Industrial Argentina. Con él se alineó su colega de la entidad fabril, José Ignacio de Mendiguren: «Queda claro que la especulación financiera es el único negocio en Argentina. A largo plazo, esta elevación de la tasa, junto con el retraso cambiario y el ingreso irrestricto de capitales, dan como resultado un país carísimo para producir e imposibilidad de financiación para las pymes y las industrias», dijo el diputado del Frente Renovador.

Entre los economistas, hay críticas por izquierda y por derecha. El Estudio Bein, por ejemplo, recortó su pronóstico de evolución del PBI: ahora considera que la economía crecerá este año un 2,9%, en lugar del 3,4% que preveía antes de la suba de tasas. «Ninguna actividad productiva ofrece tanta rentabilidad como la financiera en Argentina. Es una fiesta financiera. Eso en la historia no ha acabado bien», opinó la directora de ese estudio, Marina dal Poggetto, en una nota para el diario El País. El catedrático Víctor Beker, profesor de la Universidad de Belgrano, puntualizó el efecto que la supertasa produce sobre el tipo de cambio, que cayó hasta $ 15,50 por dólar: «Hay una dificultad creciente para exportar que pone en riesgo a una parte importante del sector fabril. El retraso cambiario ya llegó al 30%», indicó el especialista en diálogo con AM ECO Medios.

Del otro lado del arco ideológico, el economista jefe de FIEL, Daniel Artana, opinó que la medida «no va a cambiar mucho el número final de la economía», atendiendo a que el nivel de créditos que el sector privado toma de los bancos es bajo. Por su parte, el liberal José Luis Espert estimó que «con la tasa de interés a nivel extravagante, ¿quién va a producir así? Es una bicicleta financiera atroz». La reflexión de Espert es que el ajuste de tasa por sí solo es incompleto si no va acompañado de un torniquete fiscal previo que reduzca la demanda de dinero.

Aunque la reacción oficial fue salir a bancar a Sturzenegger, trascendió que el tema fue tocado en por lo menos dos reuniones, una de ellas el miércoles con el presidente Mauricio Macri y sus principales espadas (Marcos Peña, Mario Quintana, Rogelio Frigerio) y otra del jueves del gabinete económico (Peña, Quintana, Gustavo Lopetegui, Nicolás Dujovne y el propio Sturzenegger). A pesar de algunas dudas sobre el impacto de la suba de tasas, se decidió ratificar la independencia del Banco Central para fijar la política monetaria y la importancia de dar una batalla frontal contra la inflación.

Fuente: tiempoar.com.ar

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