El día de ayer, personal de Trenes Argentinos ingresó al edificio donde funcionaba la Estación Sud en nuestra ciudad, y comenzó a desmantelar el mobiliario que se encontraba allí. Según indicaron desde el Municipio, más allá del revuelo que generó la noticia, no fue sustraído ningún elemento de valor, al tener en cuenta que el edificio es parte del patrimonio local y nacional.
José María Zingoni, director de Patrimonio Cultural del Municipio, expresó que «en primera medida el día de ayer nos apersonamos en la estación para hablar con los responsables y ver cuál era el alcance de esta intervención. La gente de Trenes Argentinos nos aseguró que no iban a retirar nada que estuviese fijado sobre el edificio, porque la estación cuenta a día de hoy con un mobiliario exquisito que es parte del edificio. Eso nos preocupaba, por lo que intervinimos desde el Municipio con la orden expresa del intendente Susbielles de que todo el patrimonio quede en Bahía Blanca».
«Desde el Municipio teníamos inventariados elementos mobiliarios como escritorios de madera o bibliotecas de gran antigüedad. Teníamos la orden expresa de que todo elemento patrimonial quede en la ciudad, cosa que se pudo lograr» José María Zingoni.
En ese sentido, el funcionario agregó que «a través de un decreto de alcance nacional, el edificio es uno de lo 14 monumentos nacionales que tenemos en la ciudad. Cuando un edificio tiene una denominación de estas características, queda tutelado por esa jerarquía. La empresa dueña no pierde su dominio, pero sí queda restringida la posibilidad de intervención sobre el mismo para mantener la calidad histórica del edificio».
¿Cuál podría ser el futuro para la Estación Sud, ya sin servicio de trenes de pasajeros? Zingoni marcó que «lo mejor que le puede pasar a un edificio es sostener su función original. No obstante, las ciudades mutan, sus necesidades cambian y debemos adaptar las nuevas funciones a los edificios existentes. Lo que no debe pasar es estresarlo, llenar el edificio de funciones que superen su capacidad y tipo de funcionamiento, más cuando eso requiere de intervenciones. En este caso, es un edificio sumamente generoso por su localización y su entorno abierto, lo que permitiría diversas funciones. Pero aún así, debemos tener en cuenta que la vía funciona y por allí pasan trenes de carga, y no cualquier función se adapta a tener esa interferencia. Que las vías funcionen dan la esperanza de que, en algún momento, el tren vuelva a funcionar».
