Por: Bianca Coleffi
En el periurbano bahiense hay más de 60 productores rurales que trabajan en conjunto con organizaciones para vender sus productos de forma directa, sin intermediarios.
El ejemplo que avanza desde hace 5 años cuenta con el apoyo del INTA de Bahía Blanca, Cáritas, FM de la Calle, y otras organizaciones locales.
“Desde el INTA no solo trabajamos a través del asesoramiento técnico a productores, sino que en el camino nos encontramos con verdaderas necesidades que tenían los productores como la comercialización de sus productos, o la formalización de su actividad ya que varios se encuentran por fuera de un mercado formal de alimentos”, dice Pablo García, Agente del Proyecto del Programa Cambio Rural en INTA Bahía Blanca.
Hoy cuentan con varios canales de comercialización donde se venden los productos frescos directo del periurbano bahiense; el Mercado del puerto, la Composición fija del bolsón que venden semanalmente, la Feria del Lago en el parque de Mayo, además de la opción de envíos domiciliarios vinculados al Mercado del Puerto.
“Arrancamos en el 2015 con lo que es verdura en la Feria del Lago del Parque de Mayo, los domingos a la tarde. En el 2017 no alcanzaba con un solo punto de venta y empezamos a armar algo que empezó a surgir en otros lugares que era la composición fija de bolsón de verduras y venderlos a través de WhatsApp o formularios online”
Llegó la pandemia, y la demanda creció exponencialmente sobre los alimentos de primera necesidad. “Durante el 2020 las ventas crecieron descomunalmente y llegamos a vender 1800 bolsones semanales.”, aseguró Pablo, cuando el parámetro de demanda era de 500 bolsones por semana. Aunque desde hace algunos meses el técnico afirma que el consumo se contrajo y desde entonces rondan en 300 bolsones semanales.
¿Dónde están los productores familiares en Bahía Blanca?
Los bolsones frescos con más de 10 variedades de verduras entre las que se encuentran- en temporada de verano-papa, tomate, zapallito, zuchini, cebolla, ajo, acelga, choclo, remolacha, lechuga y perejil, vienen directo de las manos de 35 productores hortícolas de Zona Sur: Sauce Chico, Cerri, Colonia la Merced, y Villarino Viejo, algunos nucleados bajo la organización “Productores hortícolas de Sauce Chico”
El bolsón también incluye huevos, que los producen algunas de estas mismas familias horticultoras y otras 20 de Zona Noroeste, Bajo Rondeau y barrio Spurr. Como son pequeñas producciones familiares, el bolsón casi siempre incluye una o media docena.
Además hay un gran trabajo con productores de cerdo de la zona, nucleados en una organización llamada “ProduCerdo”, integrada por 12 familias ubicadas en Saladero, Grünbein, y la zona del Puerto de Ingeniero White.
“Bahía es una zona donde hay muchos productores de cerdo, incluso aún existen muchísimos que todavía no identificamos” , comenta Pablo García. Al mismo tiempo, esta actividad fue una de las que más creció en acompañamiento al sector, “Había un montón de criaderos informales de chanchos en los alrededores de Bahía. Esta exclusión del sistema no les permite insertarse en un mercado formal, es por eso que antes de cualquier acompañamiento técnico, tuvimos que acompañar el reconocimiento de su actividad, y ya hay varios criaderos que hemos podido avanzar en la habilitación”
Esta principal problemática que arrastra otras en el camino se ve magnificada en el sector de la pesca artesanal, otro rubro que acompaña actualmente el INTA. “Trabajamos con 12 pescadores artesanales ubicados en Villa del Mar y Pehuencó, pero aún nos encontramos en una situación más primaria que tiene que ver con formalizar su actividad”, explica García. Solo de esta manera, pueden vender el pescado sin intermediarios en un mercado formal de alimentos, “pero existen muchas trabas históricas en relación a los permisos de pesca que otorga la provincia a estos trabajadores”
El total de productores con los que trabajan superan las 60 familias, desparramadas por todo el periurbano bahiense que regala por temporadas alimentos frescos producidos familiarmente. Algunas organizaciones y organismos que impulsan y acompañan estos procesos son; el INTA, Cáritas Bahía Blanca, FM de la Calle, “Animate” (un gupo de jóvenes), e integrantes del colegio salesiano “La Piedad”, además de una gran red con otras organizaciones sociales, políticas y de base que se construyó al calor de las demandas de acceso a una alimentación sana y segura.
¿Cómo se conforma el precio en la Agricultura Familiar?
“Los productores son los que ponen el precio”, dijo Pablo García. “En el caso de las verduras y el cerdo, partimos hace mucho tiempo con un precio que era menor al del mercado concentrado y al productor le servía, y de ahí fuimos escalando de acuerdo a costos de producción”, explicó García.
