El profesor Troy Helguera, un pedagogo, un héroe social experto en promover cambios culturales en la comunidad, es invitado a la ciudad de Odense, en Dinamarca, por el multimillonario Svend Sorensen. Su desafío es encontrar un remedio a la violencia que desatan los hinchas del Dynamo de Odense cada vez que hay un partido. “¿Cómo por un color, sólo por un color de la camiseta, alguien puede lastimar a otro ser humano?”, se pregunta Troy Helguera mientras busca una solución.
Mezcla de fantasía con realidad, El Pedagogo y el caso de la barrabrava de Odense, escrita por el educador Diego Manusovich, es una novela que puede servir como llave para viajar hacia un mundo imaginario en el que no haya violencia en los estadios. Sucede en Dinamarca, pero bien podría ser en Argentina. “A mí no me gusta el fútbol, no estoy en el tema. Como fenómeno social de masas es un tema interesante para poder pensar en clave de disfrute por la pasión. ¿Hasta dónde creemos que la pasión se disfruta y cuándo ya se transforma en un conflicto? Siempre tuve curiosidad por ese fenómeno. Me gusta mucho la cultura nórdica y por eso lo situé ahí. Me divirtió meter problemas nuestros en un país con clave muy distinta a los de Latinoamérica. Troye Helguera, una especie de Sherlock Holmes que resuelve problemas comunitarios, piensa una solución muy sencilla y desprovista de todo pensamiento coercitivo y punitorio”, cuenta el autor Manusovich.
La semana pasada apresaron a Noray Nakis, vicepresidente de Independiente, por tener vínculos con la barrabrava del Rojo. También fueron detenidos 13 barras de Patronato por haber agredido a niños y adolescentes durante el partido del sábado anterior, en Paraná, ante Unión. La solución que encuentra el profesor Helguera al problema de la violencia es tan ingenua que puede provocar risas. Pero si se la repiensa, parece de lo más lógica: no hay más policía, no hay más seguridad, simplemente es necesario que cada adulto ingrese acompañado de un menor. Así se transforma el ambiente hostil en familiar. “Todas las novelas del pedagogo tienen esa pregunta implícita: ¿esta es una idea realizable o es solamente una utopía? Son propuestas –explica Manusovich- de cambio cultural. Todas las resoluciones tienen una potencia que por su simpleza llaman a esta reflexión. Creo que puede convertirse en una idea real. Las convivencias humanas tiene que ver con los contextos”.
Al volver de Dinamarca con la solución para la violencia en los estadios de fútbol en su valija, Troy Helguera se encuentra con un interlocutor inesperado en Ezeiza: Julio Chondona. Ahí es donde la imaginación se vuelve a cruzar con lo terrenal: arriba de un auto, acompañado de los dirigentes de los dos clubes más grandes de Argentina, le pide que se olvide de su experiencia en Odense. “Los cambios tienen la implementación que la clase política y dirigencial no tienen ganas de que ocurran. Es una idea simple, pero necesitás arrojo político. Y la voluntad es lo errático. Ahí juego a desenmascarar la geopolítica: hay un vínculo entre la dirigencia y la violencia. Pone en tensión de cambio político una idea innovadora. Conservar, a veces, es tener miedo a innovar”, explica su guiño sobre el cierre del libro. En un fin de año en el que la violencia y la pelota vuelven a tirar paredes, una novela puede ser el principio para un intento de solución.
Fuente: tiempoar.com.ar