La inflación no deja de darle disgustos al gobierno nacional. Luego de cantar victoria por los datos de inflación de mayo y junio, del 1,3 y 1,4%, bastante por debajo de los niveles del trimestre febrero-abril, la administración de Cambiemos enfrenta un segundo semestre de 2017 en el que el alza general de los precios reaparece con renovadas energías.
El problema no es solo con la inflación que se prevé para julio y cuyo nivel dará a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) el próximo jueves, sino que los analistas que consulta el Banco Central para elaborar su Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), consideran que la inflación se alejará cada vez más de la pauta que estableció la autoridad monetaria para este año, del 12 al 17 por ciento.
El dato de julio rondaría el 2%, admitido por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne en una entrevista con radio Mitre ayer. Para la CGT será del 1,97%, con un interanual del 26,94 por ciento. Elypsis lo calculó en 2,1 por ciento. Las causas para esta suba serían tres: incremento en el costo del mantenimiento de las viviendas por las subas salariales del personal que trabaja en casas particulares y de los encargados de edificios, ambos del 12 por ciento. La segunda causa sería la suba de los alimentos en torno del 1,5 por ciento. En tercer lugar, el alza del 7,2% en las naftas y del 6% en el gasoil.
Este último aspecto es una consecuencia directa de la devaluación del peso frente al dólar, ya que el precio de los combustibles se negocia entre el Estado y las petroleras en base al precio internacional del barril y al valor del dólar.
Sin embargo, el gobierno insiste con la teoría del «desenganche» expresada por el ministro Dujovne, según la cual la suba del dólar no impacta en los precios de la economía. Pero los analistas que consulta el Banco Central ya anunciaron que el movimiento ascendente del dólar, del 12% en dos meses, se sentirá en agosto con más fuerza que en julio, porque todo el circuito productivo y comercial habrá operado a pleno con el dólar a 18 pesos. Para el economista Andrés Asiai-n, crítico de la política económica del gobierno, la devaluación golpea uno de los ejes de la política antiinflacionaria de Cambiemos, que es mantener el dólar planchado. «La suba del dólar, como la de los combustibles, va a impulsar otras alzas en los procesos económicos en los que influyen», vaticinó.
En la visión de Asiain, la política antiinflacionaria «real» del gobierno incluye, además del dólar planchado, la apertura de las importaciones y la contención salarial. «Tuvieron cierto éxito el año pasado, cuando bajaron la inflación desde el 40%, pero ahora, producto de las subas del dólar y los combustibles, con su impacto en el resto de la economía, es probable que la inflación cierre el año en torno del 28 o el 30%», adelantó.
Agosto tendrá, además del peso del dólar en alza, un arrastre estadístico (cuando el incremento de los precios se registra más tarde del momento en que sucedieron) elevado, del 1,2 por ciento. Los incrementos en las cuotas de las prepagas y en el servicio de taxis le agregarían dos décimas, con lo que este mes arrancó con un piso de inflación del 1,4 por ciento. En ese escenario, un alza del 1,5%, como prevé Elypsis, puede sonar optimista.
En el Banco Central trataron de restarle peso a la diferencia cada vez más acentuada entre su meta, de entre el 12y el 17%, y las perspectivas de inflación del REM, cerca del 22 por ciento. Pero el desarrollo de la inflación núcleo (la que no registra las tarifas ni los precios estacionales) preocupa porque se muestra reacia a caer. Los analistas que participan del REM la ubican en el 1,3% promedio mensual para los próximos seis meses. Se trata de una tendencia ascendente que el gobierno no sabe cómo detener. «
Fuente: tiempoar.com.ar