Juan Mendoza, de la fábrica de quesos Toro Azul y ganador del Concurso de Quesos de la Expo Suipacha, habló con Radio Urbana sobre la historia de su vínculo con este tipo de producción.
«En el 2018 me había presentado con un solo queso, el queso azul tradicional. En esta ocasión saqué el estraco, una inspiración sobre el gorgonzola italiano. Es el mismo que usamos para competir en el World Cheese Award en Oviedo, y allí sacó medalla de plata» explicó el profesional.
«Es un queso muy cremoso, mantecoso, que tiene su personalidad pero no te anula el paladar. Tiene poder y acidez. Cuando terminás de degustarlo no te viene una patada detrás del paladar que te anula. Es sutil», indicó sobre el estilo ganador.
A España había ido con ambas variedades. Al degustar los quesos europeos me di cuenta que el segundo era el ideal para ir.
Sobre sus comienzos con Toro Azul explicó que «al iniciar una empresa, en cualquier rubro, tenés dos opciones: hacer mucho y barato o poco y bueno. A nosotros, largarnos a hacer una producción grande para competir con cualquiera nos resultaba imposible, entonces optamos por hacer poco y de buena calidad».
«Cuando llegué a España estaba muy ilusionado, porque somos 2 empleados que hacemos 7 u 8 toneladas por mes. Hacemos de todo. Para viajar fue un sacrificio, tuvimos apoyo de Arturo Videla por cuestiones legales. Me fui con los quesitos en un bolso, y cuando llego y veo que había 4.078 quesos de 29 países se me vino el mundo abajo. Después, recorriendo, me di cuenta que en Argentina tenemos muy buenos quesos», relató sobre su aventura europea.
Creo que nosotros marcamos diferencia por lo artesanal.
«Yo trabajé en ocho industrias, como Nestlé o Baggio. Y en cuestiones de calidad e higiene fueron escuelas muy grandes para mí. Después la obsesión de ser mejor e ir creciendo viene en cada uno, yo en cada elaboración busco alguna particularidad para darle al queso», explicó Mendoza.
«Queseros buenos hay un montón en Argentina, pero después depende de la ideología de cada empresa. Hay algunas que se dedican a vender mucho queso y otras que deciden vender buenos quesos. Yo solo hago el tratamiento térmico de la leche con maquinaria, pero el resto del proceso es totalmente artesanal, lo hago a mano», cerró.