Aunque admite que aún se encuentran en la búsqueda de estrategias para definir pecios; “Ni la arbitrariedad del mercado ni la del productor”, reitera García, aunque aclara que las diferencias son mayores con las lógicas de los mercados convencionales.
“No nos regimos por los precios del mercado porque fluctúan mucho”, dijo. ““Muchas veces estamos por debajo de los precios, iguales o encima, pero nos queremos salir de la lógica de –el tomate está más barato allá o más caro en tal verdulería- porque es necesario distinguir las condiciones de producción que tiene el mercado concentrado y las que tienen productores locales con apenas dos hectáreas, que alquilan y no tienen las mismas herramientas que productores de grandes escalas”, aclara Pablo.
Además, los precios se definen anualmente con tan solo dos ajustes en el año, y antes de temporada el precio se pacta para mantenerlo durante ese lapso de tiempo, “a diferencia de muchas verdulerías que aumentan el tomate hasta tres veces por temporada, por una mayor oferta del producto. “Durante la pandemia del 2020 mantuvimos el precio todo un año, aun sabiendo que el combustible había aumentado”, aclaró el técnico del INTA.
La retribución económica es en mayor parte a productores, y el resto destinado a gastos de logística como movilidad y transporte, alquiler de galpones, etc. “Si por ejemplo el bolsón sale 800 pesos; 600 se queda el productor y 200 se destina a gastos de logística”, explica García.
Además, el INTA junto con las organizaciones de productores formó un Fondo Solidario destinado a compras de mercadería para comedores y merenderos. “Es una forma de que sectores populares puedan acceder a alimentos frescos, sanos y seguros”, explica Pablo García. La compra se hace con un excedente que pagan los consumidores- generalmente de $50- en algunos productos seleccionados. “Con ese fondo se compran alimentos frescos a los productores, y se los reparte en estos lugares. De esa forma el productor no resigna ganancia”, cuenta el técnico del INTA.
Esta iniciativa surgió en plena pandemia, cuando el duro contexto económico no dejaba acceder a varias familias a alimentos de primera necesidad. “Repartíamos entre 200 y 300 bolsas por comedor”, dice García y explica que la acción la impulsan a través de una red de organizaciones de base que están ancladas territorialmente en diferentes barrios de Bahía Blanca.
Una de las grandes características del sector de la Agricultura Familiar en la ciudad tiene que ver con la articulación en red con varias organizaciones sociales, políticas, o entidades no gubernamentales. Entre mesas de discusión estas organizaciones se reúnen periódicamente para definir tareas y otras cuestiones en torno a la alimentación y producción local.
“Hemos intentado con la Municipalidad pero no hemos tenido mucho éxito”, confiesa Pablo. “Sí hay un gran laburo con trabajadores del municipio; personal de salud, nutricionistas u otros actores claves que están vinculados con comedores, merenderos u otros espacios. Pero es más un trabajo satélite, sin integración del ejecutivo municipal”
Mercado del Puerto
En marzo del 2021 surgió la propuesta del mercado del Puerto que les permitó fusionar todas las distintas estrategias de venta que tenían en un único mercado; un lugar donde conviva todo. “De tener 5 años en clandestinidad a tener un lugar en un galpón del puerto es un gran logro en nuestro recorrido”, confiesa Pablo.
La propuesta de origen es un mercado popular de la Agricultura Familiar con productos locales, e incluye también alimentos que no se puedan producir acá como frutas, pero siempre con la definición que sean de producción familiar.
En el mercado hay un gran almacén coordinado por Cáritas, donde también se trabaja muy fuerte la Economía Social y Solidaria con cooperativas o grupos de productores que elaboran panificados, dulces y conservas, y otros productos de la Agricultura Familiar traídos desde otros lugares del país.
“El objetivo del mercado es acompañar el crecimiento de la agricultura familiar local, porque en marzo del 2021 era muy poco lo que la Agricultura Familiar podía abastecer localmente, y hoy ya tenemos un Mercado en el Puerto que nos permite crecer en demanda, y “a medida que el consumo crece, la producción también”
El consumo es una parte muy importante para los canales de comercialización directa, porque no solo son con su compra apoyan las producciones locales, sino también con su compromiso, fidelización y forma de consumir responsable y consciente. Los motivos de elección de estos circuitos de venta directa son diversos; los alimentos más frescos y sabrosos, las formas de producción que se utilizan, los precios justos, o un aporte al crecimiento de un circuito local y familiar.
“Nosotros queremos ir más allá del producto en sí”, comenta Pablo. “Apuntamos a que todas las familias puedan comer alimentos frescos y accesibles”, y menciona que sus banderas son la seguridad y la soberanía alimentaria, pero también revalorizar a los trabajadores rurales; fomentar el arraigo al campo, el consumo local y otros valores que trae en combo estos circuitos de comercialización solidarios.