El Gobierno promulgó la Ley de Prevención y Control de la Resistencia a los Antimicrobianos, conocida como Ley de Antibióticos, a través de la que se busca promover la prevención y el control de la resistencia a ese tipo de medicamentos que, a partir de ahora, tal como ocurre con los psicofármacos, deberán venderse únicamente con receta archivada.
La Ley 27.680 había sido aprobada por unanimidad hace algunas semanas en el Senado y tiene como uno de sus principales objetivos fomentar el uso apropiado de los antibióticos y disminuir su ingesta innecesaria.
«Es una ley de avanzada para Latinoamérica», aseguró el Presidente del Colegio de Farmacéuticos de Bahía Blanca, Juan Perlotti.
Según la legislación oficial promulgada en el Boletín Oficial, corresponde la categoría de “venta bajo receta archivada” a “todas aquellas especialidades medicinales y medicamentos industriales constituidos por principios activos que por su acción sólo deben ser utilizados bajo rigurosa prescripción y vigilancia médica, por la peligrosidad y efectos nocivos que un uso incontrolado pueda generar”.
«El uso de antibióticos en cualquier circunstancia y sin regulación puede promover el desarrollo de resistencia, por lo que una de las principales estrategias para limitar y contener esta problemática es la restricción del uso de antimicrobianos a las situaciones en las que sean imprescindibles o insustituibles», completó el especialista.
La resistencia antimicrobiana, una de las principales amenazas de salud pública, se trata de un proceso que se produce cuando los microrganismos patógenos que causan enfermedades se vuelven resistentes a los medicamentos que se utilizan para combatirlos.
Según advirtió el farmacéutico, «por la automedicación mueren un millón de personas al año. Es un fenómeno que se produce cuando los microorganismos se vuelven resistentes a los medicamentos que se utilizan habitualmente para combatirlos. Es una problemática global de máxima importancia, que va rumbo a convertirse en la principal causa de muerte en el planeta”.
Entre los objetivos de esta normativa, se destacan optimizar el uso de medicamentos antimicrobianos; mejorar la sensibilización y los conocimientos en materia de resistencia a los antimicrobianos; reforzar la vigilancia y la investigación en esta temática; prevenir y reducir la incidencia de las infecciones asociadas al cuidado de la salud; trabajar en la eliminación gradual del uso de antimicrobianos como promotores de crecimiento en sanidad animal y asegurar que se realicen inversiones sostenibles en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos.
También se reglamentó que “los envases de los medicamentos cuyo ingrediente farmacéutico activo (IFA) tenga actividad antimicrobiana sistémica deberán contar con un etiquetado frontal especial, definido por la autoridad de aplicación, claramente visible”. (DIB)