La pobreza estructural, invariable desde los 80, afecta a casi seis de cada 10 chicos en la Argentina. Sin alimentación adecuada, vivienda, educación u obra social, entre otros derechos, esta de medida de pobreza, más amplia que la que sólo toma los ingresos de los individuos o las familias, alcanzaba a un 58,7% de los chicos menores de 17 años a fines de 2016, según datos de la Universidad Católica Argentina (UCA). Son 7,6 millones de chicos.
El último reporte del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, que será presentado en sociedad el próximo miércoles, muestra exactamente el mismo indicador que reflejaba el mismo estudio para fines de 2015. No obstante, según la UCA, este flagelo es menor que en 2010 (63,7%), año en el que se comenzó a realizar el relevamiento. El Indec, en tanto, afirmó que a fines de 2016 la pobreza entre los más chicos -medida por ingresos- era de 45,8 por ciento.
«La evolución es muy lenta a lo largo del tiempo», afirmó Ianina Tuñón, coordinadora del Barómetro Infantil, a LA NACION para explicar la inmovilidad del índice. «Se trata de aspectos que son menos sensibles que el ingreso y que requieren transferencias más estructurales», agregó. Según contaron en la casa de estudios, «las privaciones en 2016 llegan al 15,4% en estimulación y educación, 18,8% en acceso a la información, 22,7% en acceso a la salud, 25,2% en vivienda, 17,8% en saneamiento y 8,7% en acceso a los alimentos».
Entre 2010 y 2016, concluyeron en la casa de estudios en la que el Papa Francisco tiene una fuerte ascendencia política, se «avanzó» en el campo del saneamiento, acceso a información, educación. Sin embargo, «no hubo progresos» en el espacio de la vivienda, la salud de calidad y las carencias más graves en el acceso a los alimentos. La tasa de jóvenes con privaciones extremas bajó entre 2015 y 2016. Según los datos que manejan los investigadores de la UCA, ese número cayó de 15,9% al 14,8 por ciento.
«La medición de la pobreza es un concepto que podría quedar reservado a las carencias de recursos monetarios de los hogares, sin embargo cabe preguntarse qué sucede con las privaciones en el ejercicio de derechos humanos fundamentales», explicaron en la UCA y agregaron: «El Observatorio de la Deuda Social Argentina propone un índice de medición de dichas privaciones en el espacio de los derechos de los niños y las niñas, y para su cálculo se vale de tres propuestas desarrolladas por la Universidad de Bristol, el Oxford Poverty and Human Development Initiative (OPHI) y la contribución de UNICEF conocida como Multiple Overlapping Deprivation Analysis (MODA)».
Según el informe que relvelará la UCA el próximo miércoles, cuando se aplica las metodologías Bristol y MODA al caso de la infancia argentina, la incidencia era de 58,7% en 2016. «Esto significa que casi seis de cada diez niños o niñas en la Argentina urbana experimentaban privaciones en al menos una de las seis dimensiones bajo estudio. Cabe señalar que, entre 2010 y 2016, la pobreza infantil multidimensional en la Argentina se redujo 5,1 puntos porcentuales», sostuvieron el informe de las casa de estudios.
«Por su parte, a partir de la aplicación del enfoque OPHI, la incidencia de la pobreza multidimensional infantil en 2016 abarcaba a 38,7% de la población considerada. En el mismo sentido que las estimaciones alternativas, se advierte una retracción de la pobreza multidimensional, pero en este caso la reducción alcanza 9,6 puntos porcentuales. La diferencia observada en estas medidas radica en la forma en que se establecen los umbrales de identificación de los pobres, que son más exigentes en el enfoque de OPHI que en las restantes aproximaciones», afirmaron el documento de la UCA.
Fuente: lanacion.com.ar