El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) lanzó un informe analizando la evolución del empleo privado registrado en nuestro país durante los últimos meses. Como alguna de las conclusiones principales, el estudio marca que en julio de este año se perdieron 9.000 puestos de trabajo. En total, en los primeros ocho meses de gestión de Javier Milei la caída totaliza 146.465 empleos.
Juan Manuel Gispert, licenciado en Ciencias Políticas y especialista en economía del CEPA, aseguró que «hay una diferencia increíble entre el discurso del Gobierno nacional, que habla de achicar el Estado para agrandar el sector privado. La realidad indica que desde la asunción de Milei, el empleo privado registrado ha caído en casi 150.000 puestos, con un ritmo prácticamente pandémico. Lo único que ha crecido estos meses son la cantidad de planes sociales en términos reales. Es diametralmente opuesto al relato instalado por el Gobierno. Hoy la destrucción del empleo se está desacelerando, pero es una de las variables más duras de su gestión».
«La Argentina no paró de recuperar empleo privado tras la pandemia, incluso superando la barrera del 2015. El bajo desempleo es quizás el logro más importante en términos económicos de la gestión de Alberto Fernández» Juan Manuel Gispert.
En términos de reactivación, el especialista expresó que «la política económica del Gobierno en términos de reactivación tiene todo enfocado en el RIGI (Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones), que busca impactar particularmente sobre el sector primario. Esto permite la importación total de bienes de capital sin aranceles. La industria genera el 18% del empleo privado registrado en la Argentina, y las empresas alcanzadas por el RIGI solo beneficiarían al 5%. Aunque lleguen las inversiones y el RIGI salga bien, el empleo igualmente no crecerá. Este panorama nos lleva a una Argentina un desempleo aún más alto«.
Finalmente, Gispert reflexionó que «lo mejor que recibía Milei era un bajo desempleo, y está canjeando desempleo por inflación. Sube el primero vía recesión y devaluación a cambio de lograr una baja de la inflación. Además, la baja por el tipo de cambio que se va retrasando destruye a la industria local, así como el ajuste en la obra pública y los servicios. Aún así, quienes quedan dentro del sistema ven una mejora de su poder adquisitivo: el empleo de junio-julio ha mostrado una mejora de 1,5% con respecto a noviembre de 2023 en cuanto al salario, lo cual es lógico en un contexto de desaceleración de la inflación».