El Gobierno reglamentó la Ley nacional de Receta Electrónica, por lo que a partir del lunes pasado resulta obligatorio cambiar la modalidad de las prescripciones en las provincias que adhieran a la normativa. No es el caso de la Provincia de Buenos Aires, por lo que en este momento no hay ninguna modificación estipulada al sistema que se aplica en este momento.
Juan Perlotti, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Bahía Blanca, explicó que «si bien es una ley nacional, en lo que es salud cada provincia tiene su autonomía para decidir. La Provincia de Buenos Aires no ha adherido a la ley, por lo que hasta el momento se va a seguir como veníamos hasta ahora, conviviendo ambos sistemas. Solo ocho provincias han adherido, y han pedido 180 días de prórroga para adecuar los sistemas a la nueva legislación».
? Nueva reglamentación de Receta Nacional Electrónica
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— Ministerio de Salud de la Nación (@msalnacion) July 2, 2024
«La venta de medicamentos ha caído hace bastante tiempo, hace más nueve meses se dispensan menos unidades. Es un fenómeno que nos preocupa, pero no escapa a la realidad que viven otros sectores del país» Juan Perlotti.
¿Cómo evalúan desde el Colegio de Farmacéuticos una medida que implica utilizar el mecanismo digital de forma obligatoria? «El sistema es muy bueno porque se evitan muchos errores, es práctico y cómodo siempre y cuando este bien hecho y comunicado. Aún así, no creo que sea bueno como única medida lo digital, son métodos que deben convivir porque no siempre se dan las condiciones para que una receta se pueda entregar digitalmente. Hay gente que no puede acceder y se puede quedar sin receta y medicación, se necesita un dispositivo digital y el acceso a la conectividad, algo que no todas las personas tienen garantizado».
En ese sentido, Perlotti concluyó que «son muchas las obras sociales que todavía deben adecuar sus sistemas, aunque las más importantes tienen su formato electrónico hace bastante, incluso desde antes de pandemia. Pero dada la cantidad que hay, llevará un tiempo importante de adaptación. Desde las farmacias estamos en condiciones de llevar adelante esa transición, pero las limitaciones van más allá de la receta en sí. Son sistemas que requieren inversión, deben probarse, y depende de la obra social, el sistema, y los médicos que se adhieran al mecanismo. No es solo un tema del afiliado o la farmacia».